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El 11 de noviembre, en las páginas del Magazín Cultural, publicamos un especial sobre poesía, en el que conversamos con dos representantes del Nadaismo y la Generación sin nombre. Jotamario Arbeláez y José Luis Díaz-Granados rememoraron y conversaron sobre aquellos tiempos en los que las letras se hicieron las portadoras de sus ideas, la posibilidad de los encuentros con los que ahora son sus amigos y la extensión palpable de sus convicciones. Aquí puede leer la entrevista
José Mario Arbeláez, quien ha sido bautizado como Jotamario Arbeláez, es una de las figuras destacadas del Nadaismo. Se cuenta que después de que varios nadaístas llegaran a Cali, hubo varios apoyos, entre ellos el de Arbeláez, para el movimiento liderado por Gonzalo Arango y que, además, se convirtieron en cómplices para exigir el reemplazo del busto de Jorge Isaacs por uno de Brigitte Bardot.
Arbeláez nació en Cali en 1940 y es doctor honoris causa en comunicaciones y publicidad de la Universidad Santiago de Cali. También se destaca por su participación en distintos paneles de algunos de los medios más reconocidos del país.
El autor de El profeta de su casa, su primer libro, se caracteriza por su erotismo y humor negro en sus obras, que lo llevaron a ganar el Premio Nacional de Poesía La Oveja Negra en 1980, el premio de poesía Instituto Distrital de Cultura en 1999 y el Internacional de poesía Valera Mora, en Caracas, durante el año 2008, entre muchos otros reconocimientos.
A continuación, presentamos algunas frases del poeta:
- “Los amigos son hermanos que nacieron en otra casa”.
- “Muchos amigos se aman más que los mismos amores”.
- “La poesía no tiene ni pro ni contra. Dios creó el mundo con un poema de siete versos. Y seguramente se apagará en el Apocalipsis con otro de igual tamaño. La poesía ha sido lo único por lo que se ha merecido vivir en el interregno”.
- “Ningún amor verdadero desaparece. A muchos los desaparecen. O se desvanecen”.
- “Creo más en la ternura que en el mismo amor. La ternura es el amor sublimado. He oído hablar de penas de amor, pero nunca de penas de ternura”.
- “La poesía me pide que me quede para no caer en el olvido”.
- “Las tragedias se tragaron la literatura, como por lo general las vidas”.
- “Recordar no es vivir, sino volver a vivir lo que pasó y aun lo que no pasó”.
- “Es muy bueno olvidar cuando es uno el que olvida. Sin embargo, nunca pude olvidar un amor, por más que haya hecho cambiar de cabeza”.