Fútbol y arte (I) (Fútbol paradójico)
“El fútbol se ha reconciliado con la palabra y es la mayor fuente de conversación del mundo”, Jorge Valdano.
Juan Carlos Rodas Montoya
De acuerdo con Valdano, el fútbol es la mayor fuente de conversación en todo el mundo y, mejor, se ha reconciliado con la palabra. Tarea estética y necesaria, porque la belleza, como dice Juan Tallón, hay que contarla, hay que narrarla, hay que hacer alusión a la belleza del fútbol, a la poética del deporte rey.
Le sugerimos leer: Del partido de fútbol al partido político (y II) (Fútbol paradójico).
Las últimas dos columnas las dediqué a los jugadores de fútbol que salieron del estadio y se fueron a habitar la morada de la política y, no siempre, con resultados favorables. Otros jugadores optaron por el cultivo del intelecto y asumieron la lectura como catarsis y, mejor, la escritura como una forma de admitir que el fútbol es una profesión corta y que el arte salva por sus dimensiones éticas y estéticas.
Algunos futbolistas se dedicaron a reconciliar el fútbol con la palabra y le tejieron sus mejores metáforas al profundo dolor humano y a las circunstancias existenciales. Dejaron sus malabares y gambetas del estadio, y comenzaron a practicar gambetas sintácticas y lingüísticas con énfasis en vida, muerte, soledad, amor y locura. Veamos algunos de estos ejemplos: Federico Bilbao Solozábal fue un jugador del Athletic y escribió más de 20 libros, entre los que se destacan Sonetos de geografía cercana, Una palabra en el cristal, Una piedra en el círculo y ¡Reniego! En 2014 le otorgaron el premio Elías Amézaga Urlezaga.
Le puede interesar: Fútbol en América Latina (Fútbol paradójico).
En la introducción de ¡Reniego! se puede leer una parte de la sinopsis de esta obra del vate futbolista: “El martirio de mi alma púber-adolescente me concedió el derecho de hurgar la verdad en mi propio ser y en la sociedad mentira que había creado y alimentado ese dolor. Lo hice en un diario poético informal que comencé a escribir a los 17 años recién cumplidos, con pluma de uña y tinta de sangre y que, a lo largo de mi vida, no he dejado de escribir”.
Otro jugador que avizoró un futuro posible en la escritura es Óscar de Marcos, quien jugó casi toda su vida en Athletic, fue cadete y en Togo, su libro, se refiere a sus propias experiencias vitales en este país africano que lo puso frente a una realidad cruda. Togo es una invitación a leer acerca de las adversidades del mundo en ese continente, pero sobre todo a leer las experiencias de un jugador de fútbol y que se convirtieron en pretexto para que los jóvenes que quieran jugarlo, a pesar de los pesares, tengan en esta especie de autobiografía un espejo de una vida compleja, tormentosa, pero, al fin y al cabo, es la vida de millones de seres humanos que van por el mundo narrando lo que les pasa. Un buen texto para invitar a los lectores a seguir estableciendo relaciones entre fútbol-vida-escritura-arte. Estas obras dicen de la condición humana que intenta reconciliaciones con la pelota, con la palabra y, mejor, con la unión silenciosa que provocan los tejidos poetizados. Escribir salva, a pesar de ser un acto tan solitario.
También puede leer: Fútbol en América Latina (Fútbol paradójico).
Cada jueves podrán recibir en sus correos el newsletter de El Magazín Cultural, un espacio en el que habrá reflexiones sobre nuestro presente, ensayos, reseñas de libros y películas y varias recomendaciones sobre la agenda cultural para sus fines de semana. Si desean inscribirse a nuestro newsletter, que estará disponible desde la segunda semana de marzo, puede hacerlo ingresando aquí.
De acuerdo con Valdano, el fútbol es la mayor fuente de conversación en todo el mundo y, mejor, se ha reconciliado con la palabra. Tarea estética y necesaria, porque la belleza, como dice Juan Tallón, hay que contarla, hay que narrarla, hay que hacer alusión a la belleza del fútbol, a la poética del deporte rey.
Le sugerimos leer: Del partido de fútbol al partido político (y II) (Fútbol paradójico).
Las últimas dos columnas las dediqué a los jugadores de fútbol que salieron del estadio y se fueron a habitar la morada de la política y, no siempre, con resultados favorables. Otros jugadores optaron por el cultivo del intelecto y asumieron la lectura como catarsis y, mejor, la escritura como una forma de admitir que el fútbol es una profesión corta y que el arte salva por sus dimensiones éticas y estéticas.
Algunos futbolistas se dedicaron a reconciliar el fútbol con la palabra y le tejieron sus mejores metáforas al profundo dolor humano y a las circunstancias existenciales. Dejaron sus malabares y gambetas del estadio, y comenzaron a practicar gambetas sintácticas y lingüísticas con énfasis en vida, muerte, soledad, amor y locura. Veamos algunos de estos ejemplos: Federico Bilbao Solozábal fue un jugador del Athletic y escribió más de 20 libros, entre los que se destacan Sonetos de geografía cercana, Una palabra en el cristal, Una piedra en el círculo y ¡Reniego! En 2014 le otorgaron el premio Elías Amézaga Urlezaga.
Le puede interesar: Fútbol en América Latina (Fútbol paradójico).
En la introducción de ¡Reniego! se puede leer una parte de la sinopsis de esta obra del vate futbolista: “El martirio de mi alma púber-adolescente me concedió el derecho de hurgar la verdad en mi propio ser y en la sociedad mentira que había creado y alimentado ese dolor. Lo hice en un diario poético informal que comencé a escribir a los 17 años recién cumplidos, con pluma de uña y tinta de sangre y que, a lo largo de mi vida, no he dejado de escribir”.
Otro jugador que avizoró un futuro posible en la escritura es Óscar de Marcos, quien jugó casi toda su vida en Athletic, fue cadete y en Togo, su libro, se refiere a sus propias experiencias vitales en este país africano que lo puso frente a una realidad cruda. Togo es una invitación a leer acerca de las adversidades del mundo en ese continente, pero sobre todo a leer las experiencias de un jugador de fútbol y que se convirtieron en pretexto para que los jóvenes que quieran jugarlo, a pesar de los pesares, tengan en esta especie de autobiografía un espejo de una vida compleja, tormentosa, pero, al fin y al cabo, es la vida de millones de seres humanos que van por el mundo narrando lo que les pasa. Un buen texto para invitar a los lectores a seguir estableciendo relaciones entre fútbol-vida-escritura-arte. Estas obras dicen de la condición humana que intenta reconciliaciones con la pelota, con la palabra y, mejor, con la unión silenciosa que provocan los tejidos poetizados. Escribir salva, a pesar de ser un acto tan solitario.
También puede leer: Fútbol en América Latina (Fútbol paradójico).
Cada jueves podrán recibir en sus correos el newsletter de El Magazín Cultural, un espacio en el que habrá reflexiones sobre nuestro presente, ensayos, reseñas de libros y películas y varias recomendaciones sobre la agenda cultural para sus fines de semana. Si desean inscribirse a nuestro newsletter, que estará disponible desde la segunda semana de marzo, puede hacerlo ingresando aquí.