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En esta entrega sobre futbolistas suicidas voy a incluir una lista de estos jugadores que tomaron la decisión de salir de la fila para buscar juego en otras canchas celestiales o infernales.
Es el caso de Alan Davies, jugador que nació en Inglaterra, pero sus padres eran de Gales. Debutó en el Manchester United, después jugó en equipos como el Newcastle United, el Charlton Athletic, el Carlisle United, el Swansea City (dos temporadas) y el Bradford City. Se suicidó por envenenamiento con monóxido de carbono.
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En una investigación de su compañero de juego, Gary Speed, quien se ahorcó en noviembre de 2011, se alegó que ambos jugadores fueron abusados sexualmente por Barry Bennell, reconocido jugador y entrenador de fútbol, además de abusador de niños. Esta circunstancia no se aclaró del todo, pero se sugiere que esta puede ser la razón de estas dos muertes.
A esta lista se suma el nombre del jugador argentino Alberto Vivalda, quien, como otros jugadores, optó por tirársele a un tren en movimiento. Vivalda debutó como arquero en River Plate, fue integrante de Millonarios, Colombia, durante tres años y lo bautizaron “El loco”. El suicidio aconteció el 4 de febrero de 1994, cuatro meses antes del Mundial de Estados Unidos. Dicen las noticias que Vivalda tenía una gran depresión y estaba cansado de los problemas familiares y económicos. Vivalda se arrojó al paso de un tren en la estación de Vicente López en las vías de ferrocarril Mitre. Solucionó su problema, pero dejó otros: es la ley de la vida.
Otro integrante de esta fatal lista es el jugador chileno Raimundo Tupper Lyon, quien falleció a los 26 años de edad, después de arrojarse desde un balcón del noveno piso del Hotel Centro Colón, en San José (Costa Rica), el 20 de julio de 1995, debido a una depresión. A pesar del paso del tiempo, hoy hay una cruz blanca instalada en las altas montañas de San Carlos de Apoquindo que hace un homenaje al “Mumo”, apodo con el que lo recuerdan los hinchas de la Universidad Católica de Chile, equipo en el que debutó y, en 2009 Hugo Pinto Silva escribió un libro titulado Mumo... por siempre, que relata la biografía del jugador que era muy disciplinado tácticamente porque alcanzó a jugar como delantero, volante y defensor. (Extraño caso de un jugador polivalente. Además, hay otra curiosidad: jamás fue expulsado de un terreno de juego. Excepcional).
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Para concluir esta columna he de citar a Ramiro Castillo, “Chocolatín”, quien se convirtió en el boliviano con más partidos en la historia del fútbol argentino, con 146 y 10 goles convertidos. Este jugador boliviano cayó en una severa depresión por la muerte de su hijo. A los cuatro meses de esta pérdida, “Chocolatín” fue encontrado ahorcado, con una corbata, el 18 de octubre de 1997. Definitivamente, como sugiere Camus: “El único problema filosófico verdaderamente serio es el suicidio”.