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Cada año las distintas muestras de arte internacional convocan a galeristas, artistas y coleccionistas con el objetivo de reunir, exponer y comercializar las piezas procedentes de diferentes regiones. En las últimas dos décadas, este modelo económico, originado en Europa, se ha expandido por todo el globo. Ya no se habla únicamente de las ferias icónicas, como Art Cologne, de Alemania; FIAC, en París; o el Armory Show, de Nueva York. A la escena artística se han sumado, por nombrar algunas, Arte Fiera, en Italia; ARCO Madrid, en España; Zona Maco, en México; Art Basel, en China, la Bienal de Sao Paulo, en Brasil, y ARTBO | Feria Internacional de Arte de Bogotá, en Colombia.
Estos espacios de exposición, además de poner en circulación obras de arte, centran la mirada en los países que durante unos días albergan a cientos de artistas, curadores, coleccionistas y periodistas.
“Hace trece años, el mercado de arte tenía como protagonistas a Venezuela y México; por esa época Colombia era uno de los países más atrasados en cuanto a la existencia de ferias, y la gente apenas comenzaba a curiosear lo que era pensar en adquirir una obra de arte. Sumado a eso está que en los años noventa no se vendía nada. Todo el país estaba en medio de la crisis institucional y la guerra contra el narcotráfico; eso hizo que muchas personas se fueran de ahí”, narra el galerista León Tovar.
Para la época en la que Tovar se llevó su galería a Estados Unidos, según cuenta, apenas existían cuatro galerías en la capital colombiana y la asociación de galeristas estaba compuesta por siete u once personas. En ese momento en el que el mercado quedó desierto, los artistas no lograban ninguna representación internacional y ser colombiano era todo un estigma, fue cuando la Cámara de Comercio de Bogotá creó una feria capaz de dinamizar el mercado y hacer de Colombia un referente artístico.
Desde la aparición de ARTBO, en 2004, los ojos de curadores y coleccionistas empezaron a estar puestos en la producción nacional. “La creación de esta Feria permitió ver a Colombia como un país que realmente está en vías de desarrollo y ha dejado de ser un lugar inseguro. Así, los artistas fueron más tenidos en cuenta por galerías internacionales. El país se convirtió en un sitio de acopio de artistas y esto se notó con el incremento de galerías que hay ahora y con la reactivación del Museo de Arte Moderno”, agrega Tovar.
La feria, que contó en su primera edición con la participación de 14 galerías nacionales y 15 internacionales, ha pasado a tener 75 galerías de 18 países en esta versión. Su desarrollo se ha visto vinculado con el mercado a través de las secciones Principal, Referentes, Proyectos y Sitios.
El proceso de selección
El comité de selección, compuesto por Elba Benítez, de la Galería Elba Benítez (Madrid); Eduardo Brandao, de Vermelho (Brasil); León Tovar, de la Galería León Tovar (Estados Unidos); Alex Mor, de Mor Charpentier (París) y Beatriz López, del Instituto de Visión (Colombia), es el encargado de elegir las galerías emergentes y de vanguardia que participan en la sección Principal de la feria, que este año tendrá obras modernas y contemporáneas.
“Año tras año hacemos una convocatoria pública internacional en la que las galerías se postulan con todo su proyecto. Envían información sobre su trayectoria y la propuesta de lo que van a traer. El comité las evalúa bajo unos criterios y les da unos puntajes, las que tienen los más altos son las que vienen”, explica María Paz Gaviria, directora de ARTBO.
A la sección Principal, que concentra lo mejor de las galerías nacionales e internacionales, se le suma este año una nueva categoría: 21 m², un espacio dedicado exclusivamente a galerías de hasta seis años de trayectoria y que por primera vez están en la Feria. Las nueve seleccionadas son: Espacio El Dorado, Liberia central contemporánea, Lokkus Arte Contemporáneo y Rincón Projects, por Colombia. De México, Galería Machete, Parque Galería y Proyecto Paralelo. De España, Espacio Valverde, y de República Dominicana, Sindicato.
Para Eduardo Brandao, director de la galería Vermelho, esta iniciativa busca apoyar esos nuevos espacios que quieren hacer parte de la feria, pero sin afectar directamente sus finanzas. “Las galerías que participan tienen un mutuo beneficio, las jóvenes pueden aprender de las que tienen más trayectoria conociendo sus experiencias, y a su vez refrescan la muestra, porque llevan nuevas ideas”, dice Brandao.
Libertad y democracia
La brasileña Kiki Mazzucchelli es la curadora de la sección Proyectos. Contra el olvido es el título de esta muestra, que pretende dar respuesta al surgimiento mundial de ideologías de extrema derecha, nacionalistas o conservadoras, que surgieron durante el 2016. Su idea es revisar las obras de arte y todas las prácticas que llamen la atención sobre una serie de valores que para ella son básicos, como la libertad o la diversidad, y que con el paso del tiempo se han visto amenazados.
Esta propuesta, que fue realizada en colaboración con las galerías invitadas, le ha permitido reunir la mirada de los artistas a partir de sus contextos locales. Es el caso de Nohemí Pérez, que presenta un trabajo en la región del Catatumbo con el Instituto de Visión, y la instalación de Rosenberg Sandoval, Habitación de los niños, con Casas Riegner.
Mazzucchelli se interesa por explorar las sociedades que prometían un modelo igualitario e inclusivo y hoy son cuestionadas por los discursos divisivos. Por esto, parte de acontecimientos como el Bogotazo para ejemplificar lo que fue el surgimiento del populismo.
Así es como las obras de los 15 artistas, representados por sus galerías, que hacen parte de esta sección son una manifestación narrativa simbólica o histórica de las formas como el conocimiento desempeña un papel importante en la integración de las comunidades y la creación de espacios de libertad.
Los referentes
La segunda sección, que se conforma a partir de las obras que tienen las galerías inscritas a ARTBO, es Referentes. En esta, el curador designado es autónomo para elegir el enfoque que quiere darle.
Para la décimo tercera edición de la Feria, la colombiana Sylvia Suárez ha sido la encargada de desarrollar la exposición de arte gráfico 33 Revoluciones, en la que explora las obras realizadas desde la segunda mitad del siglo XX y hasta 1989.
“Referentes tiene el objetivo de observar desde distintos puntos de vista el surgimiento de las prácticas artísticas contemporáneas. La búsqueda de esta muestra tuvo como rango de referencia las décadas a través de las cuales se cuestionó de muchas formas el modernismo de los años precedentes y sus manifestaciones en el sistema del arte. No obstante, se incluyen algunas piezas que se desfasan ligeramente con respecto a este marco, porque creo que se articulaban bien en la exposición”, explica Suárez.
Las 200 piezas que serán exhibidas provienen de galerías de Perú, Colombia, Argentina, España, Francia, Alemania, Estados Unidos y Venezuela, las mismas que hacen parte de la sección Principal. Su objetivo, según la curadora, no es romper paradigmas, sino proponer desplazamientos con respecto a las clasificaciones histórico-artísticas vigentes y, sobre todo, ver en conjunto la producción gráfica de artistas que representan corrientes ideológicas distintas.
Obras en un espacio específico
En el recinto ferial también se tiene un espacio que busca estimular la percepción del espectador a través de la instalación de obras que trascienden los formatos tradicionales de exhibición en stand y crean un diálogo con lo que es el arte contemporáneo. La sección Sitio trae este año obras de arte moderno y contemporáneo de los siguientes artistas: Iván Argote (galería Vermelho), Jorge Julián Aristizábal (Galería de la Oficina), François Bucher (Alarcón Criado), Jesús Rafael Soto (León Tovar Gallery), Henk Stallinga (Michael Sturm Gallery), Bäckerstrasse4 y Leyla Cárdenas, ganadora del Premio Oma al Arte 2016 (Casas Riegner).
ARTBO, el despertar del arte colombiano
Aunque esta Feria ya ha alcanzado el reconocimiento internacional y año tras año aumenta el número de asistentes, invitados y ventas, también ha visibilizado cómo el mercado del arte en Colombia tiene retos en cuanto a las dinámicas de coleccionismo, en comparación con otros países de la región.
“El mecenazgo es una práctica que, quizás, estamos lejos de ver en Colombia. Sin embargo, el tener a grandes galerías en el país o que en ciudades intermedias se estén abriendo espacios de exposición es una muestra de que la gente joven sí se está interesando por adquirir una obra de arte. Por esto creo que los coleccionistas tienen que entrar a ser más protagonistas, que el Gobierno reconozca a estas personas y les permita entrar en un modelo más internacional”, afirma León Tovar.
Además del recinto ferial, ARTBO activa cerca de 140 espacios durante los cuatro días de feria. Esto la ha hecho ser considerada como el principal eje dinamizador del arte en Bogotá, no solo por abrirle la puerta a las galerías, artistas y coleccionistas, sino también por permitir llevar lo nuestro a otros rincones del mundo y por brindarle oportunidades a esos jóvenes que sueñan con convertirse en los referentes de este tiempo.
El apoyo a las galerías, la base con la que fue creada la feria, se da con el objetivo de permitirle a los artistas legitimar el valor de sus obras y ser reconocidos internacionalmente.
Todo con miras a reafirmar a Bogotá como la capital de la cultura, la inversión y los negocios.