Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Cromos

                          Vea

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Suscriptores

                                      Beneficios

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Descuentos

                                                                                                    Idiomas

                                                                                                    EE ADS

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Blogs

                                                                                                          Especiales

                                                                                                            Descarga la App

                                                                                                              Edición Impresa

                                                                                                                Suscripción

                                                                                                                  Eventos

                                                                                                                    Foros El Espectador

                                                                                                                      Pauta con nosotros en EE

                                                                                                                        Pauta con nosotros en Cromos

                                                                                                                          Pauta con nosotros en Vea

                                                                                                                            Avisos judiciales

                                                                                                                              Preguntas Frecuentes

                                                                                                                                Contenido Patrocinado
                                                                                                                                07 de febrero de 2022 - 10:49 a. m.

                                                                                                                                Gay Talese cumple 90 años: capítulo de “El motel del voyeur”

                                                                                                                                Hoy es un día para celebrar la obra del legendario escritor estadounidense. Este libro, sello editorial Alfaguara, fue producto de una carta que recibió de un lector y que se convirtió en ficción 36 años después.

                                                                                                                                Gay Talese * / Especial para El Espectador

                                                                                                                                Gay Talese nació el 7 de febrero de 1932 en Ocean City, Nueva Jersey, Estados Unidos. La imagen corresponde a una entrevista que concedió a El Espectador en 2015, en Bogotá. Por sus obras de no ficción es considerado un clásico del periodismo literario, aunque también ha publicado varias novelas inspiradas en la mafia italiana.
                                                                                                                                Foto: Luis Ángel - El Espectador
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Conozco a un hombre casado y con dos hijos que hace muchos años se compró un motel de veintiuna habitaciones cerca de Denver a fin de convertirse en su voyeur residente.

                                                                                                                                Con la ayuda de su esposa, practicó unos agujeros de forma rectangular en los techos de una docena de habitaciones; cada uno medía quince por treinta y cinco centímetros. A continuación, cubrió las aberturas con unas lamas de aluminio de celosía que simulaban rejillas de ventilación, pero que en realidad eran conductos de observación que le permitían, mientras estaba arrodillado o de pie en el suelo del desván cubierto por una gruesa moqueta, bajo el tejado a dos aguas del motel, ver a los huéspedes de las habitaciones de abajo. Estuvo observándolos durante décadas, al tiempo que llevaba un diario en el que anotaba casi cada día lo que veía y oía. Y durante todos esos años, nunca lo pillaron. (Recomendamos: La entrevista de Gay Talese para Juan David Torres de El Espectador).

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                No había oído hablar de ese individuo hasta el día en que recibí una carta escrita a mano, enviada por correo exprés y sin firma, fechada el 7 de enero de 1980 y remitida a mi casa de Nueva York. Comenzaba así:

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Querido señor Talese:

                                                                                                                                Tras enterarme de la publicación de su muy esperado estudio sobre el sexo a lo largo y ancho del país, que se incluirá en su libro de próxima aparición La mujer de tu prójimo, me considero poseedor de una importante información que podría formar parte de ese libro o de otro futuro.

                                                                                                                                Seré más concreto. Desde hace quince años soy el propietario de un pequeño motel de veintiuna unidades situado en el área metropolitana de Denver, y al tratarse de un establecimiento de clase media, ha atraído a gente de lo más variopinto y ha tenido como huéspedes a una muestra enormemente representativa de la población estadounidense. Compré este motel para satisfacer mis tendencias de voyeur y mi irresistible interés por todas las fases de la vida de la gente, tanto social como sexualmente, y para responder a la antiquísima pregunta de «cómo la gente se comporta sexualmente en la intimidad de su dormitorio».

                                                                                                                                A fin de lograr ese objetivo, compré este motel y lo dirigí yo mismo, desarrollando un método infalible para poder observar y escuchar las interacciones de las vidas de diferentes personas sin que se enteraran de que eran observadas.Lo hice tan solo por mi ilimitada curiosidad acerca de la gente, y no únicamente como si fuera un voyeur perturbado. Es algo que he hecho durante los últimos quince años, y he llevado un diario escrupuloso de la mayoría de individuos que he observado, compilando interesantes estadísticas sobre cada uno: qué hacían, qué decían, sus características individuales; edad y complexión; región de procedencia, y comportamiento sexual. Estos individuos eran de condiciones sociales y profesiones diversas. El hombre de negocios que lleva a su secretaria a un motel a mediodía, algo que generalmente se clasifica como «de casquete rápido» en el gremio de moteleros. Parejas casadas que viajaban de un estado a otro, ya fuera por negocios o vacaciones. Parejas que no estaban casadas pero vivían juntas. Mujeres que engañaban a su marido y viceversa. Lesbianismo, del que llevé a cabo un estudio personal debido a que cerca del motel se encuentra un hospital del ejército de los Estados Unidos en el que trabajan numerosas enfermeras y miembros femeninos del ejército. Homosexualidad, que no me interesaba mucho pero que observé para determinar su motivación y procedimiento. Los años setenta, sobre todo su parte final, trajeron otra desviación sexual llamada «sexo en grupo», que observé con gran interés.

                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Casi todo el mundo clasifica las prácticas precedentes como desviaciones sexuales, pero puesto que hay una gran proporción de gente que las practica de manera habitual, deberían reclasificarse como inclinaciones sexuales. Si los investigadores sexuales y la gente en general poseyeran la capacidad de indagar en las vidas privadas de los demás y ver cómo practican y llevan a cabo estas actividades, y pudieran determinar con exactitud el elevado porcentaje de personas normales que se entrega a estas así llamadas desviaciones, su opinión cambiaría de inmediato.

                                                                                                                                He visto expresarse casi todas las emociones humanas, con toda su tragedia y humor. Sexualmente hablando, durante estos últimos quince años he presenciado, observado y estudiado de primera mano el mejor sexo entre parejas, espontáneo, no de laboratorio, y casi todas las demás desviaciones concebibles.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                El principal objetivo a la hora de proporcionarle esta información confidencial es la creencia de que podría ser muy valiosa para la gente en general y para los investigadores del sexo en particular.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Además, durante mucho tiempo he querido contar esta historia, pero no tengo talento suficiente, y me da miedo que me descubran. Espero que esta fuente de información pueda ayudarle a añadir una perspectiva adicional a sus otras fuentes en la elaboración de su libro o libros futuros. Si no le interesa esta información, quizá podría ponerme en contacto con alguien que pudiera utilizarla. Si está interesado en obtener más datos o le gustaría inspeccionar mi motel y sus actividades, por favor escríbame al apartado de correos que adjunto o notifíqueme cómo debo ponerme en contacto con usted. De momento no puedo revelar mi identidad a causa de mi negocio, pero se la revelaré cuando me asegure que esta información será completamente confidencial

                                                                                                                                Espero que me responda. Gracias.Atentamente,

                                                                                                                                A/A del Titular del Apartado Apartado 31450 Aurora, Colorado 80041

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Tras recibir esa carta, la dejé en reserva unos cuantos días, sin saber muy bien cómo responder, ni si debería hacerlo. Me inquietaba profundamente que ese hombre hubiera violado la confianza de sus clientes e invadido su intimidad. Y al ser un escritor de no ficción que insiste en utilizar nombres auténticos en mis libros y artículos, supe enseguida que no aceptaría esa condición de anonimato, aun cuando, tal como sugería su carta, el remitente tuviera poca elección. Para evitar la cárcel, además de las probables demandas que podrían llevarle a la bancarrota, debía proteger la intimidad que había negado a sus huéspedes. Y alguien así, ¿podía ser una fuente fiable?

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Sin embargo, mientras releía algunas de sus frases escritas a mano —«Lo hice tan solo por mi ilimitada curiosidad acerca de la gente, y no únicamente como si fuera un voyeur perturbado» y «he llevado un diario escrupuloso de la mayoría de individuos que he observado»—, tuve que admitir que sus métodos de investigación y sus motivaciones se asemejaban a los míos en La mujer de tu prójimo. Por ejemplo, yo había tomado notas en privado mientras trabajaba como encargado en salones de masajes de Nueva York y me mezclaba con gente que practicaba el intercambio de parejas en la comunidad nudista de Sandstone Retreat, en el sur de California; y la primera frase de mi libro de 1969 sobre el New York Times, El reino y el poder, decía: «Casi todos los periodistas son incansables voyeurs que ven los defectos del mundo, las imperfecciones de la gente y los lugares». Pero la gente que yo observaba y de la que hablaba me había dado su consentimiento.

                                                                                                                                * Se publica con autorización de Penguin Random House Grupo Editorial, sello Alfaguara.

                                                                                                                                Gay Talese nació el 7 de febrero de 1932 en Ocean City, Nueva Jersey, Estados Unidos. La imagen corresponde a una entrevista que concedió a El Espectador en 2015, en Bogotá. Por sus obras de no ficción es considerado un clásico del periodismo literario, aunque también ha publicado varias novelas inspiradas en la mafia italiana.
                                                                                                                                Foto: Luis Ángel - El Espectador
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Conozco a un hombre casado y con dos hijos que hace muchos años se compró un motel de veintiuna habitaciones cerca de Denver a fin de convertirse en su voyeur residente.

                                                                                                                                Con la ayuda de su esposa, practicó unos agujeros de forma rectangular en los techos de una docena de habitaciones; cada uno medía quince por treinta y cinco centímetros. A continuación, cubrió las aberturas con unas lamas de aluminio de celosía que simulaban rejillas de ventilación, pero que en realidad eran conductos de observación que le permitían, mientras estaba arrodillado o de pie en el suelo del desván cubierto por una gruesa moqueta, bajo el tejado a dos aguas del motel, ver a los huéspedes de las habitaciones de abajo. Estuvo observándolos durante décadas, al tiempo que llevaba un diario en el que anotaba casi cada día lo que veía y oía. Y durante todos esos años, nunca lo pillaron. (Recomendamos: La entrevista de Gay Talese para Juan David Torres de El Espectador).

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                No había oído hablar de ese individuo hasta el día en que recibí una carta escrita a mano, enviada por correo exprés y sin firma, fechada el 7 de enero de 1980 y remitida a mi casa de Nueva York. Comenzaba así:

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Querido señor Talese:

                                                                                                                                Tras enterarme de la publicación de su muy esperado estudio sobre el sexo a lo largo y ancho del país, que se incluirá en su libro de próxima aparición La mujer de tu prójimo, me considero poseedor de una importante información que podría formar parte de ese libro o de otro futuro.

                                                                                                                                Seré más concreto. Desde hace quince años soy el propietario de un pequeño motel de veintiuna unidades situado en el área metropolitana de Denver, y al tratarse de un establecimiento de clase media, ha atraído a gente de lo más variopinto y ha tenido como huéspedes a una muestra enormemente representativa de la población estadounidense. Compré este motel para satisfacer mis tendencias de voyeur y mi irresistible interés por todas las fases de la vida de la gente, tanto social como sexualmente, y para responder a la antiquísima pregunta de «cómo la gente se comporta sexualmente en la intimidad de su dormitorio».

                                                                                                                                A fin de lograr ese objetivo, compré este motel y lo dirigí yo mismo, desarrollando un método infalible para poder observar y escuchar las interacciones de las vidas de diferentes personas sin que se enteraran de que eran observadas.Lo hice tan solo por mi ilimitada curiosidad acerca de la gente, y no únicamente como si fuera un voyeur perturbado. Es algo que he hecho durante los últimos quince años, y he llevado un diario escrupuloso de la mayoría de individuos que he observado, compilando interesantes estadísticas sobre cada uno: qué hacían, qué decían, sus características individuales; edad y complexión; región de procedencia, y comportamiento sexual. Estos individuos eran de condiciones sociales y profesiones diversas. El hombre de negocios que lleva a su secretaria a un motel a mediodía, algo que generalmente se clasifica como «de casquete rápido» en el gremio de moteleros. Parejas casadas que viajaban de un estado a otro, ya fuera por negocios o vacaciones. Parejas que no estaban casadas pero vivían juntas. Mujeres que engañaban a su marido y viceversa. Lesbianismo, del que llevé a cabo un estudio personal debido a que cerca del motel se encuentra un hospital del ejército de los Estados Unidos en el que trabajan numerosas enfermeras y miembros femeninos del ejército. Homosexualidad, que no me interesaba mucho pero que observé para determinar su motivación y procedimiento. Los años setenta, sobre todo su parte final, trajeron otra desviación sexual llamada «sexo en grupo», que observé con gran interés.

                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Casi todo el mundo clasifica las prácticas precedentes como desviaciones sexuales, pero puesto que hay una gran proporción de gente que las practica de manera habitual, deberían reclasificarse como inclinaciones sexuales. Si los investigadores sexuales y la gente en general poseyeran la capacidad de indagar en las vidas privadas de los demás y ver cómo practican y llevan a cabo estas actividades, y pudieran determinar con exactitud el elevado porcentaje de personas normales que se entrega a estas así llamadas desviaciones, su opinión cambiaría de inmediato.

                                                                                                                                He visto expresarse casi todas las emociones humanas, con toda su tragedia y humor. Sexualmente hablando, durante estos últimos quince años he presenciado, observado y estudiado de primera mano el mejor sexo entre parejas, espontáneo, no de laboratorio, y casi todas las demás desviaciones concebibles.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                El principal objetivo a la hora de proporcionarle esta información confidencial es la creencia de que podría ser muy valiosa para la gente en general y para los investigadores del sexo en particular.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Además, durante mucho tiempo he querido contar esta historia, pero no tengo talento suficiente, y me da miedo que me descubran. Espero que esta fuente de información pueda ayudarle a añadir una perspectiva adicional a sus otras fuentes en la elaboración de su libro o libros futuros. Si no le interesa esta información, quizá podría ponerme en contacto con alguien que pudiera utilizarla. Si está interesado en obtener más datos o le gustaría inspeccionar mi motel y sus actividades, por favor escríbame al apartado de correos que adjunto o notifíqueme cómo debo ponerme en contacto con usted. De momento no puedo revelar mi identidad a causa de mi negocio, pero se la revelaré cuando me asegure que esta información será completamente confidencial

                                                                                                                                Espero que me responda. Gracias.Atentamente,

                                                                                                                                A/A del Titular del Apartado Apartado 31450 Aurora, Colorado 80041

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Tras recibir esa carta, la dejé en reserva unos cuantos días, sin saber muy bien cómo responder, ni si debería hacerlo. Me inquietaba profundamente que ese hombre hubiera violado la confianza de sus clientes e invadido su intimidad. Y al ser un escritor de no ficción que insiste en utilizar nombres auténticos en mis libros y artículos, supe enseguida que no aceptaría esa condición de anonimato, aun cuando, tal como sugería su carta, el remitente tuviera poca elección. Para evitar la cárcel, además de las probables demandas que podrían llevarle a la bancarrota, debía proteger la intimidad que había negado a sus huéspedes. Y alguien así, ¿podía ser una fuente fiable?

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Sin embargo, mientras releía algunas de sus frases escritas a mano —«Lo hice tan solo por mi ilimitada curiosidad acerca de la gente, y no únicamente como si fuera un voyeur perturbado» y «he llevado un diario escrupuloso de la mayoría de individuos que he observado»—, tuve que admitir que sus métodos de investigación y sus motivaciones se asemejaban a los míos en La mujer de tu prójimo. Por ejemplo, yo había tomado notas en privado mientras trabajaba como encargado en salones de masajes de Nueva York y me mezclaba con gente que practicaba el intercambio de parejas en la comunidad nudista de Sandstone Retreat, en el sur de California; y la primera frase de mi libro de 1969 sobre el New York Times, El reino y el poder, decía: «Casi todos los periodistas son incansables voyeurs que ven los defectos del mundo, las imperfecciones de la gente y los lugares». Pero la gente que yo observaba y de la que hablaba me había dado su consentimiento.

                                                                                                                                * Se publica con autorización de Penguin Random House Grupo Editorial, sello Alfaguara.

                                                                                                                                Por Gay Talese * / Especial para El Espectador

                                                                                                                                Temas recomendados:

                                                                                                                                Ver todas las noticias
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
                                                                                                                                Aceptar