Georgy Tchaidze: “La música es un lenguaje universal al que no se le debe temer”
Georgy Tchaidze, quien participó en el Cartagena Festival de Música habló en entrevista sobre su paso por Cartagena, su pasión por el piano y las razones por las que cree que cualquier persona puede encontrar belleza en los lenguajes musicales.
Pedro Mendoza y Juan Guzmán.
Tchaidze llegó a la cita a la hora acordada, vestía de los dos colores que están en las 88 teclas del piano: blanco y negro. Fue amable. Esta es su segunda vez en el Cartagena Festival de música, que termina este sábado, 13 de enero.
Georgy Tchaidze nació en San Petersburgo, en 1988. Tenía siete años cuando comenzó a estudiar piano y violín. Se formó profesionalmente en el Conservatorio Estatal Tchaikovsky de Moscú y obtuvo su maestría en la Universidad de Berlín.
En Cartagena participó en varios conciertos: no usó pasapáginas e interpretó por primera vez algunas piezas. “Conocía sobre algunos trabajos de Brahms, pero nunca había tocado ni escuchado alguna de las piezas de Carl Nielsen, por ejemplo. Y cuando comencé a escucharlos me di cuenta de que este es el lenguaje que tengo que aprender porque nunca lo había escuchado”, dijo.
Caminando por los pasillos del Claustro de la Merced con un cielo azul, demostró una leve molestia por la temperatura. Entre otras cosas, dijo que le gustaba escuchar a sus amigos y a personas nuevas. El día en el que conversamos, estuvo en el recital de Nikita Boriso-Glebsky, y el Ensamble Allegria, la orquesta noruega que fue la residente en este XVIII Cartagena Festival de Música.
Durante esta entrevista, que de fondo tuvo a algunos visitantes al claustro, dijo que estaba feliz por compartir este tiempo de facetas y música: “Yo llevo música a las personas, ese es mi objetivo en la vida”.
Desde los siete años aprendió a tocar el piano y ha tenido participación en muchas competiciones. A pesar de haber ganado muchas de ellas, hay una ausencia en los últimos años. ¿Por qué se alejó?
Participé en muchas competiciones internacionales. Algunas qme gustaron, otras no por diferentes cosas. Sin embargo, pienso que se aprende mucho. Puedo decir que, para los músicos, especialmente para los más jóvenes, es la única forma de crecer. Es una gran experiencia. Nunca he pensado en volver a competir. Primero, por una cuestión de edad: usualmente, la competición no permite personas de edades mayores a 32 años. Ya yo estoy por encima de esa edad y no siento que quiera competir otra vez así hubiera nuevos escenarios.
La vida es una constante búsqueda sobre el qué hacer y el cómo hacer las cosas. ¿Cómo encontró la forma para desarrollarse como un artista?
Escuchando muchas grabaciones y conciertos. He aprendido de mis profesores, amigos y de los festivales que frecuento. Esto es lo que más me gusta: siempre hay un intercambio de experiencias. Puedes escuchar a tus colegas, a tus amigos, a nuevas personas, conocerlas, hablarles, ir a sus conciertos y esta es la forma en la que creces por tu cuenta
El camino de un artista es una mezcla de vivencias y estudio constante. Usted es muy joven aún. ¿Qué espera de su trabajo en unos 10 años?
En 10 años… Nunca pienso en esos términos. Solo espero que lo que profundamente amo, la música y tocar el piano, estén presentes en mi vida. Y algo relevante: que sea capaz de alcanzar a mucha más audiencia con mi amor por la música, sea a través de conciertos, festivales u otras presentaciones. Es muy sencillo: amo cierta música y le presento ese amor a la audiencia. Si alguna persona entre ese público también siente lo mismo, tendremos una experiencia maravillosa.
Ha publicado tres grabaciones con el sello Honens. ¿Cómo asume los tiempos modernos de la música donde las “playlist” pueden ser los mayores difusores de su trabajo?
Para mí, todo lo que ayude es bienvenido. Como músico, me parecen geniales esas plataformas como YouTube o Spotify. Nuestro objetivo es estar presentes lo más que podamos y en todos lados, así que es increíble que estas plataformas existan.
Debo confesar que no soy un gran especialista en este asunto ni le pongo mucha atención porque siempre estoy ocupado en preparar conciertos y otras cosas, pero claro que uso mucho los nuevos medios para mi trabajo.
El piano y el violín forman parte de su desarrollo artístico. ¿Más adelante ha pensado en la composición?
De hecho, compuse cuando era joven. Sin embargo, me di cuenta de que me gusta explorar el mundo de muchos compositores. Me gusta mucho ese trabajo. Amo la música que ya ha sido escrita, ofrece muchísimo y tiene una gran variabilidad.
Nos llamó la atención que en este Cartagena Festival de Música no usara un “pasapáginas”, ese asistente a su lado que lee la partitura con usted y le cambia las hojas, ¿por qué?
Estoy usando tecnología moderna, como muchos de mis colegas: un Ipad con un pedal especial que tiene bluetooth, así que puedes pasar las páginas sin ayuda. Eres independiente, no dependes de otra persona, por lo que se evitan algunos errores ocasionales que usualmente suceden durante el concierto. Eso es bueno para la música de ese tipo. He experimentado muchas cosas así en mi carrera. Algunas veces los pasapáginas realmente no están preparados o no están lo suficientemente atentos y en ocasiones pierden la línea del piano. Eso hace parte del trabajo, pero claro, hoy en día quieres estar en el escenario solo. Nosotros estamos concentrados en nuestra música y las personas están concentradas en ti, no en todo este grupo de personas sobre el escenario.
¿La tecnología es más eficiente?
Sí, eso creo. Las cosas funcionan bien, pero debo decir que no todos los pianistas pueden manejarlo bien. Ya tenemos tres pedales debajo y aquí te agregan más, dos más. Así que es algo de mucha coordinación y uno tiene que aprenderlo.
Hablemos sobre la sinfonía de la naturaleza: ¿cómo lograr adaptar la música a colores, vientos, estaciones, entre otros elementos de la misma, con el piano?
Bueno, es difícil porque tú realmente no puedes describir esos elementos de la naturaleza en la música. Tú sólo sientes que cierto tipo de música representa a la naturaleza, a ciertos tipos de naturaleza, pero ¿qué es lo que exactamente la representa? No puedes describir la música, no puedes describir el sentimiento de la naturaleza, solo vas y te dejas llevar por la música debido a que es un lenguaje universal. Algunas veces es solo algo que aprendes con el oído, con la música, con el lenguaje, con todo. Es una combinación de muchas cosas.
¿Qué ha aprendido al acercarse a la música de Nielsen, Gade, Brahms y Sibelius?
Muchas cosas. Primero que todo, yo nunca había experimentado con las piezas que toqué aquí. Esta fue la primera vez que lo hice en público y he aprendido mucho de ellas especialmente para este festival. Conocía sobre algunos trabajos de Brahms, pero nunca había tocado ni escuchado alguna de las piezas de Carl Nielsen, por ejemplo. Cuando comencé a escucharlos me di cuenta de que este es el lenguaje que tengo que aprender porque nunca lo había escuchado. No tenía ninguna experiencia con ese tipo de música así que comencé a indagar y explorar este repertorio y a escuchar estas hermosas sinfonías. Fue muy impresionante, debo decir.
Son seis sinfonías, pero especialmente la n° 4 es una asombrosa pieza de arte. Fue una de las más impresionantes e inspiradoras para mí en las últimas semanas. La he estado escuchando sin parar. Así que gracias al Cartagena Festival de Cartagena por hacer que esto sucediera.
Revisando su Instagram encontramos una foto que está en color sepia. En uno de sus comentarios dice en ruso, “¡Ustedes son mis conejitos!, Levushka se parece a ti”. Cuéntenos sobre esa foto…
¡Ese soy yo! Estoy con mi hermano. Tenía dos o tres años y él cuatro. No recuerdo mucho de esa historia, solo sé que la fotografía existe, fue hace muchos años. Mi hermano nunca tocó el violín, pero podría decirse que está en el negocio de la música: es ingeniero musical. Es el hombre que escucha la música, los sonidos.
Usted dice que para entender un lenguaje tan complicado como la música, hay que intentar estudiarla. En esta Cartagena tan desigual, jóvenes de escasos recursos han encontrado en la música clásica una oportunidad para mejorar su calidad de vida. ¿Qué les dice a ellos?
No tengan miedo de ir a ningún concierto. La música puede ser un lenguaje complicado a primera vista debido a que no entiendes todos sus ángulos. Sin embargo, vayan, intenten encontrar la belleza de este lenguaje. Se los aseguro, la encontrarán. La música es un lenguaje universal al que no se le debe temer.Ese es el mensaje más importante que le puedo enviar a las generaciones más jóvenes.
Esta es una ciudad de murallas, castillos y balcones, ¿qué ha aprendido de Cartagena? Y por supuesto, ¿volvería sin su piano?
Por supuesto que me encantaría volver y traer a mis amigos y mi familia aquí para mostrarles lo que he visto y lo que amo de Cartagena. En la música tenemos algo a lo que llamamos “polifónico”, que es cuando tenemos más de una voz presentada al mismo tiempo y puedes escucharlas todas. Algo como eso es lo que escucho en las calles de Cartagena: es muy polifónica, casi una experiencia sinfónica.
¿La música puede contribuir a la paz en una sociedad? ¿Qué interpretar para la guerra entre Ucrania y Rusia?
Desafortunadamente, no veo que la música pueda parar ningún tipo de conflicto porque estos son hechos ocasionados por fuerzas mucho más grandes y destructivas. Sin embargo, la gran virtud de la música, todo tipo de música (clásica, folclórica, rock) es reconfortar a las personas, traerles paz a sus almas. Es lo mínimo que, como artistas, podemos hacer frente a una tragedia increíble.
Tchaidze llegó a la cita a la hora acordada, vestía de los dos colores que están en las 88 teclas del piano: blanco y negro. Fue amable. Esta es su segunda vez en el Cartagena Festival de música, que termina este sábado, 13 de enero.
Georgy Tchaidze nació en San Petersburgo, en 1988. Tenía siete años cuando comenzó a estudiar piano y violín. Se formó profesionalmente en el Conservatorio Estatal Tchaikovsky de Moscú y obtuvo su maestría en la Universidad de Berlín.
En Cartagena participó en varios conciertos: no usó pasapáginas e interpretó por primera vez algunas piezas. “Conocía sobre algunos trabajos de Brahms, pero nunca había tocado ni escuchado alguna de las piezas de Carl Nielsen, por ejemplo. Y cuando comencé a escucharlos me di cuenta de que este es el lenguaje que tengo que aprender porque nunca lo había escuchado”, dijo.
Caminando por los pasillos del Claustro de la Merced con un cielo azul, demostró una leve molestia por la temperatura. Entre otras cosas, dijo que le gustaba escuchar a sus amigos y a personas nuevas. El día en el que conversamos, estuvo en el recital de Nikita Boriso-Glebsky, y el Ensamble Allegria, la orquesta noruega que fue la residente en este XVIII Cartagena Festival de Música.
Durante esta entrevista, que de fondo tuvo a algunos visitantes al claustro, dijo que estaba feliz por compartir este tiempo de facetas y música: “Yo llevo música a las personas, ese es mi objetivo en la vida”.
Desde los siete años aprendió a tocar el piano y ha tenido participación en muchas competiciones. A pesar de haber ganado muchas de ellas, hay una ausencia en los últimos años. ¿Por qué se alejó?
Participé en muchas competiciones internacionales. Algunas qme gustaron, otras no por diferentes cosas. Sin embargo, pienso que se aprende mucho. Puedo decir que, para los músicos, especialmente para los más jóvenes, es la única forma de crecer. Es una gran experiencia. Nunca he pensado en volver a competir. Primero, por una cuestión de edad: usualmente, la competición no permite personas de edades mayores a 32 años. Ya yo estoy por encima de esa edad y no siento que quiera competir otra vez así hubiera nuevos escenarios.
La vida es una constante búsqueda sobre el qué hacer y el cómo hacer las cosas. ¿Cómo encontró la forma para desarrollarse como un artista?
Escuchando muchas grabaciones y conciertos. He aprendido de mis profesores, amigos y de los festivales que frecuento. Esto es lo que más me gusta: siempre hay un intercambio de experiencias. Puedes escuchar a tus colegas, a tus amigos, a nuevas personas, conocerlas, hablarles, ir a sus conciertos y esta es la forma en la que creces por tu cuenta
El camino de un artista es una mezcla de vivencias y estudio constante. Usted es muy joven aún. ¿Qué espera de su trabajo en unos 10 años?
En 10 años… Nunca pienso en esos términos. Solo espero que lo que profundamente amo, la música y tocar el piano, estén presentes en mi vida. Y algo relevante: que sea capaz de alcanzar a mucha más audiencia con mi amor por la música, sea a través de conciertos, festivales u otras presentaciones. Es muy sencillo: amo cierta música y le presento ese amor a la audiencia. Si alguna persona entre ese público también siente lo mismo, tendremos una experiencia maravillosa.
Ha publicado tres grabaciones con el sello Honens. ¿Cómo asume los tiempos modernos de la música donde las “playlist” pueden ser los mayores difusores de su trabajo?
Para mí, todo lo que ayude es bienvenido. Como músico, me parecen geniales esas plataformas como YouTube o Spotify. Nuestro objetivo es estar presentes lo más que podamos y en todos lados, así que es increíble que estas plataformas existan.
Debo confesar que no soy un gran especialista en este asunto ni le pongo mucha atención porque siempre estoy ocupado en preparar conciertos y otras cosas, pero claro que uso mucho los nuevos medios para mi trabajo.
El piano y el violín forman parte de su desarrollo artístico. ¿Más adelante ha pensado en la composición?
De hecho, compuse cuando era joven. Sin embargo, me di cuenta de que me gusta explorar el mundo de muchos compositores. Me gusta mucho ese trabajo. Amo la música que ya ha sido escrita, ofrece muchísimo y tiene una gran variabilidad.
Nos llamó la atención que en este Cartagena Festival de Música no usara un “pasapáginas”, ese asistente a su lado que lee la partitura con usted y le cambia las hojas, ¿por qué?
Estoy usando tecnología moderna, como muchos de mis colegas: un Ipad con un pedal especial que tiene bluetooth, así que puedes pasar las páginas sin ayuda. Eres independiente, no dependes de otra persona, por lo que se evitan algunos errores ocasionales que usualmente suceden durante el concierto. Eso es bueno para la música de ese tipo. He experimentado muchas cosas así en mi carrera. Algunas veces los pasapáginas realmente no están preparados o no están lo suficientemente atentos y en ocasiones pierden la línea del piano. Eso hace parte del trabajo, pero claro, hoy en día quieres estar en el escenario solo. Nosotros estamos concentrados en nuestra música y las personas están concentradas en ti, no en todo este grupo de personas sobre el escenario.
¿La tecnología es más eficiente?
Sí, eso creo. Las cosas funcionan bien, pero debo decir que no todos los pianistas pueden manejarlo bien. Ya tenemos tres pedales debajo y aquí te agregan más, dos más. Así que es algo de mucha coordinación y uno tiene que aprenderlo.
Hablemos sobre la sinfonía de la naturaleza: ¿cómo lograr adaptar la música a colores, vientos, estaciones, entre otros elementos de la misma, con el piano?
Bueno, es difícil porque tú realmente no puedes describir esos elementos de la naturaleza en la música. Tú sólo sientes que cierto tipo de música representa a la naturaleza, a ciertos tipos de naturaleza, pero ¿qué es lo que exactamente la representa? No puedes describir la música, no puedes describir el sentimiento de la naturaleza, solo vas y te dejas llevar por la música debido a que es un lenguaje universal. Algunas veces es solo algo que aprendes con el oído, con la música, con el lenguaje, con todo. Es una combinación de muchas cosas.
¿Qué ha aprendido al acercarse a la música de Nielsen, Gade, Brahms y Sibelius?
Muchas cosas. Primero que todo, yo nunca había experimentado con las piezas que toqué aquí. Esta fue la primera vez que lo hice en público y he aprendido mucho de ellas especialmente para este festival. Conocía sobre algunos trabajos de Brahms, pero nunca había tocado ni escuchado alguna de las piezas de Carl Nielsen, por ejemplo. Cuando comencé a escucharlos me di cuenta de que este es el lenguaje que tengo que aprender porque nunca lo había escuchado. No tenía ninguna experiencia con ese tipo de música así que comencé a indagar y explorar este repertorio y a escuchar estas hermosas sinfonías. Fue muy impresionante, debo decir.
Son seis sinfonías, pero especialmente la n° 4 es una asombrosa pieza de arte. Fue una de las más impresionantes e inspiradoras para mí en las últimas semanas. La he estado escuchando sin parar. Así que gracias al Cartagena Festival de Cartagena por hacer que esto sucediera.
Revisando su Instagram encontramos una foto que está en color sepia. En uno de sus comentarios dice en ruso, “¡Ustedes son mis conejitos!, Levushka se parece a ti”. Cuéntenos sobre esa foto…
¡Ese soy yo! Estoy con mi hermano. Tenía dos o tres años y él cuatro. No recuerdo mucho de esa historia, solo sé que la fotografía existe, fue hace muchos años. Mi hermano nunca tocó el violín, pero podría decirse que está en el negocio de la música: es ingeniero musical. Es el hombre que escucha la música, los sonidos.
Usted dice que para entender un lenguaje tan complicado como la música, hay que intentar estudiarla. En esta Cartagena tan desigual, jóvenes de escasos recursos han encontrado en la música clásica una oportunidad para mejorar su calidad de vida. ¿Qué les dice a ellos?
No tengan miedo de ir a ningún concierto. La música puede ser un lenguaje complicado a primera vista debido a que no entiendes todos sus ángulos. Sin embargo, vayan, intenten encontrar la belleza de este lenguaje. Se los aseguro, la encontrarán. La música es un lenguaje universal al que no se le debe temer.Ese es el mensaje más importante que le puedo enviar a las generaciones más jóvenes.
Esta es una ciudad de murallas, castillos y balcones, ¿qué ha aprendido de Cartagena? Y por supuesto, ¿volvería sin su piano?
Por supuesto que me encantaría volver y traer a mis amigos y mi familia aquí para mostrarles lo que he visto y lo que amo de Cartagena. En la música tenemos algo a lo que llamamos “polifónico”, que es cuando tenemos más de una voz presentada al mismo tiempo y puedes escucharlas todas. Algo como eso es lo que escucho en las calles de Cartagena: es muy polifónica, casi una experiencia sinfónica.
¿La música puede contribuir a la paz en una sociedad? ¿Qué interpretar para la guerra entre Ucrania y Rusia?
Desafortunadamente, no veo que la música pueda parar ningún tipo de conflicto porque estos son hechos ocasionados por fuerzas mucho más grandes y destructivas. Sin embargo, la gran virtud de la música, todo tipo de música (clásica, folclórica, rock) es reconfortar a las personas, traerles paz a sus almas. Es lo mínimo que, como artistas, podemos hacer frente a una tragedia increíble.