Gobierno de Argentina busca retirar libros de escuelas por contenido “inmoral”
Luego de una publicación de la vicepresidenta Victoria Villarruel en su cuenta de X, en la que calificaba a “Cometierra” de Dolores Reyes como un libro “inmoral”, varias organizaciones se han unido al llamado para retirar títulos de algunas escritoras presentes en el programa “Identidades Bonaerenses”.
La publicación de la vicepresidenta Victoria Villarruel iba dirigida al gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Alex Kicilloff, quien ha apoyado el programa “Identidades Bonaerenses”, cuyo objetivo es reunir obras literarias que se identifiquen con el territorio para fortalecer la construcción de la identidad de la región al incluirlas en las bibliotecas escolares con un carácter de lectura no obligatoria.
Entre los títulos que se encuentran en esta iniciativa, está “Cometierra” de Dolores Reyes; “Las primas” de Aurora Venturini; “Las aventuras de la China Iron”, de Gabriela Cabezón Cámara y “Si no fueras tan niña”, de Sol Fantin, libros que han sido atacados por grupos conservadores por “promover la sexualización de menores”.
Estos cuatro títulos fueron utilizados por la Fundación Natalio Morelli —una organización que busca defender el bienestar integral de los niños, niñas y adolescentes— como prueba para una denuncia penal contra Alberto Sileoni, director de Cultura y Educación de Buenos Aires, por repartir libros “pornográficos y que corrompen a nuestros niños”.
Sileoni respondió a esta denuncia penal: “Son libros para la secundaria superior, de 16 años en adelante, que llevan una guía muy exhaustiva de análisis y una inscripción en la que se aclara que requieren acompañamiento”, además de expresar preocupación de que estas acusaciones demuestran el avance de grupos conservadores en Buenos Aires, dijo para el diario El País.
En respuesta a estas denuncias, la escritora Claudia Piñeiro publicó un artículo en el medio Cenital, en el que aclara que “ninguno de los libros es pornográfico, ni siquiera erótico. No voy a argumentar sobre este punto, solo léanlos y después debatimos”, además de salir en defensa de Dolores Reyes, quien ha recibido críticas y amenazas públicas por escribir “una ficción que habla de jóvenes que viven en el segundo cordón del conurbano, con las palabras que ellos utilizan”, afirmó.
Por su parte, la directora de la Fundación Natalio Morelli, Bárbara Morelli, mencionó en entrevista con Radio Mitre que estos libros “afectan el comportamiento y el querer explorar estos temas, porque uno lee y si no entiende o no sabe, va a querer explorar qué es lo que está pasando”, y agregó que estos libros tratan temáticas LGBT, el aborto y el “odio” a la Iglesia.
El pasado 23 de noviembre, más de 120 escritores se dieron cita en el Teatro Picadero de Buenos Aires, para hacer una lectura de los títulos acusados de “inmoralidad”. Los asistentes llevaron consigo copias de “Cometierra” —que narra la historia de una adolescente que al tragar tierra puede encontrar a niñas y mujeres desaparecidas, dándole voz a las víctimas de feminicidio—, que según el diario El País, ha escalado a ser uno de los libros más vendidos en Argentina la última semana.
Los escritores leyeron un manifiesto al finalizar la cita en el Teatro Picadero, reportó El País, en donde expresaron que “no se pueden permitir ni la ridícula ofensiva oscurantista ni la violenta personalización sobre ninguna escritora o escritor para contiendas que no tienen nada que ver con las razones y los objetivos de nuestro trabajo”.
La publicación de la vicepresidenta Victoria Villarruel iba dirigida al gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Alex Kicilloff, quien ha apoyado el programa “Identidades Bonaerenses”, cuyo objetivo es reunir obras literarias que se identifiquen con el territorio para fortalecer la construcción de la identidad de la región al incluirlas en las bibliotecas escolares con un carácter de lectura no obligatoria.
Entre los títulos que se encuentran en esta iniciativa, está “Cometierra” de Dolores Reyes; “Las primas” de Aurora Venturini; “Las aventuras de la China Iron”, de Gabriela Cabezón Cámara y “Si no fueras tan niña”, de Sol Fantin, libros que han sido atacados por grupos conservadores por “promover la sexualización de menores”.
Estos cuatro títulos fueron utilizados por la Fundación Natalio Morelli —una organización que busca defender el bienestar integral de los niños, niñas y adolescentes— como prueba para una denuncia penal contra Alberto Sileoni, director de Cultura y Educación de Buenos Aires, por repartir libros “pornográficos y que corrompen a nuestros niños”.
Sileoni respondió a esta denuncia penal: “Son libros para la secundaria superior, de 16 años en adelante, que llevan una guía muy exhaustiva de análisis y una inscripción en la que se aclara que requieren acompañamiento”, además de expresar preocupación de que estas acusaciones demuestran el avance de grupos conservadores en Buenos Aires, dijo para el diario El País.
En respuesta a estas denuncias, la escritora Claudia Piñeiro publicó un artículo en el medio Cenital, en el que aclara que “ninguno de los libros es pornográfico, ni siquiera erótico. No voy a argumentar sobre este punto, solo léanlos y después debatimos”, además de salir en defensa de Dolores Reyes, quien ha recibido críticas y amenazas públicas por escribir “una ficción que habla de jóvenes que viven en el segundo cordón del conurbano, con las palabras que ellos utilizan”, afirmó.
Por su parte, la directora de la Fundación Natalio Morelli, Bárbara Morelli, mencionó en entrevista con Radio Mitre que estos libros “afectan el comportamiento y el querer explorar estos temas, porque uno lee y si no entiende o no sabe, va a querer explorar qué es lo que está pasando”, y agregó que estos libros tratan temáticas LGBT, el aborto y el “odio” a la Iglesia.
El pasado 23 de noviembre, más de 120 escritores se dieron cita en el Teatro Picadero de Buenos Aires, para hacer una lectura de los títulos acusados de “inmoralidad”. Los asistentes llevaron consigo copias de “Cometierra” —que narra la historia de una adolescente que al tragar tierra puede encontrar a niñas y mujeres desaparecidas, dándole voz a las víctimas de feminicidio—, que según el diario El País, ha escalado a ser uno de los libros más vendidos en Argentina la última semana.
Los escritores leyeron un manifiesto al finalizar la cita en el Teatro Picadero, reportó El País, en donde expresaron que “no se pueden permitir ni la ridícula ofensiva oscurantista ni la violenta personalización sobre ninguna escritora o escritor para contiendas que no tienen nada que ver con las razones y los objetivos de nuestro trabajo”.