Gustavo Nieto Roa y su rodaje en tiempo récord de “40 días perdidos en la selva”
El director de cine, que cuenta con una carrera de más de cinco décadas, se adentró en el monte para filmar la película “40 días perdidos en la selva”, basada en la historia de los cuatro niños indígenas que sobrevivieron a un accidente en avioneta en 2023. Nieto Roa habló para El Espectador sobre la creación de la película y sus demás proyectos.
Mateo Medina Escobar
El 1 de mayo de 2023 los medios de comunicación informaron sobre la desaparición de una avioneta con siete personas a bordo que cruzaba la selva entre los departamentos de Caquetá y Guaviare. La noticia se esparció rápidamente entre diarios como este, programas de televisión, estaciones de radio y medios digitales. Gustavo Nieto Roa, director y productor, conocido por películas como “El taxista millonario” (1979) y “Tiempo de amar” (1980), se enteró de los hechos, al igual que los demás colombianos, viendo las noticias.
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El 1 de mayo de 2023 los medios de comunicación informaron sobre la desaparición de una avioneta con siete personas a bordo que cruzaba la selva entre los departamentos de Caquetá y Guaviare. La noticia se esparció rápidamente entre diarios como este, programas de televisión, estaciones de radio y medios digitales. Gustavo Nieto Roa, director y productor, conocido por películas como “El taxista millonario” (1979) y “Tiempo de amar” (1980), se enteró de los hechos, al igual que los demás colombianos, viendo las noticias.
“La idea de hacer una película se me vino a la cabeza tan pronto vi las noticias. Dije ‘creo que ahí hay una historia’. Todavía no se sabía si había sobrevivientes, pero el hecho de que una avioneta con una familia indígena cayera sobre el Amazonas ya daba para hacer algo”, explica Nieto Roa en entrevista para El Espectador. Sin perder un segundo, el cineasta se comunicó con sus colaboradoras habituales, Idania Velásquez y Laura Fernández, para comenzar los procesos de investigación y producción.
El director de cine, que cumplió 82 años el pasado 3 de abril, y que vive entre México, Estados Unidos, Brasil y Colombia, emprendió un viaje de investigación hacia la selva espesa donde se había perdido la avioneta. “Llegamos a Leticia y nos fuimos hacia arriba averiguando sobre la avioneta, nadie sabía nada realmente. Tenía la misma información que nosotros. Cuando me entero de que en la avioneta iba toda una familia de cuatro niños y que encontraron a la mamá muerta, pero ni rastros de los niños. Ahí yo dije ‘ahora sí hay una película de verdad’”.
Nieto y su equipo trataron de hablar con los niños cuando aparecieron, pero al ver la imposibilidad de esto decidieron crear la película con todas las partes que ya se conocían. “Averiguamos con indígenas de la zona, con las comunidades alrededor de San José del Guaviare y del sur de San José. Les preguntamos cómo creían que había logrado sobrevivir los niños y con base en lo que ellos nos contaron fuimos construyendo una historia”.
“40 días perdidos en la selva” tomó sus tres actos de las tres noticias principales alrededor de la historia real. “Una avioneta desapareció en pleno vuelo”, “Se encontró la avioneta, pero no los niños” y “Aparecieron los niños después de 40 días en la selva”. Con base en estos tres anuncios, nos inventamos una película de ficción, y digo de ficción porque todo es inventado. Aunque también es documental porque seguimos a unos niños indígenas reales por la selva”.
El equipo de la película quería hacer la cinta en tiempo récord. La historia de los cuatro niños sobrevivientes le había dado la vuelta al mundo y ya se encontraban varios proyectos en desarrollo. Nieto se puso a trabajar. Su primer reto fue el de hallar a cuatro niños indígenas para que representaran a los protagonistas. “Tenía que ser con niños indígenas, no podíamos llevar niños de la ciudad. Comenzamos a hacer el casting entre las comunidades indígenas. Fue muy difícil porque algunos son muy tímidos o muy curiosos. No paran de hacer travesuras y no hablan el idioma español. También tuvimos que hacerle el casting a la mamá”.
El equipo encontró a sus personajes protagonistas de 13, 9, 4 años, y el bebé de 11 meses, que cumpliría su primer año perdido en la selva. La película se rodó en agosto del año pasado, antes de los demás proyectos en desarrollo que tenía el director, entre los que se encontraba la cinta “El último sobreviviente”, sobre la historia del equipo de fútbol brasileño Chapecoense, y dos proyectos sobre Nelson Cardona, el colombiano que escaló el Monte Everest con una sola pierna.
Fueron 26 personas las que se adentraron en la selva para la filmación de la película. Nieto y el resto de su equipo, así como el elenco de actores naturales, se pusieron en la posición que vivieron los niños reales. “Fue toda una experiencia maravillosa de sobrevivencia siguiendo a estos niños (…) Una selva no tiene senderos para caminar, hay que saltar por encima de las plantas, bordear los árboles, meterse por entre grandes cañones de piedras y atravesar ríos. Fue una experiencia de exploradores novatos muy interesante, además siguiendo a cuatro niños a los que les pusimos el reto de regresar a casa”.
La película, según cuenta el director, tuvo un desarrollo similar a uno de sus primeros trabajos audiovisuales. “Un día en la vida de Segundo” (1967) fue un cortometraje que Nieto realizó para demostrar sus habilidades cinematográficas y conseguir un puesto como documentalista en las Naciones Unidas. “Esa fue la película que me abrió a mí las puertas (…) Se me ocurrió venirme a Bogotá con un compañero a ver qué hacíamos y encontré en la Caracas con 42 a un zorrero al que le dije: ‘Oiga, ¿usted me permitiría filmarlo? Yo me monto aquí en la zorra detrás de usted y lo sigo. Usted no tiene que hacer nada diferente a hacer su vida’”. Aquella técnica improvisada e intuitiva sentó las bases para que el cineasta realizara “40 días perdidos en la selva” más de cinco décadas después. La película se estrena en salas de cine este 25 de abril, casi un año después del rescate de los niños indígenas.
Entre la ficción, el documental y la animación
Otros elementos interesantes de la película fueron las secuencias animadas. El equipo quiso mostrar el momento en el que la avioneta se estrelló en la selva, pero como dijo el director, “no podía recrear eso, porque me salía costosísimo un accidente tipo Hollywood”. Al cineasta se le ocurrió la animación como un medio adicional para contar partes de la historia.
“Contacté a unos amigos en Medellín de la productora Bombillo Amarillo. Llamé a Andrés Mesa, el productor de la empresa, y le propuse que me ayudara con unas escenas animadas. Me siento muy orgulloso de esta película: combino ficción, documental y dibujos animados. Estoy a la expectativa de cómo la va a recibir la gente”, termina diciendo director.