Hazel Robinson: “Colombia no conocía San Andrés”
En la inauguración de la exposición “Un espectador en las islas”, Hazel Robinson y Emilio Zogby hablaron sobre sus experiencias como reporteros para El Espectador a mediados del siglo XX y de la construcción de un imaginario social insular.
Sarah Gutiérrez
En el auditorio de la Universidad Nacional sede Caribe se encuentran colgados en pendones las columnas que fueron escritas por Hazel Robinson y Emilio Zogby, entre 1960 y 1990. Sus escritos cumplían con un objetivo específico: relatar de forma amena y precisa los hechos noticiosos de la isla. Por el lado de Robinson, las costumbres e historias, y de Zogby, algunas problemáticas que se derivaron de la Revolución Sandinista en Nicaragua.
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En el auditorio de la Universidad Nacional sede Caribe se encuentran colgados en pendones las columnas que fueron escritas por Hazel Robinson y Emilio Zogby, entre 1960 y 1990. Sus escritos cumplían con un objetivo específico: relatar de forma amena y precisa los hechos noticiosos de la isla. Por el lado de Robinson, las costumbres e historias, y de Zogby, algunas problemáticas que se derivaron de la Revolución Sandinista en Nicaragua.
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Antes de dar inicio a la exposición, Raúl Román, moderador y profesor de la institución de educación superior, habló sobre la importancia de recordar estas narrativas que en un primer momento permitieron que una sociedad volcada hacia las capitales del continente se acercaran a un territorio que se encuentra a 1.205 kilómetros de Bogotá y 716 de Cartagena.
“Además de las narrativas que se presentaron a través de las fotografías, las columnas dieron otra mirada del archipiélago. De sus momentos de crisis y prosperidad asociadas con la coyuntura de la continentalización en 1953″, señala Román.
Hazel Robinson, que estuvo presente en esta primera parte, que comenzó a las 9:30 a.m., recordó el comienzo de su amistad con Gabriel Cano a partir de la misiva que envío desde la isla respondiendo a la columna dominical de Gonzalo González “Preguntas y Respuestas”.
En la isla no era común ver en circulación el periódico de El Espectador, de acuerdo con Robinson, “los isleños no estaban interesados”, y fue por una persona que llegaron los primeros 100 ejemplares. La escritora define que su llegada fue un “accidente”, a causa de la labor política de su madre, y que así tuvo la oportunidad de conocer el medio y la columna de González.
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“Buscaba las columnas de GOG, y en uno de estos encuentros una persona preguntó, ‘¿por qué San Andrés es parte de Colombia?’, a lo que respondió que había sido el resultado de la guerra de separación con Nicaragua en 1822. Como quien dice, no había nada antes de ese año, pero entendíamos más del mundo que los cartageneros o barranquilleros”, recordó Robinson. A partir de esa respuesta realizó la búsqueda de la historia de San Andrés y escribió una carta con ánimo de cambiar esa opinión.
“Envié la carta, y creo que no esperaba nada, como el periódico llegaba cada semana, o dos semanas, fue en una de esas entregas que arribó un sobre que llevaba mi nombre y estaba firmado por Gabriel Cano, quien me invitó a seguir escribiendo sobre la isla”.
Sobre este intercambio, Robinson hace énfasis en que el interés en ese momento no era ella, sino San Andrés y Providencia, y en cómo vivían y el Puerto Libre.
Las temáticas que abordaba la escritora en cada una de sus columnas retrataban la vida cotidiana, las costumbres y la historia del archipiélago. De acuerdo con Raúl Román, Robinson fue la primera mujer del territorio insular que fue parte de la prensa escrita para un medio de circulación nacional.
Las columnas de “Meridiano 81″ fueron publicadas en más de 30 ocasiones entre 1959, año en el que se vinculó Hazel Robinson a El Espectador, y 1962. Dos años más tarde se retiró después de contraer matrimonio, esto sin dejar de lado su pasión por la escritura. “No nací sabiendo que quería ser escritora, las cosas se fueron dando y Colombia no conocía San Andrés. Cuando tienes una idea, hay que hacerla”.
Unos años más tarde, en 1977, Emilio Zogby se hizo partícipe del periódico, en una época de una naciente sección dedicada a la Costa Caribe, liderada por Rodolfo Rodríguez.
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Zogby llegó al archipiélago en 1965, por cuestiones laborales con el Banco Caja Agraria, y desde ese día no ha abandonado el archipiélago.
Sus relatos, a diferencia de los de Robinson, estaban dedicados específicamente al periodismo de investigación, convirtiéndose en uno de los pioneros de este género informativo del territorio insular.
Estuvo detrás del cubrimiento de la Revolución Sandinista en Nicaragua, que tuvo lugar entre 1979 y 1990, y relató cómo esta lucha afectó de manera directa e indirecta a San Andrés y Providencia.
Su última columna para este medio fue publicada en 1992. Zogby dedicó parte de su vida a trabajar en medios de comunicación y pasó por las redacciones de Caracol Radio, Diario El Caribe e Inravisión.
Los aportes que dejan las narrativas de Hazel Robinson y Emilio Zogby fueron las bases de la construcción del imaginario insular en el interior de Colombia.