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El corazón de Héctor Muñoz Bustamante se quedó en su tierra natal, Cucaita, Boyacá. “Para ese entonces el único cucaitense famoso a nivel nacional era el periodista Héctor Muñoz Bustamante, vinculado con el periódico El Espectador y un enamorado de su tierra”, escribió Indalecio Castellanos López. Muñoz cubrió en 1970 la victoria de su paisano Rafael Antonio Niño, el ciclista que ese año ganó la Vuelta a Colombia.
Su vínculo con el periódico más antiguo de Colombia no solo le permitió cubrir este evento deportivo, sino asumir la escritura de crónicas biográficas de personajes como Jorge Eliécer Gaitán, Enrique Olaya Herrera, Alfonso López Pumarejo, Darío Echandía, Carlos Lleras Restrepo, entre otros.
En 1963 comenzó a escribir en El Espectador y pasó 38 años trabajando en esta redacción. Darío Bautista fue el responsable de que Muñoz llegara a este periódico, pues había trabajado previamente en El Correo de Medellín. Antes de zambullirse en la escritura de las crónicas históricas que marcaron su legado, cubrió diversos temas que no se relacionaban con la pasión que sentía por la historia. Fue Guillermo Cano quien se dio cuenta del interés del cucaitense por los hechos del pasado y, durante la década de 1970, le encargó desarrollar este tipo de relatos.
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“Cuando hace 10 años el país se preparaba para celebrar el sesquicentenario de la Independencia, El Espectador acogió la idea de uno de sus lectores de escribir la historia de esta gran gesta libertadora, día por día, hasta culminar con la Batalla del Puente de Boyacá, en la que Simón Bolívar y sus ejércitos patriotas derrotaron a los españoles. Tan ambicioso proyecto periodístico se le encomendó a uno de los más brillantes profesionales al servicio de este diario, don Héctor Muñoz. Como se podría comprobar más tarde, al culminar la serie periodística más leída en la historia de la prensa escrita colombiana, la escogencia del redactor fue un gran acierto”, escribió Cano en el prólogo del libro que contiene las entregas mencionadas: Diario de la Independencia.
Continuó su camino mezclando el periodismo y la historia con entregas en las que quiso explicar la creación de varios departamentos del país en 1968. El trabajo se llamó Nueva geografía de Colombia. Cuando se cumplía el sesquicentenario de Rafael Núñez en 1975, Muñoz escribió otra de sus series sobre el expresidente, y con ella ganó un concurso patrocinado por el Instituto de Cultura de Bolívar y la Academia de Historia de Cartagena.
Con publicaciones que saltaron de las páginas del periódico a los libros, el cronista posó su atención en personajes como Simón Bolívar, figura que inspiró Bolívar en anécdotas, en 1983; Francisco de Paula Santander, protagonista de su entrega Santander: hombre de mundo, en 1990, y José María del Castillo y Rada, el foco de cinco entregas publicadas entre el 17 y 22 de diciembre de 1976. Por este especial llamado Doscientos años de Castillo y Rada recibió su segundo Premio Simón Bolívar en 1977, en la categoría de Trabajo histórico.
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“El jurado destaca la constancia profesional. Desde los orígenes del profesional que a lo largo de varios años ha persistido en la tarea de divulgar temas históricos. En el trabajo galardonado cobra especial interés la proyección, hasta en primer plano, del escenario informativo de una figura injustamente hasta ahora relegada a un segundo término”, describió el acta del jurado de esa edición de los premios.
Un año antes ya había recibido el primero de estos galardones por su trabajo sobre el Congreso Anfictiónico de Panamá. Guillermo Cano describió el trabajo de Muñoz como “una demostración de cómo la prensa puede prestar un servicio a sus lectores y a la cultura del país, sin necesidad de recurrir a sensacionalismos”. El periodista boyacense no se detuvo en su labor de mostrar los hechos a través del periodismo y más allá del reconocimiento por series anteriores, así que en marzo de 1978 se anunció una nueva travesía escrita sobre José Prudencio Padilla.
Además de los textos mencionados, Muñoz publicó títulos como: La rebelión de los comuneros, El aguerrido general Mosquera, Antecedentes del 9 de abril de 1948, Pueblos lindos de Boyacá, El héroe del mar, La eterna Villa de Leyva y Fidel Cano, patriarca del periodismo.
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Guillermo Cano describió a Héctor Muñoz como un periodista serio y responsable cuyo trabajo “no es el de un simple recopilador de datos e informaciones obtenidas en los recintos cerrados de las bibliotecas. Por el contrario: Muñoz, que ama y conoce su patria, se desplazó a muchos escenarios de la gesta libertadora, en viajes fatigosos y peligrosos, para empaparse del ambiente, para poderlo reconstruir mejor 150 años después”.