“Hemos sido muy miopes al no mirar a África”: Clara Inés Chaves
La abogada Clara Inés Chaves vivió durante más de cinco años en África. Con su nueva obra, “Un camino al África, una puerta al mundo”, pretende ahondar en las oportunidades del continente para Colombia y el mundo.
Daniela Cristancho
¿Cómo es que África comprende “una puerta al mundo”, como lo titula en su libro?
En general, África es el continente del futuro. África, en su posición geoestratégica, es fundamental para el comercio internacional, y de igual manera para la paz mundial. Todas sus riquezas son cruciales para los países desarrollados. Por ejemplo, tiene el 90 % de la reserva mundial de cobalto, que es importante para la producción de automóviles. África equivale al 20,4 % de las tierras emergidas del planeta y el 60 % de estas tierras son cultivables, lo que significa que podría ser el continente que garantice al mundo la seguridad alimentaria. África en 2025 tendrá la misma población de China y en 2050 habrá sobrepasado el número de población a China y será una población joven con una gran oferta de mano de obra. Específicamente con Colombia, hay procesos similares con África. Colombia tiene la Amazonia y el África tiene la Cuenca del Congo, que se encuentra en la República Democrática del Congo y en la República del Congo. Tiene, por ejemplo, procesos similares a nosotros en temas de paz.
Una de las banderas de este Gobierno ha sido el proyecto de la “paz total”. ¿En qué sentido podríamos aprender de las experiencias de procesos de paz del continente africano?
En África se han llevado a cabo procesos de paz como el sudafricano, que fue un hito en la historia moderna con la figura de Nelson Mandela como el líder del cambio social, que permitió la abolición del Apartheid, la construcción de un nuevo sistema democrático y la terminación de décadas de violencia. Entonces, pienso que nosotros tenemos un proceso de paz que fue catalogado por la comunidad internacional como importante y novedoso, podemos juntar esas experiencias y poder posicionarnos en el mundo a través de ellas.
Le sugerimos: Dos colombianas en Israel: entre la resistencia y el pánico
Vivió hace casi 10 años en África, con estatus diplomático europeo. En ese tiempo, ¿qué evolución vio en la relación que maneja Colombia con los países de este continente?
Nosotros históricamente hemos tenido una relación que en ciencia política se llama “respice polum”, mirar hacia el norte. Acabamos de tener un aniversario con Estados Unidos, nuestras relaciones siempre han sido muy norteamericanas, y después las hemos expandido a Europa y a la Unión Europea, lo cual es positivo. Solo hasta el gobierno del presidente Belisario Betancur hicimos un cambio hacia el “respice similia”, mirar hacia los lados, a los semejantes. Pero nos hemos estancado.
¿En qué sentido?
Hemos sido muy miopes al no mirar con anticipación a África, se ha quedado atrás en sus relaciones con los países de ese continente. Tengo la impresión de que los ha visto como socios de segundo nivel, cuando podrían ser socios estratégicos fundamentales para nuestro posicionamiento a nivel internacional y regional. Y sobre todo con este nuevo orden internacional en el que se está hablando de una cooperación sur-sur, de un nuevo orden económico mundial, que fue el tema central recientemente en Cuba, en la Cumbre del G77+China. Pienso que nosotros hemos sido muy paquidérmicos en nuestra diplomacia.
Le puede interesar: Feria del Libro de Cali: Programación para este 20 de octubre
¿Eso en qué acciones concretas se traduce?
Por ejemplo, tenemos que evaluar, como lo ha hecho de manera inteligente Venezuela, Cuba y Brasil, que tienen muchas representaciones diplomáticas y consulares en África, abrir nuevas embajadas y consulados, porque hemos olvidado la Convención de Viena para los Asuntos Consulares, en donde el Estado colombiano sigue a sus connacionales en el mundo entero. Es importante que miremos y que tengamos en las diferentes regiones de África representaciones diplomáticas y consulares, pero con gente que tenga una visión en África, que podemos desarrollar cosas fundamentales en beneficio de la política exterior y de la política interior colombiana. Con África podemos desarrollar lazos comerciales, económicos, consulares y políticos, que son más importantes, porque no podemos dejar de reconocer que 54 votos, que son los países que conforman el continente africano, pueden ser relevantes para nuestras candidaturas en el mundo entero.
Hace poco la vicepresidenta visitó Kenia. Por ejemplo, con este país, ¿qué tipo de vínculos podrían establecerse o fortalecerse?
En Kenia ya tenemos relaciones diplomáticas y existe una embajada en este país. Kenia es considerada el eje económico y de transporte de África Oriental. La agricultura, por ejemplo, continúa siendo de vital importancia en el ámbito económico, porque el 80 % de la población trabaja en el sector agrícola y tiene algo muy parecido a Colombia, que es la producción de café y es el primer productor de té en el mundo. Pienso que nosotros podríamos desarrollar con Kenia muchos temas a nivel de agricultura y posicionarnos en el tema del café con este y otros países africanos. Nosotros podríamos hacer como una mini OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), pero con el café. O a través de la cultura, que es el cuarto pilar de desarrollo sostenible, podríamos desarrollar con África una diplomacia cultural y ejercer un poder grande para posicionarnos en el mundo.
Le recomendamos: Un juego que va muy en serio
¿Cómo es que África comprende “una puerta al mundo”, como lo titula en su libro?
En general, África es el continente del futuro. África, en su posición geoestratégica, es fundamental para el comercio internacional, y de igual manera para la paz mundial. Todas sus riquezas son cruciales para los países desarrollados. Por ejemplo, tiene el 90 % de la reserva mundial de cobalto, que es importante para la producción de automóviles. África equivale al 20,4 % de las tierras emergidas del planeta y el 60 % de estas tierras son cultivables, lo que significa que podría ser el continente que garantice al mundo la seguridad alimentaria. África en 2025 tendrá la misma población de China y en 2050 habrá sobrepasado el número de población a China y será una población joven con una gran oferta de mano de obra. Específicamente con Colombia, hay procesos similares con África. Colombia tiene la Amazonia y el África tiene la Cuenca del Congo, que se encuentra en la República Democrática del Congo y en la República del Congo. Tiene, por ejemplo, procesos similares a nosotros en temas de paz.
Una de las banderas de este Gobierno ha sido el proyecto de la “paz total”. ¿En qué sentido podríamos aprender de las experiencias de procesos de paz del continente africano?
En África se han llevado a cabo procesos de paz como el sudafricano, que fue un hito en la historia moderna con la figura de Nelson Mandela como el líder del cambio social, que permitió la abolición del Apartheid, la construcción de un nuevo sistema democrático y la terminación de décadas de violencia. Entonces, pienso que nosotros tenemos un proceso de paz que fue catalogado por la comunidad internacional como importante y novedoso, podemos juntar esas experiencias y poder posicionarnos en el mundo a través de ellas.
Le sugerimos: Dos colombianas en Israel: entre la resistencia y el pánico
Vivió hace casi 10 años en África, con estatus diplomático europeo. En ese tiempo, ¿qué evolución vio en la relación que maneja Colombia con los países de este continente?
Nosotros históricamente hemos tenido una relación que en ciencia política se llama “respice polum”, mirar hacia el norte. Acabamos de tener un aniversario con Estados Unidos, nuestras relaciones siempre han sido muy norteamericanas, y después las hemos expandido a Europa y a la Unión Europea, lo cual es positivo. Solo hasta el gobierno del presidente Belisario Betancur hicimos un cambio hacia el “respice similia”, mirar hacia los lados, a los semejantes. Pero nos hemos estancado.
¿En qué sentido?
Hemos sido muy miopes al no mirar con anticipación a África, se ha quedado atrás en sus relaciones con los países de ese continente. Tengo la impresión de que los ha visto como socios de segundo nivel, cuando podrían ser socios estratégicos fundamentales para nuestro posicionamiento a nivel internacional y regional. Y sobre todo con este nuevo orden internacional en el que se está hablando de una cooperación sur-sur, de un nuevo orden económico mundial, que fue el tema central recientemente en Cuba, en la Cumbre del G77+China. Pienso que nosotros hemos sido muy paquidérmicos en nuestra diplomacia.
Le puede interesar: Feria del Libro de Cali: Programación para este 20 de octubre
¿Eso en qué acciones concretas se traduce?
Por ejemplo, tenemos que evaluar, como lo ha hecho de manera inteligente Venezuela, Cuba y Brasil, que tienen muchas representaciones diplomáticas y consulares en África, abrir nuevas embajadas y consulados, porque hemos olvidado la Convención de Viena para los Asuntos Consulares, en donde el Estado colombiano sigue a sus connacionales en el mundo entero. Es importante que miremos y que tengamos en las diferentes regiones de África representaciones diplomáticas y consulares, pero con gente que tenga una visión en África, que podemos desarrollar cosas fundamentales en beneficio de la política exterior y de la política interior colombiana. Con África podemos desarrollar lazos comerciales, económicos, consulares y políticos, que son más importantes, porque no podemos dejar de reconocer que 54 votos, que son los países que conforman el continente africano, pueden ser relevantes para nuestras candidaturas en el mundo entero.
Hace poco la vicepresidenta visitó Kenia. Por ejemplo, con este país, ¿qué tipo de vínculos podrían establecerse o fortalecerse?
En Kenia ya tenemos relaciones diplomáticas y existe una embajada en este país. Kenia es considerada el eje económico y de transporte de África Oriental. La agricultura, por ejemplo, continúa siendo de vital importancia en el ámbito económico, porque el 80 % de la población trabaja en el sector agrícola y tiene algo muy parecido a Colombia, que es la producción de café y es el primer productor de té en el mundo. Pienso que nosotros podríamos desarrollar con Kenia muchos temas a nivel de agricultura y posicionarnos en el tema del café con este y otros países africanos. Nosotros podríamos hacer como una mini OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), pero con el café. O a través de la cultura, que es el cuarto pilar de desarrollo sostenible, podríamos desarrollar con África una diplomacia cultural y ejercer un poder grande para posicionarnos en el mundo.
Le recomendamos: Un juego que va muy en serio