“Del colegio al hogar” y “Paulina”, las últimas novelas escritas por Herminia Gómez de Abadía, acaban de ser reeditadas por la Editorial CES.
Foto: Archivo Particular
Ni siquiera había que conformarse: los interesados en que la idea del “poder oculto” se metiera lentamente entre las venas de la sociedad lo lograron. No era resignación, era una suerte de consciencia: el trabajo de las mujeres era el de acompañar, esperar, formar y callar, todo esto detrás de la figura visible del hombre y de la familia. Éramos poderosas, pero no podíamos contarlo. Nuestra influencia era casi que una manipulación silenciosa. Un disfraz de dulzura y prudencia.
Ya sabemos de varias mujeres que no lograron callarse, así hubiesen...
Por Laura Camila Arévalo Domínguez
Periodista en el Magazín Cultural de El Espectador desde 2018 y editora de la sección desde 2023. Autora de "El refugio de los tocados", el pódcast de literatura de este periódico.@lauracamilaadlarevalo@elespectador.com
Temas recomendados:
Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación