"Atala en la tumba", pintada por Anne-Louis Girodet de Roussy-Trioson en el siglo XIX.
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“Una noche, estando yo sentado a la lumbre que se hacía en el monte, junto con el guerrero destinado a mi custodia, oigo un susurro de ropas que se arrastraban sobre las hierbas, y de repente veo una mujer medio tapada que viene a sentarse a mi lado. Las lágrimas rebosaban en sus párpados, y un pequeño crucifijo de oro brillaba sobre su pecho con el reflejo de la lumbre”.
Por Mónica Acebedo
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