Historia de la literatura: “Beloved”
La novela de Toni Morrison se deriva de sucesos reales que fueron publicados en un diario de 1856. La obra literaria fue adaptada a una película en 1998 que fue protagonizada por Oprah Winfrey.
Mónica Acebedo
“Cualquier blanco podía apropiarse de toda tu persona si se le ocurría. No solo hacerte trabajar, matarte o mutilarte, sino ensuciarte. Ensuciarte tanto como para que ni tú mismo pudieras volver a gustarte. Ensuciarte tanto como para que olvidaras quién eras y nunca pudieras recordarlo. Y aunque ella y otros lo habían soportado, no podía permitir que les ocurriera a los suyos. Lo mejor que tenía eran sus hijos. Los blancos podían ensuciarla a ella, pero no a lo mejor que tenía, lo más hermoso y mágico, la parte de ella que estaba limpia”. -Toni Morrison
Esta gran obra de Toni Morrison publicada en 1987 es un referente ineludible no solamente de la literatura estadounidense, sino de las letras universales. Compleja de leer desde la perspectiva narratológica, con una trama apasionante y una estructura sin igual. Es una novela en donde el qué, a pesar de ser macabro y doloroso, no es tan importante como el cómo. A partir de dos planos cronológicos no secuenciales, la novela cuenta la historia de una esclava, Sethe, que, en 1873, justo después de la Guerra Civil estadounidense, debe convivir con el fantasma de una hija a quien ella misma mató, 18 años atrás, para evitarle el sufrimiento de ser esclava y tener que padecer lo que ella tuvo que vivir.
Le sugerimos: La luz acusadora del recuerdo
Ganó el Premio Pulitzer en 1987 y fue elegida la mejor novela de los 25 años precedentes, en 2006, según el Book Review. Un aparte de la reseña que escribió Margaret Atwood en New York Times Book Review, el 13 de septiembre de 1987, dice: “En Beloved, Morrison se aparta de la escena contemporánea que había sido su prioridad. Esta nueva novela está enmarcada al final de la Guerra Civil, durante el período llamado la Reconstrucción, cuando se presentaron numerosos episodios de violencia en contra de los negros que habían sido liberados por la emancipación”.
Chloe Ardelia Wofford nació en Lorain (Ohio) en 1931. Toni es su apodo y Morrison, el apellido del marido (Harold Morrison), con quien estuvo casada entre 1958 y 1964. Estudió en la escuela pública de su ciudad natal. Luego, en 1949, comenzó sus estudios universitarios en Filología Inglesa y más tarde en Humanidades, que cursó en diversos centros. Se graduó en Howard University y se doctoró en Cornell. Fue profesora de Filosofía y Letras en las universidades de Yale, Howard, Texas y en la State University de Nueva York. Enseñó Escritura Creativa en la Rutgers University de Nueva Jersey, al mismo tiempo que trabajaba como editora en Random House. Escribió varias novelas, cuentos infantiles, teatro, poesía, ensayo (sobre todo sobre el tema racial y la identidad negra). Ganó el Premio Nobel de Literatura en 1993 y murió en 2019.
Podría interesarle: 90 Años de la radio en Pereira, voces que viajan en la memoria sonora
Desde la misma dedicatoria: “Sesenta millones y más”, percibimos la magnitud de lo que fue el genocidio esclavista. Sentimos un llamado de atención por esa terrible vergüenza de la humanidad por la esclavitud. La novela está narrada a partir de una tercera persona, con varias intervenciones en primera, incluso a partir de la técnica del flujo de conciencia. Al comienzo el relato da cuenta de una casa en la que vive una mujer que antes fue esclava, con sus dos hijos, su hija y su suegra. Pero es una casa maldita: “En el 124 había un maleficio: todo el veneno de un bebé”. Los dos jóvenes deciden irse de la casa porque el fantasma de su hermana no los deja vivir en paz: “Nadie sabía apreciar la seguridad que proporcionaba la compañía de un fantasma”. Poco a poco, de forma fragmentada y polifónica que va y viene en el tiempo, vamos construyendo la trama de una mujer que asesinó a su hija para liberarla de la esclavitud y que después de matarla no le alcanzó su propio cuerpo para pagar a un hombre el labrado de las palabras completas en la tumba de la niña y solo quedó anotado “Beloved” (amada) sin nombre: “Diez minutos, dijo él. Tiene diez minutos de mi tiempo gratis. Diez minutos para siete letras. ¿Con otros diez habría podido agregar “Beloved…”? No se le ocurrió preguntárselo y aún la fastidiaba pensar que quizás había sido posible… que por veinte minutos, por media hora, digamos podría haberlo puesto todo, todas las palabras que oyó decir al predicador en el funeral…”.
Los elementos que construyen esta maravillosa obra literaria son: una trama espeluznante, los puntos de vista, la manera íntima como la historia se va desarrollando, la importancia de la memoria y el olvido o, mejor la desmemoria, porque los personajes necesitan aislar sus recuerdos para poder vivir. Pero es al mismo tiempo una historia muy femenina, en la que percibimos flujos constantemente (leche, sangre, agua). De hecho, uno de los episodios es el abuso del que es víctima la protagonista por parte de sus amos blancos. Ella tiene una bebé de pecho y además está embarazada:
“Después de que tú y yo nos despedimos, entraron esos muchachos y cogieron mi leche. Me sujetaron y me la quitaron….
-¿Te azotaron con un látigo de cuero?
-Y se llevaron mi leche.
-¿Te golpearon y estabas embarazada?
-¡Y me quitaron mi leche!”.
Le recomendamos: Valledupar se llena de letras con su primera Feria del Libro
Es una narración simbólica, sensual, corporal incluso más allá de la muerte. Es una evocación de lo femenino y la vulnerabilidad de las esclavas, pero también es un relato de amor infinito y sobre todo es un llamado de atención al mundo por el absurdo de la esclavitud. La temática parte de la libertad como premisa, pasa por el sueño americano, la noción de uno mismo y la destrucción de la identidad de las personas. Asimismo, es una evocación de la solidaridad, la amistad, el amor... Además, es una ruptura con la forma de narrar.
“Cualquier blanco podía apropiarse de toda tu persona si se le ocurría. No solo hacerte trabajar, matarte o mutilarte, sino ensuciarte. Ensuciarte tanto como para que ni tú mismo pudieras volver a gustarte. Ensuciarte tanto como para que olvidaras quién eras y nunca pudieras recordarlo. Y aunque ella y otros lo habían soportado, no podía permitir que les ocurriera a los suyos. Lo mejor que tenía eran sus hijos. Los blancos podían ensuciarla a ella, pero no a lo mejor que tenía, lo más hermoso y mágico, la parte de ella que estaba limpia”. -Toni Morrison
Esta gran obra de Toni Morrison publicada en 1987 es un referente ineludible no solamente de la literatura estadounidense, sino de las letras universales. Compleja de leer desde la perspectiva narratológica, con una trama apasionante y una estructura sin igual. Es una novela en donde el qué, a pesar de ser macabro y doloroso, no es tan importante como el cómo. A partir de dos planos cronológicos no secuenciales, la novela cuenta la historia de una esclava, Sethe, que, en 1873, justo después de la Guerra Civil estadounidense, debe convivir con el fantasma de una hija a quien ella misma mató, 18 años atrás, para evitarle el sufrimiento de ser esclava y tener que padecer lo que ella tuvo que vivir.
Le sugerimos: La luz acusadora del recuerdo
Ganó el Premio Pulitzer en 1987 y fue elegida la mejor novela de los 25 años precedentes, en 2006, según el Book Review. Un aparte de la reseña que escribió Margaret Atwood en New York Times Book Review, el 13 de septiembre de 1987, dice: “En Beloved, Morrison se aparta de la escena contemporánea que había sido su prioridad. Esta nueva novela está enmarcada al final de la Guerra Civil, durante el período llamado la Reconstrucción, cuando se presentaron numerosos episodios de violencia en contra de los negros que habían sido liberados por la emancipación”.
Chloe Ardelia Wofford nació en Lorain (Ohio) en 1931. Toni es su apodo y Morrison, el apellido del marido (Harold Morrison), con quien estuvo casada entre 1958 y 1964. Estudió en la escuela pública de su ciudad natal. Luego, en 1949, comenzó sus estudios universitarios en Filología Inglesa y más tarde en Humanidades, que cursó en diversos centros. Se graduó en Howard University y se doctoró en Cornell. Fue profesora de Filosofía y Letras en las universidades de Yale, Howard, Texas y en la State University de Nueva York. Enseñó Escritura Creativa en la Rutgers University de Nueva Jersey, al mismo tiempo que trabajaba como editora en Random House. Escribió varias novelas, cuentos infantiles, teatro, poesía, ensayo (sobre todo sobre el tema racial y la identidad negra). Ganó el Premio Nobel de Literatura en 1993 y murió en 2019.
Podría interesarle: 90 Años de la radio en Pereira, voces que viajan en la memoria sonora
Desde la misma dedicatoria: “Sesenta millones y más”, percibimos la magnitud de lo que fue el genocidio esclavista. Sentimos un llamado de atención por esa terrible vergüenza de la humanidad por la esclavitud. La novela está narrada a partir de una tercera persona, con varias intervenciones en primera, incluso a partir de la técnica del flujo de conciencia. Al comienzo el relato da cuenta de una casa en la que vive una mujer que antes fue esclava, con sus dos hijos, su hija y su suegra. Pero es una casa maldita: “En el 124 había un maleficio: todo el veneno de un bebé”. Los dos jóvenes deciden irse de la casa porque el fantasma de su hermana no los deja vivir en paz: “Nadie sabía apreciar la seguridad que proporcionaba la compañía de un fantasma”. Poco a poco, de forma fragmentada y polifónica que va y viene en el tiempo, vamos construyendo la trama de una mujer que asesinó a su hija para liberarla de la esclavitud y que después de matarla no le alcanzó su propio cuerpo para pagar a un hombre el labrado de las palabras completas en la tumba de la niña y solo quedó anotado “Beloved” (amada) sin nombre: “Diez minutos, dijo él. Tiene diez minutos de mi tiempo gratis. Diez minutos para siete letras. ¿Con otros diez habría podido agregar “Beloved…”? No se le ocurrió preguntárselo y aún la fastidiaba pensar que quizás había sido posible… que por veinte minutos, por media hora, digamos podría haberlo puesto todo, todas las palabras que oyó decir al predicador en el funeral…”.
Los elementos que construyen esta maravillosa obra literaria son: una trama espeluznante, los puntos de vista, la manera íntima como la historia se va desarrollando, la importancia de la memoria y el olvido o, mejor la desmemoria, porque los personajes necesitan aislar sus recuerdos para poder vivir. Pero es al mismo tiempo una historia muy femenina, en la que percibimos flujos constantemente (leche, sangre, agua). De hecho, uno de los episodios es el abuso del que es víctima la protagonista por parte de sus amos blancos. Ella tiene una bebé de pecho y además está embarazada:
“Después de que tú y yo nos despedimos, entraron esos muchachos y cogieron mi leche. Me sujetaron y me la quitaron….
-¿Te azotaron con un látigo de cuero?
-Y se llevaron mi leche.
-¿Te golpearon y estabas embarazada?
-¡Y me quitaron mi leche!”.
Le recomendamos: Valledupar se llena de letras con su primera Feria del Libro
Es una narración simbólica, sensual, corporal incluso más allá de la muerte. Es una evocación de lo femenino y la vulnerabilidad de las esclavas, pero también es un relato de amor infinito y sobre todo es un llamado de atención al mundo por el absurdo de la esclavitud. La temática parte de la libertad como premisa, pasa por el sueño americano, la noción de uno mismo y la destrucción de la identidad de las personas. Asimismo, es una evocación de la solidaridad, la amistad, el amor... Además, es una ruptura con la forma de narrar.