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Historia de la literatura: Charles Dickens

“Era el mejor de los tiempos, era peor de los tiempos; la edad de la sabiduría y también de la locura. La época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Lo poseíamos todo, pero no teníamos nada; caminábamos directamente hacia el cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto”- Charles Dickens.

Mónica Acebedo
28 de febrero de 2022 - 02:00 a. m.
Charles Dickens, autor de "Historia de dos ciudades", nació el 7 de febrero de 1812 en Inglaterra. Esta obra fue publicada como una serie semanal del 20 de abril al 26 de noviembre de 1859. / Ilustración de H. K. Browne
Charles Dickens, autor de "Historia de dos ciudades", nació el 7 de febrero de 1812 en Inglaterra. Esta obra fue publicada como una serie semanal del 20 de abril al 26 de noviembre de 1859. / Ilustración de H. K. Browne
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La cita con la que inicio esta reflexión corresponde a la primera frase de A Tale of Two Cities, el título original de la obra que reseño. Esta frase contiene el mundo ambivalente que nos rodea y que siempre ha dirigido el comportamiento social. Las variables cambian, pero por lo general el proceder es circular. Siempre habrá guerras, doctrinas políticas diversas, creencias religiosas contradictorias. Cuando un grupo alaba la consecución de derechos, a su juicio, fundamentales, otro considera que esos mismos derechos son un ataque contra determinadas convenciones morales, religiosas o políticas.

Elegir una sola obra de Charles Dickens no es fácil. Se trata de uno de esos gigantes de la literatura que aparecen en todas las épocas y marcan un hito, ya sea porque sus escritos se convierten en referentes, su obra en general es un aporte a los estudios literarios, una novela en particular dibuja un colectivo, da cuenta de un momento histórico relevante, despierta la conciencia social o, como es el caso de Historia de dos ciudades, por todas las anteriores. Afirma Gabriel Oliver al referirse a la obra de Charles Dickens: “Muchas otras [obras en la historia de la literatura], por fin, han llevado hasta un punto inigualado la vieja lección de educar a los lectores haciéndoles pasar, al mismo tiempo, un largo rato lleno de una serena, tierna y desbordada felicidad” (La literatura admirable. Dir. Jordi Llovet, Pasado y Presente, 2018, p. 373).

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Pero antes de referirme a esta novela en la que el autor se inspira en la Revolución francesa, voy a mencionar algunos aspectos biográficos del autor que resultan tan apasionantes como cualquiera de sus novelas. Charles Dickens nació en Porstmouth (Reino Unido) el 7 de febrero de 1812. Su primera infancia transcurrió en Kent; a los diez años su familia se mudó a Londres y cuando tenía doce años su padre fue encarcelado, por las numerosas deudas que había adquirido. Esta circunstancia lo llevó a trabajar en diversos oficios y conocer de cerca las penurias de la clase obrera, en una sociedad que se sentía apabullada por la Revolución industrial. Desde pequeño, tuvo claro que quería ser periodista, dramaturgo o escritor. Sin mayor instrucción que la que él mismo se pudo dar, poco a poco logró vivir de sus crónicas en tribunales y como periodista del Parlamento. Luego, sus primeros artículos periodísticos se referían a la vida diaria de la ciudad, a la cotidianidad de un Londres que se acondicionaba a los cambios industriales. Se casó con la hija del director del Morning Chronicle, el diario que luego publicó algunas de sus novelas. Incursionó también en el teatro; fue objeto de varios escándalos sociales por algunas infidelidades y durante su vida alcanzó fama y prestigio por sus escritos, no solo en Inglaterra sino también en América. Murió de una apoplejía el 9 de junio de 1870.

Historia de dos ciudades fue publicada por entregas ente abril y noviembre de 1859 en la revista literaria All Year Round, creada por el mismo Dickens. En la novela se presentan una serie de personajes cuyas vidas se ven trastornadas por el estallido de un suceso histórico que marcó el comportamiento político de las naciones europeas. La historia transcurre entre Londres y París durante la Revolución francesa.

Ahora, no se trata de la narración de hechos históricos concretos sino escenarios que sirven para el desarrollo de la trama. Él mismo aseguró que la novela estaba inspirada en la obra de teatro The Frozen Deep, escrita junto con Wilkie Collins, puesta en escena en 1856 y actuada por el mismo Dickens, que trataba sobre un hombre que sacrifica su vida para que su rival pueda seguir con la mujer que ambos aman.

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La novela comienza con una joven de dieciocho años que cree que su padre ha muerto. Sin embargo, viaja de Londres a París, donde lo encuentra en un estado lamentable por culpa de su encarcelamiento en la prisión de la Bastilla. La segunda parte de la novela tiene lugar en Inglaterra. Se relata el juicio a un hombre acusado por ser espía de Francia. En medio de este clima de conflicto político y ansias de revolución se nos va presentando una historia de amor (varios hombres enamorados de la misma mujer). Presenta varios contrastes entre las dos ciudades: mientras las cosas parecen funcionar bien en Londres, en París la sociedad se ve envuelta en conflictos, hambrunas, abusos y abandono. La tercera parte de la novela transcurre de nuevo en París, en donde nos enfrentamos a juicios, encarcelamientos y, por supuesto, la guillotina.

El contexto de la Revolución francesa acrecienta la pasión y la manera de observar a la sociedad, los contrastes, las injusticias y las transformaciones sociales que se dan no solo por los cambios y la conciencia política, sino también por las implicaciones de la creciente industrialización. La novela está llena de símbolos que a la vez muestran lo cambiantes que pueden ser las sociedades: Londres representa la paz, el orden social; París simboliza la agitación, el desafío y el caos. El relato proyecta en sus personajes la situación política: la muerte del antiguo régimen monárquico y el surgimiento de una sociedad moderna, un nuevo sistema político que se convertirá en la columna vertebral de los esquemas democráticos modernos.

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En resumen, se trata de una novela que representa el realismo inglés, que empieza a marcar una nueva etapa en la literatura decimonónica y que, junto con una mirada política, introduce numerosos aspectos sociológicos, como la capacidad del ser humano para cambiar y adaptarse a nuevas circunstancias, el sacrificio como camino para la eventual felicidad y el hecho de que los grupos sociales, a lo largo de la historia, se opongan, eventualmente, al conformismo.

Por Mónica Acebedo

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ALMA(q8jmn)28 de febrero de 2022 - 09:13 a. m.
De las mejores novelas que he leído,. De hecho varias veces.
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