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Este macabro pasaje pertenece a la única novela escrita y publicada por Emily Brontë y hace parte del relato de un hombre que, luego de leer un diario, tiene experiencias paranormales con el fantasma de una niña.
Cumbres Borrascosas es una obra que necesariamente debe formar parte de una historia de la literatura por varias razones: en primer lugar, porque representa un movimiento fundamental del Romanticismo y de la novela gótica inglesa, que servirá de referente para expresiones literarias posteriores; además, porque presenta una manera moderna de contar los puntos de vista de los narradores; también, porque ocupa un lugar importante en la literatura escrita por mujeres, a pesar de que tuvo que publicarla con seudónimo masculino para que la editorial la recibiera y, porque es una novela de amor original, compleja y, al mismo tiempo, muy entretenida.
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Emily Jane Brontë nació en Thorton (Inglaterra) el 30 de julio de 1818 y murió, con tan solo treinta años, el 19 de diciembre de 1848. Tercera hija de una pareja de provincia, cuyos hijos fueron cinco mujeres y un hombre. Su padre era un pastor de la iglesia anglicana que quedó viudo con esa gran prole. Luego, las dos hermanas mayores murieron de tuberculosis. Emily, Charlotte y Anne, las tres restantes, junto con un hermano enfermizo y conflictivo, compartieron su pasión por las letras y las tres lograron un lugar privilegiado en la historia de la literatura, aunque durante su vida a ninguna se le reconoció su excepcional talento.
Wuthering Heights, el título original en inglés, se publicó por primera vez en 1847 bajo el seudónimo de Ellis Bell. No tuvo éxito y se vendieron muy pocos ejemplares. Pero, es indiscutible que dejó huella en la percepción social y literaria de una época, ya que, como acertadamente apunta Georg Bollenbeck al referirse a la novela victoriana, Brontë rompe con los prototipos sociales y se centra en los individuos y situaciones concretas (Historia de la literatura, Akal, v. 5, p. 184).
La trama de la novela se desarrolla en dos casas denominadas Wuthering Heights (Cumbres Borrascosas) y Thrushcross Grange, ubicadas en un desolado y aislado campo inglés. La historia comienza cuando un hombre que viene de Londres, el señor Loockwood, arrienda la segunda casa que es de propiedad de Heathcliff, dueño de la primera. Este empieza a narrar la historia desde su propio punto de vista, pero nos advierte que el relato se lo contó Nelly Dean, la criada, y es precisamente en esta ambivalencia discursiva donde radica la modernidad de la voz narrativa.
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La casa, Cumbres Borrascosas, originalmente pertenecía al señor Earnshaw, padre de dos hijos, Catherine y Hindley. Pero en algún momento Earnshaw trae, después de un viaje, a un joven llamado Heathcliff, que crece junto a sus dos hijos y es fuertemente maltratado y discriminado al principio, pero luego desarrolla una fuerte relación con Catherine. Mueren los padres Earnshaw y los jóvenes quedan, supuestamente, a cargo del hermano mayor y los criados. Un día Catherine y Heathcliff acuden a las cercanías de Thrushcross Grange. Allí ella se lastima un pie y se ve forzada a quedarse unas semanas en esta casa de propiedad de la familia Linton, que se caracteriza por una educación impecable y unas maneras cultas. Catherine se siente atraída por estas personas civilizadas y finalmente se casa finalmente con Edgar, el hijo de la familia Linton. Heathcliff desaparece y regresa después de algunos años para convulsionar el corazón de Catherine, quien finalmente enferma y muere. El triángulo pasional entre Heathcliff, Catherine y Edgar Linton se mantendrá por siempre y conecta a las dos casas y sus familias. La segunda parte de la novela se refiere a la siguiente generación y las secuelas que deja un pasado enigmático y convulso en unos personajes, con una fuerte profundidad psicológica.
La relación entre Catherine y Heathcliff se presenta como el núcleo de la novela y el generador principal de los conflictos que se despliegan a lo largo del texto y que constituyen el entramado de la novela. El vínculo se cimienta en criterios ambivalentes y opuestos que se alternan caprichosamente a lo largo de la narración y que además se reflejan en la percepción que el lector tiene de los protagonistas. De hecho, los elementos que construyen el amor y desamor en la novela son los mismos que hacen que el lector se contradiga a sí mismo de manera constante en cuanto a su identificación, justificación o rechazo de los personajes. Justamente, Harold Bloom menciona que se trata uno de los amores más extremos del Romanticismo en prosa (The Bright Book of Life, Alfred A. Knoff, 2020, p. 96).
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La novela gótica forma parte del Romanticismo inglés y se caracteriza, precisamente, por amores violentos, paisajes desolados, personajes enigmáticos, solitarios, fantasmas, misterio, miedo, encuentros sobrenaturales… Todo esto lo tiene esta novela, pero además se adhieren otros temas: la narración de Nelly Dean y su visión particular y a veces contradictoria sobre el amor y odio entre los protagonistas, el escenario sobre el cual se exhibe la acción que interactúa con la naturaleza armónica y al mismo tiempo tempestuosa, el contraste entre la ciudad y el campo y la disparidad explícita entre la cultura y la incultura.