Historia de la literatura: “El barón rampante”
Una novela de aventuras, en la que la realidad y la fantasía se combinan metafóricamente para mostrar la condición humana.
Mónica Acebedo
“Las asociaciones hacen al hombre más fuerte y ponen de relieve las mejores dotes de las personas aisladas, y dan una alegría que raramente se alcanza actuando por cuenta propia”.
Italo Calvino
El protagonista de “El barón rampante” (1957) ha tomado la decisión de vivir para siempre sobre los árboles. Desde allí observa los hechos más importantes que cambiaron la visión sociopolítica durante el llamado “Siglo de las luces”: las crisis monárquicas europeas, la Revolución Francesa, la gloria y la caída de Napoleón, entre otros. Esta novela de Italo Calvino (1923-1985) está escrita al estilo de los cuentos filosóficos que estuvieron de moda en la Europa del siglo XVIII, pero, dice él mismo: “(…) ‘cuento filosófico’ no es. Voltaire y Diderot tenían una tesis intelectual bien clara que sustentar por medio del humor de sus invenciones fantásticas, y era la lógica de su polémica la que sustentaba la estructura del cuento; para ‘El barón rampante’, en cambio, está primero la imagen, y el cuento nace de la lógica que enlaza el desarrollo de las imágenes y de las invenciones fantásticas” (“Nota preliminar”, Ed. Siruela, 2015, p. 11).
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Italo Giovanni Calvino, de padres italianos, nació en Santiago de Cuba el 15 de noviembre de 1923, cuando su padre trabajaba como ingeniero agrónomo en la isla. La familia regresó a San Remo, Italia, donde vivió casi toda su infancia. Posteriormente, estudió agronomía en Turín, aunque tuvo que abandonar la carrera cuando empezó la Segunda Guerra Mundial. Fue abiertamente antifascista y estuvo vinculado con el partido comunista. Escribió cuentos fantásticos, relatos al estilo neorrealista, ensayos de corte histórico, sociológico y varias novelas.
Su literatura se caracteriza por ser una minuciosa observación de la estética; de los individuos y sus pasiones, y de los objetos que se han ido transformando con el pasar de la historia. Para él, el mundo tiene numerosas dimensiones que deben ser observadas desde diferentes realidades. Así lo hace en “El caballero inexistente” (1959), “Las cosmicómicas” (1965), “Las ciudades invisibles” (1978) y muchas otras novelas, cuentos y ensayos mantienen esa ambivalencia entre la realidad histórica y social con la ficción. Está llena de fantasía, comicidad, sátira, ironía, crítica social y política. Afirma Rossend Arqués sobre la literatura original de Calvino: “Desde el principio de su carrera como escritor (…) va adquiriendo conciencia de las limitaciones propias de lo que la literatura realista entiende por ‘realidad’, de la complejidad de la ‘realidad literaria’ y de la imposibilidad de hablar de la primera, si no es mediante un lenguaje metafórico o alegórico, es decir, de soslayo” (“Lecciones de literatura universal”, Cátedra, 2002, p. 1.113).
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“El barón rampante” está narrada por un hombre llamado Biaggio: “Fue el 15 de junio de 1767 cuando Cosimo Piovasco di Rondò, mi hermano, se sentó por última vez entre nosotros”. Cuenta la historia de cómo su hermano un día decidió subirse a los árboles y nunca más volvió a bajar. El joven se había encaramado a las ramas luego de una discusión con su padre y hermana. La familia es una de aquellas aristócratas en franca decadencia por efectos del surgimiento de una burguesía pudiente. El joven organiza su vida en los árboles. Allí duerme, come, caza, se viste con pieles de los animales que atrapa, viaja por diferentes pueblos, ciudades, países, siempre encima de los árboles. Durante sus travesías encuentra personas de todo tipo, incluso se enamora de una niña llamada Viola. Ella pertenece a una banda de niños ladrones que Cosimo conoce durante su recorrido arbóreo. No fue la única mujer, ya que durante sus aventuras conoce a muchas damas que lo visitan en su peculiar morada, pero durante toda su vida se mantuvo enamorado de Viola, que en algún momento se aleja de su casa por decisión de sus padres, pero que luego regresa y retoman su relación que muy pronto se torna en una muy conflictiva. Es muy ágil para moverse por todas partes sin descender al suelo. Hace amistades, como la de un librero que le suministran libros; lee mucho, profundiza sobre los grandes pensadores de su época que llevaron a la Revolución Francesa, también aprende varios idiomas. Enferma, se recupera, pero, sobre todo, observa. Se enfrenta a unos piratas; por épocas convive con otras personas que han sido desterradas de sus países; aprende a defender los bosques del fuego y a los pasantes de los atacantes. Su soledad se incrementa con el pasar de los años y su salud se deteriora. Al final logra su cometido de nunca bajar.
La novela es una alegoría del comportamiento humano a partir de una prosa cómica, dinámica y entretenida. Según el mismo Calvino, el tema principal es la obstinación de los seres humanos: “Una persona se fija voluntariamente una difícil regla y la sigue hasta sus últimas consecuencias, ya que sin ella no sería él mismo ni para sí ni para los otros”. Presenta temas como la independencia, la rebelión, la felicidad, la guerra, la paz, la desobediencia civil, la locura: “La locura es una fuerza de la naturaleza para bien o para mal, mientras que la bobería es una debilidad de la naturaleza sin contrapartida”.
En resumen, es una novela de aventuras, en la que la realidad y la fantasía se combinan metafóricamente para mostrar la condición humana. Fusiona la ficción narrativa con preguntas filosóficas de los seres humanos, con acontecimientos históricos y la forma como las diferentes sociedades los han enfrentado.
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“Las asociaciones hacen al hombre más fuerte y ponen de relieve las mejores dotes de las personas aisladas, y dan una alegría que raramente se alcanza actuando por cuenta propia”.
Italo Calvino
El protagonista de “El barón rampante” (1957) ha tomado la decisión de vivir para siempre sobre los árboles. Desde allí observa los hechos más importantes que cambiaron la visión sociopolítica durante el llamado “Siglo de las luces”: las crisis monárquicas europeas, la Revolución Francesa, la gloria y la caída de Napoleón, entre otros. Esta novela de Italo Calvino (1923-1985) está escrita al estilo de los cuentos filosóficos que estuvieron de moda en la Europa del siglo XVIII, pero, dice él mismo: “(…) ‘cuento filosófico’ no es. Voltaire y Diderot tenían una tesis intelectual bien clara que sustentar por medio del humor de sus invenciones fantásticas, y era la lógica de su polémica la que sustentaba la estructura del cuento; para ‘El barón rampante’, en cambio, está primero la imagen, y el cuento nace de la lógica que enlaza el desarrollo de las imágenes y de las invenciones fantásticas” (“Nota preliminar”, Ed. Siruela, 2015, p. 11).
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Italo Giovanni Calvino, de padres italianos, nació en Santiago de Cuba el 15 de noviembre de 1923, cuando su padre trabajaba como ingeniero agrónomo en la isla. La familia regresó a San Remo, Italia, donde vivió casi toda su infancia. Posteriormente, estudió agronomía en Turín, aunque tuvo que abandonar la carrera cuando empezó la Segunda Guerra Mundial. Fue abiertamente antifascista y estuvo vinculado con el partido comunista. Escribió cuentos fantásticos, relatos al estilo neorrealista, ensayos de corte histórico, sociológico y varias novelas.
Su literatura se caracteriza por ser una minuciosa observación de la estética; de los individuos y sus pasiones, y de los objetos que se han ido transformando con el pasar de la historia. Para él, el mundo tiene numerosas dimensiones que deben ser observadas desde diferentes realidades. Así lo hace en “El caballero inexistente” (1959), “Las cosmicómicas” (1965), “Las ciudades invisibles” (1978) y muchas otras novelas, cuentos y ensayos mantienen esa ambivalencia entre la realidad histórica y social con la ficción. Está llena de fantasía, comicidad, sátira, ironía, crítica social y política. Afirma Rossend Arqués sobre la literatura original de Calvino: “Desde el principio de su carrera como escritor (…) va adquiriendo conciencia de las limitaciones propias de lo que la literatura realista entiende por ‘realidad’, de la complejidad de la ‘realidad literaria’ y de la imposibilidad de hablar de la primera, si no es mediante un lenguaje metafórico o alegórico, es decir, de soslayo” (“Lecciones de literatura universal”, Cátedra, 2002, p. 1.113).
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La novela es una alegoría del comportamiento humano a partir de una prosa cómica, dinámica y entretenida. Según el mismo Calvino, el tema principal es la obstinación de los seres humanos: “Una persona se fija voluntariamente una difícil regla y la sigue hasta sus últimas consecuencias, ya que sin ella no sería él mismo ni para sí ni para los otros”. Presenta temas como la independencia, la rebelión, la felicidad, la guerra, la paz, la desobediencia civil, la locura: “La locura es una fuerza de la naturaleza para bien o para mal, mientras que la bobería es una debilidad de la naturaleza sin contrapartida”.
En resumen, es una novela de aventuras, en la que la realidad y la fantasía se combinan metafóricamente para mostrar la condición humana. Fusiona la ficción narrativa con preguntas filosóficas de los seres humanos, con acontecimientos históricos y la forma como las diferentes sociedades los han enfrentado.
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