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“Es una idiotez ignorar que el sexo está mezclado con ideas emocionales que han ido creciendo a su alrededor hasta hacerse parte de él, desde el amor cortesano hasta la pasión inmoral y todas esas cosas, que no son dolores de crecimiento. Son tan poderosas a los cuarenta como a los diecisiete. Más. Cuanto más maduro eres, mejor y más humildemente reconoces su importancia”, Nadine Gordimer.
La obra literaria de la sudafricana Nadine Gordimer (1923-2014) se caracteriza por ser comprometida, feminista, directa, sobria y muy realista. Al respecto, la escritora española Rosa Regás afirma: “Sea como fuere y por una vez, una mujer dotada como pocos escritores de un sentido literario original y profundo, capaz de dibujar y recrear el mundo en un torrente de palabras que se estructura en metáforas, imágenes, observaciones y analogías entre el espíritu y la naturaleza, el color y el movimiento, la sensualidad de la mirada y del sentimiento y las amarguras de un destino tantas veces impuesto, ha logrado hacer sentir su voz a lo largo de una dilatada vida no solo para denunciar la situación de oprobio que los africanos negros vivieron con el régimen del apartheid, sino para protestar contra cualquier otra situación que arrastre los vientos de la injusticia, la miseria y la desigualdad entre hombres y mujeres, negros y blancos, ricos y pobres” (“La voz contra el apartheid”, en https://solidaridad.net/el-conservador-de-nadine-gordimer2968/).
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Nadine Gordimer nació en Springs (Sudáfrica), el 20 de noviembre de 1923. Hija de inmigrantes judíos de origen ruso (el padre) e inglés (la madre), vivió su infancia cerca de Johannesburgo, en un pueblo minero. Hizo algunos estudios de letras en la Universidad Witwatersrand de Johannesburgo, aunque nunca se graduó. Desde muy pequeña empezó a escribir sus primeros cuentos y relatos. La mayoría de su obra hace una fuerte defensa de las personas de raza negra y todos los conflictos étnicos y raciales de su país. “Soy africana y el color de la piel no importa”, decía. Fue cercana a Nelson Mandela. En la literatura encontró la voz que necesitaba expresar a gritos: “La verdad no siempre es bonita, pero el hambre de ella sí”, decía.
Al explicar la función de la literatura decía: “A través de la palabra los escritores buscan realizar su propia lectura de la sociedad que les rodea, del mundo del cual son una parte. Es en esta indisoluble e indescriptible complicidad que la escritura siempre, y al mismo tiempo, es una búsqueda del yo y del mundo, de la existencia individual y colectiva”. También: “Según mi opinión, escribimos —y me atrevo a hablar por los novelistas vivos y muertos— porque estamos en un proceso de descubrimiento, explorando la vida, a los seres humanos, a la historia que ellos hacen y que los hace”. Ganó numerosos premios, por ejemplo, el Booker Prize, justamente, por El conservador. Fue galardonada con el Premio Nobel de Literatura en 1991. De hecho, ha sido la única mujer africana en ganar este premio. Murió en Johannesburgo, el 13 de julio de 2014.
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Precisamente, una de las novelas más impactantes de la vasta obra literaria de Gordimer es El conservador, publicada en 1974 en plena época del apartheid, cuando la mayoría de la población perdía sus derechos por las políticas segregacionistas. El protagonista de la novela es Mehring, un hombre de negocios, blanco, de mediana edad, rico e ideas muy conservadoras, que siempre cree hacer “lo que es correcto”. Está divorciado, tiene una amante con ideas de izquierda, un hijo adolescente rebelde y una exesposa amargada que vive en los Estados Unidos. Eventualmente, decide comprar una granja para disminuir el estrés que le causa la vida urbana y sus múltiples negocios, y dedica algún tiempo a poner a producir su finca y a estar en contacto con la naturaleza. De repente, uno de los trabajadores de la finca le informa que en el río que atraviesa su propiedad ha aparecido un cadáver. El hombre trae ropa fina y nadie sabe de quién se trata; llama a la policía, pero nadie parece darle la importancia que él considera que tiene. Finalmente, los agentes aceptan presentarse al día siguiente y terminan enterrando al hombre en su propiedad. Esa situación hace que sus convenciones tradicionales, políticas y económicas se vean alteradas. Sus creencias morales se tambalean y toma conciencia de la marginalidad de las poblaciones, la injusticia y la relatividad de las construcciones culturales que él creía justas o correctas.
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En resumen, esta novela crítica, poética y realista es un referente fundamental de la obra de Gordimer, pero también es un testimonio de uno de los momentos más convulsionados de la historia sudafricana. Se trata de una prosa comprometida con la situación política y racial de su país, pero al mismo tiempo es una exploración de los sentimientos de las personas y una indagación sobre la justicia. Es además un ejercicio literario que yuxtapone el tiempo y el espacio con descripciones sutiles, poéticas pero muy directas y desprovistas de sentimentalismos.