Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
“Y... y no olvidar que la estructura del átomo no es percibida, aunque se sepa que existe. Sé de muchas cosas que no vi. Y ustedes también. No se puede dar una prueba de la existencia de lo que es más verdadero, la cosa es creer. Creer llorando”.
Dedicatoria, La hora de la estrella, Clarice Lispector.
La hora de la estrella (1977) es una de las novelas más representativas de la obra de la escritora ucraniana-brasileña Clarice Lispector (1920-1977). Una novela que nos recuerda el monólogo interior y el flujo de conciencia de autores como Virginia Wolf o el mismo James Joyce. Javier Aparicio explica que en la novela “sobresale un talante aporístico que revela la incertidumbre del narrador ante el hecho de la creación. La aparente banalidad de su trama esconde un intimismo que alcanza lo hermético, obligando al lector a debatirse entre una extraña seducción y el mero desconcierto. Lispector escribe como si lo hiciera la conciencia: sus textos ponen el dedo en la llaga solitaria de la creación literaria, su imaginería es extravagante a fuerza de ser auténtica y su obra es insustituible” (Lecturas de ficción contemporánea, Cátedra 2009, p. 528).
El nombre original de Clarice Lispector era Chaya Pinjasivna Lispector. Nació el 10 de diciembre de 1920 en Chechelnik, Ucrania. Emigró a Brasil en 1922 junto con su familia, donde se naturalizó e incluso cambió de nombre a uno portugués. Desde muy pequeña se interesó por la escritura, en especial los cuentos, que desde el comienzo evocaban un tono intimista. Vivió en Río de Janeiro desde los 14 años, entró a estudiar derecho y durante su carrera fue activa en periódicos y revistas literarias. Publicó su primera novela en 1943, y desde entonces se convirtió en una escritora prolífica, una voz auténtica y original, una representante inmortal de la literatura brasileña y un ejemplo del modernismo literario latinoamericano. Murió en Río de Janeiro el 9 de diciembre de 1977.
(Le puede interesar: “La Magdalena Fest 2023″: Puerto Berrío como escenario de reconciliación)
La hora de la estrella es una de sus novelas emblemáticas. Es una obra corta, muy entretenida, aparentemente fácil de leer y al mismo tiempo sumamente compleja desde la perspectiva social. La novela relata la vida de Macabéa, una muchacha joven del norte de Brasil que llega a buscar trabajo a Río de Janeiro. La protagonista proviene de una familia de campesinos muy pobres de la zona de Minas Gerais. Cuando llega a la gran ciudad encuentra trabajo como mecanógrafa. Sufre numerosas penurias, es explotada por sus empleadores, maltratada y discriminada por sus compañeros de trabajo, pero no se cuestiona nada de lo que le ocurre. Simplemente, acepta su marginalidad, su miseria, a pesar de que le duele profundamente: “Y ya que no había nada más que decir, Macabéa sintió que los silencios la despedazaban. Algunos diálogos son un grito y una palabra tuvo el poder de destrozarla”.
La misma Lispector dijo al referirse a la obra: “La novela trata sobre una inocencia herida, sobre una miseria anónima”. La voz narrativa es la de Rodrigo, un escritor que está desencantado con la vida, con la escritura y con la sociedad en la que vive: “Escribo porque no tengo nada que hacer en el mundo: sobro, y no hay lugar para mí en la tierra de los hombres. Escribo por desesperación y por cansancio. No soporto más la rutina de ser yo mismo, y si no fuese por la novedad que siempre representa escribir, moriría simbólicamente todos los días. Pero estoy preparado para salir discretamente por la puerta del fondo. Experimenté casi todo, incluso la pasión y la desesperación. Ahora solo querría tener lo que pude haber sido y no fui”. Será él el encargado de explicar la pobreza y la invisibilidad de personas como Macabéa que no encajan en el entorno y que no encuentran su identidad. El colectivo social las invisibiliza, las ignora y las maltrata. Es decir, Macabéa representa ese anonimato en la ciudad, así como el Gran Sertón supone un olvido para la nación brasileña: “Es como si todos los de este mundo estuvieran reunidos en otro mundo para llevarme a juicio por algo que ignoro”.
Macabéa es tímida, sumisa. Con temor se atreve a soñar con ser una estrella de cine, como Marilyn Monroe, pero considera que no tiene derecho a estos sueños, como, en cambio, sí lo hace un trabajador metalúrgico con quien tiene una breve relación. Él quiere dinero, quiere pertenecer al sindicato, quiere ser diputado, quiere encontrar ese lugar en la sociedad. Ella no. No analiza el pasado, es indiferente al futuro, no tiene espacio en la ciudad y solo halla su identidad hasta que conoce a una adivina y le encuentra algo de sentido a su vida: “Hoy, pensó ella, es el primer día de mi vida: he nacido”.
(Le puede interesar: Las inteligencias artificiales y una tendencia hacia la imagen)
En resumen, esta novela examina a la sociedad brasileña y latinoamericana del siglo XX plagada de desigualdades e injusticias. Es una prosa moderna que penetra en la realidad brasileña y proyecta la falta de identidad de muchas personas que simplemente aceptan y no cuestionan en voz alta.
Es, en ese sentido, una exploración interna de sentimientos que presenta variados temas como la soledad, las clases sociales, el progreso, el sexismo, la explotación económica y la lucha por sobrevivir en una sociedad hostil y discriminatoria.
Si le interesa seguir leyendo sobre El Magazín Cultural, puede ingresar aquí 🎭🎨🎻📚📖