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                                                                                                                                  Historia de la literatura: “Las flores del mal”

                                                                                                                                  Charles Baudelaire es uno de los poetas simbólicos más importantes de la literatura francesa no solo por su novedosa forma de versificar, sino también por su capacidad de encontrar la belleza en lo que la sociedad ha calificado como maldad.

                                                                                                                                  Mónica Acebedo

                                                                                                                                  A pesar de sus adicciones y escándalos, Charles Baudelaire empezó a tener cierto renombre como crítico literario en publicaciones periodísticas.
                                                                                                                                  Foto: Getty Images - Getty Images
                                                                                                                                  PUBLICIDAD

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                                                                                                                                  Read more!
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                                                                                                                                  En esta historia de la literatura hemos podido observar cómo el sentir literario reacciona de acuerdo con los sucesos sociales. El Romanticismo surge como reacción a la Ilustración y a su vez el Realismo aterriza la idealización romántica. Pero, dentro de esa mirada realista el mundo cambiante presiona el arte desde una mirada modernista. Pues bien, la manera de alegorizar, simbolizar y observar ese mundo cambiante en lo político, lo arquitectónico y lo técnico, que se ha denominado el “mito del progreso”, es la razón por la cual Charles Baudelaire se convierte en un referente obligatorio del canon literario en Occidente, en especial con sus poemas contenidos en el libro Las flores del mal, publicado por primera vez en agosto de 1857.

                                                                                                                                  Nació en París el 9 de abril de 1821 y murió el 31 de agosto de 1867. Su padre, Joseph-François Baudelaire, lo tuvo cuando tenía sesenta años y su madre, Caroline Dufaÿs, treinta. Perdió a su padre cuando tenía cinco años y su madre se casó de nuevo con un hombre al que Charles nunca quiso. Tuvo una adolescencia rebelde y desordenada. Contrajo una sífilis que le dejó secuelas por el resto de su vida. En 1841 viajó a India por sugerencia de su padrastro, luego regresó a París, heredó una cantidad considerable de dinero de su padre biológico y mantuvo una vida desordenada, calificada por muchos de inmoral. Dilapidó la herencia, se endeudó y se vio enfrentado a numerosos problemas económicos. Sin embargo, en medio de sus adicciones y escándalos, empezó a tener cierto renombre como crítico literario en publicaciones periodísticas. Posiblemente, una de las razones que le dio prestigio fueron las traducciones que hizo de la obra de Edgar Allan Poe.

                                                                                                                                  Read more!
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                                                                                                                                  La estructura de Las flores del mal es la siguiente: el preludio es un poema dedicado al lector, como una advertencia a quien se atreva a leer de que no podrá escapar de la desazón: “El pecado, el error, la idiotez, la avaricia, / nuestro espíritu ocupan y el cuerpo nos desgastan, / y a los remordimientos amables engordamos / igual que sus parásitos los pordioseros nutren”.

                                                                                                                                  Luego, el libro está estructurado en seis partes: comienza con Spleen e ideal, que describen la ambivalencia de la pesadumbre de lo cotidiano y la sed de un ideal casi imposible de alcanzar. El spleen representa la angustia del ser humano para encontrarse en el mundo que lo rodea: “Te adoro de igual modo que a la nocturna bóveda, / oh, vaso de tristeza, oh, inmensa taciturna / y más te amo, hermosa, cuando tú más me huyes”.

                                                                                                                                  Podría interesarle leer: El exilio de Moctezuma y Nefertiti

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                                                                                                                                  La tercera es El vino: el vino y el opio permiten alejarse del mundo malo y acceder al paraíso perdido: “Cantaba un día el alma del vino en las botellas. / ¡Hombre, hacia ti yo envío, oh tú, desheredado, / en mi cárcel de vidrio y con mis lacres rojos, / una canción de luz y de fraternidad” (“Al alma del vino”).

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  La quinta se llama Rebelión, en la que exalta al diablo a pesar de la inutilidad: “Raza de Caín, ¡sube al cielo, / y arroja a Dios sobre la tierra!” (“Abel y Caín”).

                                                                                                                                  Podría interesarle escuchar el pódcast de literatura de El Espectador: El guardián entre el centeno, una charla con Felipe Aljure | Pódcast

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                                                                                                                                  En suma, a través del spleen, la mujer y la ciudad como temas centrales de su recopilación poética, Charles Baudelaire es uno de los poetas simbólicos más importantes de la literatura francesa no solo por su manera novedosa de versificar, sino también por su capacidad de encontrar la belleza pura dentro de lo que la sociedad ha calificado como maldad. De ahí, Las flores del mal.

                                                                                                                                  *Poemas tomados de la edición bilingüe de Cátedra, 2009, traducción de Luis Martínez de Merlo.

                                                                                                                                  A pesar de sus adicciones y escándalos, Charles Baudelaire empezó a tener cierto renombre como crítico literario en publicaciones periodísticas.
                                                                                                                                  Foto: Getty Images - Getty Images
                                                                                                                                  PUBLICIDAD

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                                                                                                                                  Read more!
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                                                                                                                                  Nació en París el 9 de abril de 1821 y murió el 31 de agosto de 1867. Su padre, Joseph-François Baudelaire, lo tuvo cuando tenía sesenta años y su madre, Caroline Dufaÿs, treinta. Perdió a su padre cuando tenía cinco años y su madre se casó de nuevo con un hombre al que Charles nunca quiso. Tuvo una adolescencia rebelde y desordenada. Contrajo una sífilis que le dejó secuelas por el resto de su vida. En 1841 viajó a India por sugerencia de su padrastro, luego regresó a París, heredó una cantidad considerable de dinero de su padre biológico y mantuvo una vida desordenada, calificada por muchos de inmoral. Dilapidó la herencia, se endeudó y se vio enfrentado a numerosos problemas económicos. Sin embargo, en medio de sus adicciones y escándalos, empezó a tener cierto renombre como crítico literario en publicaciones periodísticas. Posiblemente, una de las razones que le dio prestigio fueron las traducciones que hizo de la obra de Edgar Allan Poe.

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  La quinta se llama Rebelión, en la que exalta al diablo a pesar de la inutilidad: “Raza de Caín, ¡sube al cielo, / y arroja a Dios sobre la tierra!” (“Abel y Caín”).

                                                                                                                                  Podría interesarle escuchar el pódcast de literatura de El Espectador: El guardián entre el centeno, una charla con Felipe Aljure | Pódcast

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                                                                                                                                  Por último, está la sección La muerte, en donde se nos presenta la muerte como la solución a la angustia: “Solo una cosa esperan, sombrío Capitolio / y es que como un sol nuevo planeando la Muerte, / haga que en su cerebro se entreabran sus flores” (“La muerte de los artistas”).

                                                                                                                                  En suma, a través del spleen, la mujer y la ciudad como temas centrales de su recopilación poética, Charles Baudelaire es uno de los poetas simbólicos más importantes de la literatura francesa no solo por su manera novedosa de versificar, sino también por su capacidad de encontrar la belleza pura dentro de lo que la sociedad ha calificado como maldad. De ahí, Las flores del mal.

                                                                                                                                  *Poemas tomados de la edición bilingüe de Cátedra, 2009, traducción de Luis Martínez de Merlo.

                                                                                                                                  Por Mónica Acebedo

                                                                                                                                  Ver todas las noticias
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