Historia de la literatura: “Las mil y una noches”
Aunque esta obra (siglo IX) fue compuesta en su mayoría en Oriente Medio, es una pieza fundamental de la historia literaria europea.
Mónica Acebedo
El recuento de las obras literarias que han transcendido a lo largo de la historia que hemos venido haciendo desde hace varios meses se ha limitado al mundo occidental. Sin embargo, en esta ocasión, nos vamos a referir a una obra fundamental de la literatura universal: Las mil y una noches. Y, es que, a pesar de haber sido compuesta en su mayoría en Oriente medio, se convierte en un referente indispensable en Europa, inclusive antes de haber sido ampliamente publicada y difundida. La razón de esta situación es que se trata de una obra que proviene de la tradición oral, que bien pudo ser transmitida en el Mediterráneo en general y, en particular, en España donde deja huella clara en la narrativa arábigo - andaluza.
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El recuento de las obras literarias que han transcendido a lo largo de la historia que hemos venido haciendo desde hace varios meses se ha limitado al mundo occidental. Sin embargo, en esta ocasión, nos vamos a referir a una obra fundamental de la literatura universal: Las mil y una noches. Y, es que, a pesar de haber sido compuesta en su mayoría en Oriente medio, se convierte en un referente indispensable en Europa, inclusive antes de haber sido ampliamente publicada y difundida. La razón de esta situación es que se trata de una obra que proviene de la tradición oral, que bien pudo ser transmitida en el Mediterráneo en general y, en particular, en España donde deja huella clara en la narrativa arábigo - andaluza.
Jorge Luis Borges se refiere y casi se podría decir que resume como metáforas del tiempo, de lo onírico y de la infinitud esta obra literaria sinigual con un poema: «La primera metáfora es el río. / Las grandes aguas. El cristal viviente / que guarda esas queridas maravillas / que fueron del Islam y que son tuyas / y mías hoy. […] / La segunda metáfora es la trama / de un tapiz, que propone a la mirada / un caos de colores y de líneas / irresponsables, un azar y un vértigo, / pero un orden secreto lo gobierna. / Como aquel otro sueño, el Universo, / el Libro de las Noches está hecho / de cifras tutelares y de hábitos / […] La tercera metáfora es un sueño. / Agarenos y persas lo soñaron / en los portales del velado Oriente / o en los vergeles que ahora son del polvo / y seguirán soñándolo los hombres / hasta el último fin de su jornada. / […] Dicen los árabes que nadie puede / leer hasta el fin el Libro de las Noches. / Las noches son el Tiempo, el que no duerme. / Sigue leyendo mientras muere el día / y Shahrazad te contará su historia».
La obra, o parte de ella, data del siglo IX. Es decir, la primera compilación de relatos orales estructurados a partir de las llamadas cajas chinas o relatos enmarcados, se remonta al siglo noveno, aunque se trata de un libro con vida propia porque ha seguido creciendo con el pasar de los años. En ese sentido, su infinitud no se refiere exclusivamente a las historias dentro de otras historias, sino a que a la obra se le han ido incorporando otros relatos con el paso del tiempo. Pero, además, representa la transmisión del registro oral en los arsenales de la historia. Diría el mismo Borges en sus famosas conferencias: «Las mil y una noches no son algo que ha muerto. Es un libro tan vasto que no es necesario haberlo leído, ya que es parte de nuestra memoria y es parte de esta noche también» (Siete noches).
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De hecho, son varios los estudios de ecdóticas que sugieren la longevidad e inmortalidad del texto: se sabe, por ejemplo, que el complemento sobre Sherezada se insertó en el siglo XIV; también, que hubo unas incorporaciones de cuentos egipcios durante el siglo XV; que en Occidente se presenta la primera traducción al francés en 1704; luego, que Nabia Abott descubrió en 1949 el texto con la compilación original; igualmente, se han encontrado registros de unos poetas bagdadíes (Ibn al-Nadim y al-Mas’udi) del siglo X que mencionan un libro llamado Mil noches, en donde se afirma que es una traducción de un texto persa titulado Mil historias o Mil ficciones. De ahí se entiende que es una fusión de historias persas adaptadas al mundo árabe; otros relatos, como «Alí baba y los cuarenta ladrones» o «Aladino y la lámpara maravillosa» fueron incorporados hasta el siglo XIX. En cuanto al título, la primera compilación árabe del siglo IX traduce Mil ficciones. Luego, a mediados del siglo XII se le da el título actual: Mil y una noches, aunque algunas versiones en inglés y alemán la titulan Noches arábicas.
El relato marco lo constituye la historia del rey Shariar y su hermano Schazamanan. Su hermano había sido víctima de engaño por parte de su mujer y luego el mismo rey es traicionado por su esposa. Después de matarla junto con su amante decide que se casará con una mujer cada día y antes de que empiece el día siguiente la ejecutará para evitar una nueva traición. La hija de su visir, Sherezada, le ruega a su padre que la entregue al rey como esposa. La primera noche empieza a relatar la historia de un mercader y un efrit (genio), pero no la termina y por eso el rey decide perdonarle la vida, por una noche, para escuchar el desenlace de la historia y así, durante mil y una noches la mujer logra salvar su vida al dejar al rey ansioso por conocer el final de crónicas que nunca terminan. Posteriormente, después de haberle dado al rey tres hijos y una infinidad de relatos, este decide perdonarle la vida y son felices para siempre.
Cada historia, incluida la del relato marco, intercala a su vez con otras historias, estas con otras más y así sucesivamente. La noche es un universo narratológico, que deja vislumbrar, a partir de una peculiarísima fauna de personajes, temas tanto costumbristas como morales: el adulterio femenino; la maldad de la mujer; los celos; la envidia; el poder absoluto del gobernante perfecto; la bondad y la belleza como virtudes unidas; la maldad y la fealdad, casi siempre como presupuestos indisolubles; la mujer como depositaria del honor masculino o el amor a primera vista, o el flechazo ineluctable son constantes en casi todos los relatos.
En resumen, Las mil y una noches es una obra literaria que no tiene, probablemente, un único autor y, además, todos son anónimos. Tampoco se trata de una obra elaborada como una unidad estructural de manera consciente, sino que fue edificada y adaptada al paso del tiempo y a las circunstancias geográficas, históricas, sociales y culturales. Pero también, al capricho de cuentistas que fueron adaptando leyendas populares y relatos orales. De origen persa, aunque, fundamentalmente árabe y cuyo eje primordial es el folclor islamita, ha sido base de mucha literatura infantil y juvenil y constituye, además, un modelo narratológico y discursivo determinante en la literatura universal.