Historia de la literatura: “Rimas” de Bécquer (La jácara literaria)
Gustavo Adolfo Bécquer es un referente ineludible de la literatura: sus rimas, además de cambiar la poesía española, han alcanzado muchos lugares del mundo hispanoparlante.
Mónica Acebedo
“Por los tenebrosos rincones de mi cerebro acurrucados y desnudos duermen los extravagantes hijos de mi fantasía esperando en silencio que el arte los vista de la palabra para poderse presentar decentes en la escena del mundo”.Esos “hijos de mi fantasía”, a los que se refiere Gustavo Adolfo Bécquer en la Introducción sinfónica que hace de sus Rimas, son precisamente las expresiones poéticas que pugnan por explotar de su cerebro. Me parece que las personas que están leyendo esta reflexión tienen en la cabeza aquella rima de Bécquer que recitaba de memoria su abuela. La mía declamaba mientras batía claras de huevo para preparar merengues con canela:
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“Por los tenebrosos rincones de mi cerebro acurrucados y desnudos duermen los extravagantes hijos de mi fantasía esperando en silencio que el arte los vista de la palabra para poderse presentar decentes en la escena del mundo”.Esos “hijos de mi fantasía”, a los que se refiere Gustavo Adolfo Bécquer en la Introducción sinfónica que hace de sus Rimas, son precisamente las expresiones poéticas que pugnan por explotar de su cerebro. Me parece que las personas que están leyendo esta reflexión tienen en la cabeza aquella rima de Bécquer que recitaba de memoria su abuela. La mía declamaba mientras batía claras de huevo para preparar merengues con canela:
Por una mirada, un mundo;por una sonrisa, un cielo;por un beso... yo no séqué te diera por un beso.
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Y es que Bécquer, en efecto, es un referente ineludible de la literatura española, y no solo porque sus rimas han alcanzado muchos lugares del mundo hispanoparlante, sino también porque, como acertadamente se refiere Jesús Rubio Jiménez en la introducción de las Rimas de la edición de Alianza, Bécquer cambió la poesía española luego de que después de su muerte, en 1870, se reunieran y publicaran las numerosas rimas que habían aparecido dispersas en periódicos y revistas literarias (Rimas, Alianza, 2013, p. 17). Lo que hace con su construcción poética es servir de bisagra entre el romanticismo y el realismo; el sentimentalismo romántico se mantiene en un ambiente en el que ya predomina el realismo, pero lo hace de una forma intimista, y al mismo tiempo atrevida, en especial en lo que se refiere a la sensualidad femenina.
De hecho, después de su muerte, los estudios literarios denominan “El ambiente becqueriano” a ese mundillo intelectual y poético del último tercio del siglo XIX que llamaron el “Romanticismo simbólico”. Álvaro Salvador se refiere a este momento histórico así: “La tensión dialéctica entre el arte y la vida es una de las constantes estructurales que determinan, desde el romanticismo, no solo el lugar teórico que el arte y la literatura deben ocupar en la nueva y triunfante sociedad antropocéntrica, sino incluso el rol especializado que el artista -el poeta- podrá desempeñar en ese mundo” (Historia de la literatura, Akal, V. 5, p. 398).
Gustavo Adolfo Bécquer nació el 17 de febrero de 1836 en Sevilla (España). Hijo del pintor costumbrista José Domínguez Bécquer, quien murió cuando él tan solo tenía cinco años, y de Joaquina Bastida Vargas, quien también murió unos años después. Así, la familia numerosa se vio repartida entre distintos familiares. De hecho, en muchas piezas literarias se ve reflejado el tema de la orfandad.
Espíritu sin nombre,indefinible esencia,yo vivo con la vida,sin formas de la idea.Yo nado en el vacíoDel sol tiemblo en la hoguera,Palpito entre las sombrasY floto con las nieblas
Sin embargo, la prematura muerte de sus padres no le impidió tener una educación de calidad y una cercanía con los ambientes artísticos e intelectuales. Estudió arte y humanidades en Sevilla y luego se mudó a Madrid. Empezó a escribir, pero no tuvo mucho éxito, y por eso le tocó trabajar también como periodista para poder sostenerse. Asimismo, dedicó bastante tiempo a la producción de obras de teatro. Luego se trasladó a Toledo, donde trabajó como censor y editor de novelas al tiempo que publicaba esporádicamente rimas, leyendas, cartas y algunos ensayos.En las rimas se encuentran varios aspectos narratológicos comunes, independientemente de la temática. Por ejemplo, son constantes la desnudez y la sensualidad no idealizada; también vemos en muchas de sus rimas un intimismo consciente, delicado, pero más aterrizado que el ideal romántico.
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Usualmente, la relación pasión -sensatez está bien balanceada, de la misma forma, presenta un juego poético entre la inspiración y la razón, que dialoga frecuentemente con su preocupación por la labor del poeta, por la manera ideal de encontrar las palabras y la versificación perfecta y expresa directamente la angustia como poeta de poder transmitir sus pensamientos en forma versificada.
Antes que tú me moriré: escondido en las entrañas yael hierro llevo con que abrió tu manola ancha herida mortal. Antes que tú me moriré, y miespírituen su empeño tenazse sentará a las puertas de lamuerte,esperándote allá.
El eje temático de lo cotidiano le sirve de germen para expresar tópicos como el de el ansia de libertad y la inquietud por el paso del tiempo. Su expresión poética es sencilla, sin adornos y directa, pero también íntima y, en ocasiones, utiliza las rimas como sugerencia al lector a partir de versos casi musicales. Además, alegoriza sentimientos y los dota de personalidad; es común ver a Amor andando por ahí en compañía de Tristeza y de Poesía, porque en el mundo becqueriano la poesía es mujer.