“Humanos, pero no solamente”: encuentro artístico para descubrir otras formas de vida
Durante una semana, estudiantes de París y otras ciudades del mundo estarán en Popayán para ser parte de una residencia artística en la que el conocimiento indígena guiará su experiencia. Se activarán espacios de escucha y reflexión sobre lo humano, lo “no humano” y las distintas maneras de coexistir en un territorio.
Samuel Sosa Velandia
Estudiantes de distintas partes del mundo, especialmente del Viejo Continente y de algunas ciudades de Colombia, llegarán a Popayán, capital del Cauca, para participar en una residencia artística que abrirá un espacio de encuentro entre culturas, cosmovisiones e ideas sobre lo humano, la vida y las artes. Del 3 al 9 de junio, la Universidad Autónoma Indígena Intercultural y el colectivo NOMASMETAFORAS compartirán con otras personas el trabajo que llevan realizando desde hace algunos años para la construcción de un “espiral compartido”: un tejido de miradas, saberes y voces por medio de las pedagogías de Abya-Yala.
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Estudiantes de distintas partes del mundo, especialmente del Viejo Continente y de algunas ciudades de Colombia, llegarán a Popayán, capital del Cauca, para participar en una residencia artística que abrirá un espacio de encuentro entre culturas, cosmovisiones e ideas sobre lo humano, la vida y las artes. Del 3 al 9 de junio, la Universidad Autónoma Indígena Intercultural y el colectivo NOMASMETAFORAS compartirán con otras personas el trabajo que llevan realizando desde hace algunos años para la construcción de un “espiral compartido”: un tejido de miradas, saberes y voces por medio de las pedagogías de Abya-Yala.
Bajo el nombre de “Escuela del Pluriverso: humanos, pero no solamente” la institución educativa y el colectivo artístico bautizaron esta iniciativa en la que el estudiantado, que en su mayoría está inscrito a la Maestría en Artes EurAteC de la Universidad París, se adentrará en un viaje por las tradiciones de las comunidades indígenas y la cotidianidad en esta zona oeste del país.
Como se manifiesta en el nombre escogido para la residencia, cada espacio está pensado para desaprender y desligarse de la mirada antropocéntrica y el modelo de relación del humano con su entorno, en especial, con lo natural. Así lo expuso Julián Dupont, artista plástico y uno de los fundadores de NOMASMETAFORAS.
“Nos interesa profundizar en la forma en que se hace una conversación con las plantas, pero no la que pasa por una antropomorfización, que busca darle forma humana a lo vegetal para dotarlo de vida, sino que queremos que se entienda que hay diferentes formas de relacionarnos con el ecosistema, y estas formas demuestran que somos más que eso que nos diferencia de lo que llamamos naturaleza”, señaló Dupont, quien ideó este espacio pedagógico junto a su esposa, la filósofa francesa Clara Melniczuk. Este proyecto nació de sus propias experiencias y tiene el objetivo de hacer preguntas y encontrar respuestas de formas no convencionales.
Dupont, que es oriundo de Popayán, contó que este viaje que vivirán los estudiantes ya fue experimentado por él, no como parte de un proyecto educativo, sino como una elección de vida. “Yo tuve una educación moderna, lo cual tiene un sesgo de racismo y desconocimiento sobre la historia colonial, las identidades y los territorios. Para mí fue muy enriquecedor encontrarme con el Mayor Luis Yunda, quien me acompañó en un proceso que se llama armonización: una limpieza del cuerpo para curar enfermedades. Fue un despertar”, recordó el artista, que, desde ese momento, se envolvió en una relación con las plantas, lo cual le trajo problemas con su familia, pues ellos no comprendían su nueva exploración.
“Yo terminé en consultas y hospitales psiquiátricos por una situación muy extrema que determinó que debía tomar medicamentos, pero esos fármacos me hicieron daño y me causaron una hepatitis que me dejó en cama por un mes. En ese momento llegó el Mayor Luis y me contó sobre su forma de conversar con las plantas y con la naturaleza, lo cual abrió en mí un nuevo imaginario”. Fue así como Dupont comenzó a involucrarse con este mundo que le era desconocido. Cada dos o tres meses se realizaba los rituales de armonización, que lo llevaron a acercarse al grupo de mayores de la comunidad Nasa, en la que los médicos y sabedores transmiten sus conocimientos a los más jóvenes. “Con el paso de los años se creó un tejido de relaciones y de intercambio de saberes, que se convirtieron en la base y el inicio de este proyecto”, indicó el artista.
Justamente, con un ritual de apertura que será guiado por los líderes espirituales del Consejo de Mayores de la Universidad Autónoma, se iniciará esta residencia, en la que también se hará un ritual con la hoja de coca, una sesión de sueños colectivos con plantas; un intercambio de saberes ligado a las mujeres parteras de la universidad y varios talleres de danza andina. También se realizará una visita decolonial al centro de la ciudad de Popayán, la cual será guiada por los integrantes de la Universidad Autónoma Indígena Intercultural: un recorrido orientado por las voces que no fueron tenidas en cuenta en el paradigma eurocentrista, según Dupont.
“Pensamos en cómo podemos recorrer ciudades modernas sin que estén ancladas a narrativas coloniales que han formado nuestras identidades nacionales. Queremos que el recorrido sea desde otra fuerza. Asimismo, estamos proponiendo un taller de sueños colectivos con plantas, que nos ha permitido también hacer arte, como la exposición Sembrar la duda, en el Museo del Banco de la República. Allí estamos llevando a cabo un taller en el que hicimos máscaras construidas con textil vegetal. Es un lugar lleno de plantas medicinales con las que pudimos soñar”, explicó el artista plástico.
Hasta el primero de abril había plazo para inscribirse a la residencia, para la cual era necesario escribir una carta de motivación en la que se expresaran las intenciones para emprender este proceso. El artista, quien tuvo posibilidad de leerlas todas, identificó un factor común relacionado con algo que expresó la socióloga boliviana Silvia Rivera Cusicanqui, a quien citó para hablar del deseo de las personas por participar en esta experiencia: “Ella habla de la herida colonial y de cómo podríamos caminarla”.
“Cuando se camina por la ciudad moderna se está transitando por esa historia que tiene que ver con esa herida colonial. En las cartas de intención se hizo evidente una pregunta genuina por cómo acercarse a esa historia, a la naturaleza y a una vía diferente del progreso. Y en ese sentido, las epistemologías de las comunidades indígenas tienen una fuerza y una sabiduría que han sido cultivadas milenariamente y que ofrecen una esperanza para repensar la mirada antropológica, las estéticas y las relaciones que derivan de las disciplinas occidentales que han formado los emporios coloniales”.
Para Dupont, esta residencia, que tendrá una duración de una semana, será el rompimiento de la dicotomía entre sujeto y objeto. Uno de sus objetivos es que se logre concebir lo humano como parte de un entorno en el que hay otras vidas y otras formas de relacionarse con ellas.