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IAluna es una exposición que nos conecta con el universo. Aluna es la madre creadora del mundo: “Ella era Aluna. Ella era espíritu de lo que iba a venir y ella era pensamiento y memoria”. Un encuentro con preceptos sencillos como el de comulgar con la naturaleza, con los niños, la tierra, los ríos y con la inconmensurable y fascinante Sierra Nevada de Santa Marta.
Son fotografías que captan el espíritu inconmensurable de ese lugar sagrado. En su práctica el artista no solo entrelaza las cosmologías ancestrales con el mantra “piensa bonito”, que se requiere en un momento como el que vivimos (la sanación de nuestra madre tierra y de los que habitamos en ella), sino que también abre una puerta a lo que viene con los programas de inteligencia artificial (IA) que utiliza en la creación de algunas de sus imágenes. “IAluna es un nombre híbrido que pretende señalar un diálogo complejo e imprevisible, que surge de los cruces múltiples entre algunos elementos ancestrales de estas culturas, con aspectos sustantivos de la disrupción tecnológica y sus posibles reverberaciones al largo plazo en este mundo mediado por la pantalla digital”.
El fotógrafo, que llega a Seviaka (un pueblo en la Sierra) cargado de conceptos que proporciona la educación occidental, también posee la disciplina y la alegría que conllevan prácticas como la meditación, el yoga y el deseo de reaprender con una comunidad que cree en la sabiduría del cuidado y de unir las tradiciones de Oriente con las de la Sierra. Igualmente, tiene el propósito de un despertar espiritual, de enraizarse con el territorio y la intención de encontrar su ADN indígena. Pasa un tiempo de convivencia con la comunidad, los niños y con el mamo Agustín, quien con sus enseñanzas y risas va transformando su mundo para adentrarlo en el territorio y el de su propio corazón. En sus encuentros le habla del “navi”, el jaguar, animal de poder para los koguis, y de allí se desprende esa autodenominación de jaguares protectores del “Corazón de la tierra”.
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Vanegas registra en sus fotografías al jaguar que lleva estrellas sobre su piel, vigilando la Sierra y los corazones, pero IAluna también se centra en pensar en la tecnología, como los celulares. Hay una imagen que capta: los niños en la noche reunidos en la maloka, viendo la película Hombres de negro, en una pantalla de celular. También los registra jugando con los celulares. Aparecen como seres de luz.
La serie fotográfica ha sido realizada durante varias incursiones en las comunidades, desde el año 2019, en la vertiente norte de la Sierra Nevada de Santa Marta. “Hice estas fotos pensando en esa impresión que, en un principio, me causaba ver los rostros hipnotizados de los niños al ser iluminados por las pantallas de sus dispositivos móviles en medio de la oscuridad nocturna de la Sierra, donde la electricidad y el alumbrado escasean. Estas imágenes me introdujeron a exploraciones sobre el acto fotográfico mismo, que modela los cuerpos y las entidades a partir de la luz”, dijo Vanegas.
Los niños le hacen entender el adoctrinamiento de nuestro paradigma de normalidad. Son los que más interactúan con los dispositivos móviles, por ende, son los que más le preocupan: se ven más afectados por el consumo de las imágenes. En ellos se evidencia aún más la neocolonización digital. Sin embargo, el mamo Agustín le comenta: el celular es solo una herramienta, como puede ser un machete o un cuchillo. En la voluntad de acción se determina su función e impacto en el mundo.
A partir de una primera serie fotográfica empezó a integrar algunos de los elementos culturales de esta comunidad. Por un lado, los usos rituales de la hoja de coca (jayo, en lengua kogui). La hoja de coca es un ser animado y constituye un pilar fundamental de su cosmovisión. Es vital para los rituales y trabajos espirituales. Por otro lado, la importancia del tejido (goné). Para los koguis el tejido es una imagen del mundo cosmogónico; el telar ejemplifica los cuatro puntos cardinales de sus centros ceremoniales y los pone en diálogo con Serankua, el dios de la creación. De este modo, tejer es una acción que se ejecuta desde el pensamiento, y por medio de ella se materializan las construcciones de arquitectura liviana, las vestiduras y las mochilas, además de que se entrelazan las afectividades de la comunidad.
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Javier Vanegas es un mensajero de la Sierra, título conferido por el mamo: “Estas imágenes pretenden continuar amplificando y expandiendo el mensaje divino de los jaguares, protectores del corazón de la tierra, quienes solicitan amorosamente respetar, cuidar y proteger a la gran madre naturaleza, preservando el legado inmaterial que atesoran los corazones del pueblo indígena de nuestro territorio”.
Sus fotografías pueden verse en la exposición “Realismo del Caribe”, junto con las de otros artistas, en el Centro Gabriel García Márquez, en Bogotá.
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