Irene Vallejo: las palabras son más importantes que el rostro de un escritor
La escritora española Irene Vallejo, que es una de las invitadas especiales del Hay Festival de Cartagena de Indias, defendió este sábado en una conferencia de prensa la importancia de la palabra y del texto, incluso por encima del propio rostro del escritor.
EFE
“No sé si al final los escritores deberíamos tener rostro”, se cuestionó la autora de “El infinito de un junco”, libro que hasta la fecha lleva vendidos más de 23.000 ejemplares solo en Colombia.
Vallejo explicó que precisamente esa obra intentó “ahondar en esta cuestión del lugar intelectual de las mujeres en el uso de la palabra; las mujeres más filósofas, las mujeres como pensadoras, las mujeres como intelectuales”.
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"Ese rol que a lo largo de los siglos ha sido tradicionalmente eclipsado por el papel familiar de las mujeres como madres, como esposas, y que por supuesto no está en contradicción uno con otro. Pero siempre ha sido más difícil para las mujeres realmente conseguir una posteridad, crear una tradición propia, construir esas genealogías en las que ahora nos estamos esforzando", agregó.
La hostilidad de las redes sociales
Vallejo expresó además que "las redes son un territorio hostil, en general, para las mujeres", algo que "no tiene que ver específicamente con la literatura".
"Todas las mujeres que alcanzan una posición pública, una visibilidad, que se exponen en general, son víctimas de ataques muy duros", señaló.
Por ello intenta defender "en la práctica" sus ideas y "no ceder a las intimidaciones, contestar siempre con extrema educación, con elegancia y demostrar que hemos llegado al momento en que no se acalla a las mujeres con ataques, con insultos".
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"Yo creo que por eso es importante mantener esa presencia en las redes y no amilanarse, no ceder y quizá incluso fomentar otra manera de utilizar la palabra y de relacionarnos más suave, amable, más elegante y que eso también tenga el sello de las mujeres", propuso.
Vallejo, de 43 años, confesó también que a través de las redes sociales constantemente está “invocando el recuerdo de mujeres pioneras de la poesía, del pensamiento, de la literatura, insistiendo en que se lean porque es el mejor homenaje posible a la creatividad femenina”.
Universo más masculino
La escritora agradeció que a través de los años ha recibido mucho apoyo de colegas y críticos hombres, y reconoció que su propia experiencia en el ensayo, del que dijo que podría ser el que tiene más presencia masculina, "ha sido muy esperanzadora".
"He recibido el apoyo de críticos, de colegas escritores. En particular quisiera mencionar aquí en Latinoamérica a escritores como Héctor Abad Faciolince, Mario Vargas Llosa o Jorge Volpi, personas que me han apoyado desde el primer momento y lo han hecho de una manera desinteresada sin conocerme", recalcó.
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Este apoyo es el que le da a Vallejo "la esperanza de que las cosas cambien pronto y que podamos ser capaces de dejar atrás esos tristes atavismos que han pesado sobre las mujeres durante tanto tiempo".
Finalmente, explicó que se enamoró de la literatura a través de la voz de su madre, es decir por la oralidad, y dijo que siempre ha sentido “una especial devoción por la comunicación a través de la palabra viva”.
“No sé si al final los escritores deberíamos tener rostro”, se cuestionó la autora de “El infinito de un junco”, libro que hasta la fecha lleva vendidos más de 23.000 ejemplares solo en Colombia.
Vallejo explicó que precisamente esa obra intentó “ahondar en esta cuestión del lugar intelectual de las mujeres en el uso de la palabra; las mujeres más filósofas, las mujeres como pensadoras, las mujeres como intelectuales”.
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"Ese rol que a lo largo de los siglos ha sido tradicionalmente eclipsado por el papel familiar de las mujeres como madres, como esposas, y que por supuesto no está en contradicción uno con otro. Pero siempre ha sido más difícil para las mujeres realmente conseguir una posteridad, crear una tradición propia, construir esas genealogías en las que ahora nos estamos esforzando", agregó.
La hostilidad de las redes sociales
Vallejo expresó además que "las redes son un territorio hostil, en general, para las mujeres", algo que "no tiene que ver específicamente con la literatura".
"Todas las mujeres que alcanzan una posición pública, una visibilidad, que se exponen en general, son víctimas de ataques muy duros", señaló.
Por ello intenta defender "en la práctica" sus ideas y "no ceder a las intimidaciones, contestar siempre con extrema educación, con elegancia y demostrar que hemos llegado al momento en que no se acalla a las mujeres con ataques, con insultos".
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"Yo creo que por eso es importante mantener esa presencia en las redes y no amilanarse, no ceder y quizá incluso fomentar otra manera de utilizar la palabra y de relacionarnos más suave, amable, más elegante y que eso también tenga el sello de las mujeres", propuso.
Vallejo, de 43 años, confesó también que a través de las redes sociales constantemente está “invocando el recuerdo de mujeres pioneras de la poesía, del pensamiento, de la literatura, insistiendo en que se lean porque es el mejor homenaje posible a la creatividad femenina”.
Universo más masculino
La escritora agradeció que a través de los años ha recibido mucho apoyo de colegas y críticos hombres, y reconoció que su propia experiencia en el ensayo, del que dijo que podría ser el que tiene más presencia masculina, "ha sido muy esperanzadora".
"He recibido el apoyo de críticos, de colegas escritores. En particular quisiera mencionar aquí en Latinoamérica a escritores como Héctor Abad Faciolince, Mario Vargas Llosa o Jorge Volpi, personas que me han apoyado desde el primer momento y lo han hecho de una manera desinteresada sin conocerme", recalcó.
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Este apoyo es el que le da a Vallejo "la esperanza de que las cosas cambien pronto y que podamos ser capaces de dejar atrás esos tristes atavismos que han pesado sobre las mujeres durante tanto tiempo".
Finalmente, explicó que se enamoró de la literatura a través de la voz de su madre, es decir por la oralidad, y dijo que siempre ha sentido “una especial devoción por la comunicación a través de la palabra viva”.