Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Marías, que iba a cumplir 71 años el 20 de septiembre, entregó su vida a la escritura y vendió millones de ejemplares a lo largo de su carrera, en la que cosechó una larga lista de premios. En los últimos años estuvo a menudo en las quinielas del Nobel de Literatura.
La vocación le venía de familia a Javier Marías, autor de 16 novelas centradas en temas amorosos, relatos, ensayos, traducciones y un sinfín de artículos, además de cinéfilo empedernido.
Le sugerimos leer: Murió el escritor español Javier Marías a los 70 años
Su madre, Dolores Franco, era profesora de Literatura, y su padre, el filósofo Julián Marías, discípulo aventajado de José Ortega y Gasset. Por su compromiso con la II República (1931-1936) fue represaliado por la dictadura franquista y obligado a exiliarse por algunos años en Estados Unidos, donde residió el pequeño Javier Marías.
Tenía apenas 20 años cuando se publicó su primera novela, “Los dominios del lobo”, en 1971. Pero el reconocimiento por su obra novelística no le llegó hasta su quinta publicación, “El hombre sentimental”, premio Herralde 1986.
Le seguirían dos destacados títulos, “Todas las almas” (1989), donde ficciona su experiencia como profesor en Oxford, y “Corazón tan blanco” (1992), con el que dio el salto definitivo a la fama. Su última novela fue “Tomás Nevinson”, publicada el año pasado con Alfaguara.
“Corazón tan blanco”, el salto a la fama
“Tenía preocupaciones económicas por entonces. Pero Carmen Balcells (la agente literaria de autores como Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa) hizo traducir al alemán ese libro (”Corazón tan blanco”), y lo colocó en el número 1 de ventas en Alemania”, recuerda el traductor y lingüista Rafael del Moral, que lo conoció muy de cerca.
“Fue su punto culminante” a nivel literario, “por el orden de la argumentación” en torno al tema principal, dice Del Moral, quien precisamente le inspiró a Marías el personaje de Víctor Francés, protagonista de su siguiente novela, “Mañana en la batalla piensa en mí”.
Podría interesarle leer: Leonardo Padura: “Los mundos felices son poco apropiados para la creación”
Este título le valió a Javier Marías el prestigioso premio Rómulo Gallegos 1995. Luego publicaría “Tu rostro mañana”, una ambiciosa trilogía, y “Los enamoramientos”.
Precisamente esta obra dio lugar a una sonada polémica en España. En 2012, Marías se negó a recibir por ella el Premio Nacional de Narrativa, otorgado por el entonces gobierno del conservador Partido Popular (PP), contra el que arremetió en numerosos artículos publicados en El País.
El autor, miembro de la Real Academia Española de la lengua desde 2008, llevaba años avisando de que no quería premios oficiales, “independientemente de qué partido gobernase”.
Y en aquella ocasión cumplió, afirmando que habría sido una “sirvengonzonería” aceptarlo cuando no se lo dieron a su padre o a maestros suyos como los novelistas españoles Juan Benet y Juan García Hortelano.
Madridista y monarca de Redonda
Como columnista en la revista semanal del diario El País, donde escribió hasta finales de julio, sus opiniones eran afiladas y lejanas de la corrección política.
Tampoco le gustaba dar entrevistas. “Si uno a veces no le diría la verdad ni al juez, ¿por qué habría de decírsela al primero que se presentase en su casa con un bolígrafo o un magnetofón?”, escribió en 2021.
Le sugerimos leer: La reina Isabel II, obsesión de Gabriel García Márquez
Marías, que aseguró en la radio Cadena Ser que sólo escribe para 6 o 7 personas -”cuyo criterio respeto mucho”-, también tradujo a autores como William Faulkner o Joseph Conrad.
Notorio aficionado del Real Madrid, reunió sus crónicas sobre fútbol en “Salvajes y sentimentales. Letras de fútbol”.
Menos conocida era su faceta de soberano del ficticio Reino de Redonda, un “título” que debe su nombre a una pequeña isla del Caribe, perteneciente a Antigua y Barbuda. Con ese sello llegó a editar obras fantásticas.
Pese a su republicanismo, Marías se tomó muy en serio su dignidad de rey de Redonda, e incluso concedió títulos nobiliarios, como el de “Duque de Trémula” al cineasta Pedro Almodóvar, o el de “Duque de Megalópolis” al “padrino” Francis Ford Coppola.
Si le interesa seguir leyendo sobre El Magazín Cultural, puede ingresar aquí 🎭🎨🎻📚📖