Joël Dicker: “El amor como elemento narrativo hace que un personaje se supere a sí mismo”
El homenaje a Bernard de Fallois, su editor, y una historia enredada en un crimen, pero no centrada en él, son elementos que rescata el escritor suizo en esta entrevista sobre su más reciente libro: “El enigma de la habitación 622”.
Andrés Osorio Guillott
Hablar en primera persona y narrar la historia en su país. Son elementos que se distancian de otros libros y que dan la impresión de ser mucho más cercanos a su vida: ¿qué tanto cambia la creación de un libro cuando se incluyen lugares, personas o datos autobiográficos?
Es cierto que en una novela estamos, o el lector tiene la impresión frecuentemente, de estar en una autobiografía o un relato donde el autor de la novela narra su propia vida, no creo que sea exactamente así en este caso. Yo creo la realidad porque de fondo en una novela, quien imagina los personajes, quien ve a los personajes, quien ve el lugar y que imagina todo eso, no es el autor, es el lector. Entonces si hubiera un elemento de autobiografía es más bien del lado del lector, en la forma que él imagina a los personajes y la gente y todo lo que sucede, primero eso. Luego, para responder más precisamente a la pregunta: ¿es que la escritura de un libro cambia cuando uno incluye alguna cosa más personal? Eso depende de hasta qué punto usted sea personal, eso depende hasta qué punto usted está dentro de algo que está cerca a usted o no. No estoy seguro de… yo parto de Ginebra en esta novela, la ciudad en la que yo vivo, es cierto, pero no estoy seguro de que sea muy autobiográfico, yo narro Ginebra a partir de sentimientos que son propios es cierto, así que hay una pequeña parte mía, pero no narro mi vida, no me narro a mí, incluso ese personaje de Joel dentro del libro, si se llama Joel es justamente por mostrar de fondo que es un personaje de novela.
La muerte vista desde el misterio y también como la peor de las experiencias para quien la ve llegar en seres queridos: ¿cómo se va transformando esa idea de la muerte a medida que la va desarrollando en el suspenso?
La pregunta sobre la muerte en el marco de la novela es una cuestión que es, a fondo, relativamente secundaria, lo que quiero decir es que no es el crimen realmente el corazón del libro, no es el crimen lo que hace al libro y que construye el libro, pero el crimen está simplemente en una segunda posición allí para contar, para cimentar, para narrar cómo todos estos personajes en un momento dado se juntan, pero no está realmente alrededor del crimen, así que… Yo dejo la pena de responder a la pregunta sobre la idea de la transformación de la muerte ya que evidentemente la muerte es algo terrible para la víctima, para su familia, para todo lo que ello implique y de hecho en mi novela la muerte está realmente en otro plano, dentro de esta novela incluso ella llega a ser cómica, así que estamos dentro de un desafío sobre la muerte, incluso, diferente.
"El amor no es tanto alquimia sino obra del tiempo". ¿No es justamente el elemento del amor lo que equilibra las emociones en una historia de suspenso, de miedo y de muerte? ¿Cómo determina usted la fuerza que puede tener el amor en un contexto como el del crimen?
No sé. El elemento amor es importante porque dentro de una novela y como ustedes dicen en la segunda parte de la pregunta, podemos justamente estar cerca a todo para eso, para llegar a ese fin, en todos los sentidos: para proteger a la persona que uno ama pero también para llegar a ese fin con la persona que uno ama. Yo creo que el amor es un elemento muy importante dentro de una novela justamente porque eso permite a los personajes superarse a sí mismos, llegar más lejos, hacer cosas que no hubieran hecho. También el lector puede ponerse en el lugar de ese personaje, pues hay también un elemento de proyección que es fuerte, y dentro del contexto de una muerte, evidentemente, el amor puede ser un elemento muy determinante porque se puede cometer una muerte por amor, se puede proteger a alguien por amor, de eso que ha hecho, así que esos son elementos muy fuertes.
El deseo perpetuo de escribir y la novela que nace como un anhelo: ¿Cuál era entonces el anhelo con este libro en particular, además de rendirle un homenaje a la memoria de su editor, Bernard de Fallois?
Bernard trajo con él toda la idea de novela, la idea de, cuando él falleció, querer rendirle un homenaje, de querer luego narrarlo a él. Después me di cuenta que hablando sobre Bernard yo debía contar un poco sobre mí, y que de hecho hablando de mí, yo estaría forzosamente dentro de algo más personal, más… no autobiográfico, más centrado en mí, así que yo debía en ese momento hablar de Ginebra, yo debía situar la novela en Ginebra, así que eso puso esos primeros elementos juntos, después creé poco a poco los otros elementos, la historia, la muerte, etc., dejé venir el resto de elementos en un segundo momento, pero el primero fue Bernard, fueron esas ganas de rendirle un homenaje.
Sigamos en esa idea del deseo perpetuo de escribir. ¿Cómo cambia la cotidianeidad de una persona cuando siempre tiene ese deseo por escribir lo que vive y piensa? ¿Vive en función de los detalles?
Cambia, porque de hecho usted tiene todo el tiempo ganas de dejar su realidad por estar en la realidad del libro, ese es el gran cambio. No es necesariamente vivir basado sobre los detalles como usted dice, no son necesariamente las ganas de escribir eso que uno vive, o eso que uno ve, o eso que uno piensa, son sobre todo las ganas de construir un mundo paralelo, que es el mundo de la literatura y de inventarse esa segunda vida, y de fondo yo veo que la gran dificultad en la vida cotidiana cuando uno escribe y cuando tiene ganas de escribir todo el tiempo, es llegar a quedarse un poco incluso en la normalidad, en la rutina de ese mundo y de no estar completamente en la distancia de él, encerrándose en el mundo de la escritura y es ese el mayor desafío.
Un crimen que parece olvidarse: ¿es la justicia una víctima del poder cuando este último no quiere que se conozca la verdad?
¿Es que se tendrá verdadera justicia cuando no se quiere saber cuál es la realidad, cuando uno entierra la realidad? En el marco de, en este caso y sin decir mucho para no ser un spoiler y dañar la sorpresa y el suspenso, hay en mi novela elementos que hacen que uno pueda comprender que no es necesario llegar hasta el final de la investigación, hasta la justicia. Pero para poner la cuestión de manera más general como ustedes dicen, es verdad que uno puede totalmente plantearse la pregunta de saber si en verdad la justicia se rinde o se atrapa la verdad, es una buena pregunta.
Lev Levovitch y el poder. ¿Cree que ese afán de control termina por anular la moral y los principios? ¿Qué tan malévola termina siendo la sed del poder?
No necesariamente, porque de hecho él tiene esa necesidad de control porque él vive en una mentira, de nuevo, no puedo decir mucho para no dañar la historia a quienes aún no la han leído, pero de hecho Levovitch justamente está dentro de un elemento de mentira permanente y, cómo todas las personas que están en la mentira, él necesita guardar el control sobre sus mentiras, pero al mismo tiempo las víctimas de su mentira son víctimas a la mitad con consentimiento, así que es por eso que tengo miedo de responder a esta pregunta, porque de hecho no quiero decir mucho sobre la historia, no tengo ganas de decir mucho sobre todo de la realidad del libro, de hecho la verdadera víctima para mí es Levovitch que ha creado toda una mentira y que está encerrado en su propia mentira.
Traducción: María Cristina Vargas
Hablar en primera persona y narrar la historia en su país. Son elementos que se distancian de otros libros y que dan la impresión de ser mucho más cercanos a su vida: ¿qué tanto cambia la creación de un libro cuando se incluyen lugares, personas o datos autobiográficos?
Es cierto que en una novela estamos, o el lector tiene la impresión frecuentemente, de estar en una autobiografía o un relato donde el autor de la novela narra su propia vida, no creo que sea exactamente así en este caso. Yo creo la realidad porque de fondo en una novela, quien imagina los personajes, quien ve a los personajes, quien ve el lugar y que imagina todo eso, no es el autor, es el lector. Entonces si hubiera un elemento de autobiografía es más bien del lado del lector, en la forma que él imagina a los personajes y la gente y todo lo que sucede, primero eso. Luego, para responder más precisamente a la pregunta: ¿es que la escritura de un libro cambia cuando uno incluye alguna cosa más personal? Eso depende de hasta qué punto usted sea personal, eso depende hasta qué punto usted está dentro de algo que está cerca a usted o no. No estoy seguro de… yo parto de Ginebra en esta novela, la ciudad en la que yo vivo, es cierto, pero no estoy seguro de que sea muy autobiográfico, yo narro Ginebra a partir de sentimientos que son propios es cierto, así que hay una pequeña parte mía, pero no narro mi vida, no me narro a mí, incluso ese personaje de Joel dentro del libro, si se llama Joel es justamente por mostrar de fondo que es un personaje de novela.
La muerte vista desde el misterio y también como la peor de las experiencias para quien la ve llegar en seres queridos: ¿cómo se va transformando esa idea de la muerte a medida que la va desarrollando en el suspenso?
La pregunta sobre la muerte en el marco de la novela es una cuestión que es, a fondo, relativamente secundaria, lo que quiero decir es que no es el crimen realmente el corazón del libro, no es el crimen lo que hace al libro y que construye el libro, pero el crimen está simplemente en una segunda posición allí para contar, para cimentar, para narrar cómo todos estos personajes en un momento dado se juntan, pero no está realmente alrededor del crimen, así que… Yo dejo la pena de responder a la pregunta sobre la idea de la transformación de la muerte ya que evidentemente la muerte es algo terrible para la víctima, para su familia, para todo lo que ello implique y de hecho en mi novela la muerte está realmente en otro plano, dentro de esta novela incluso ella llega a ser cómica, así que estamos dentro de un desafío sobre la muerte, incluso, diferente.
"El amor no es tanto alquimia sino obra del tiempo". ¿No es justamente el elemento del amor lo que equilibra las emociones en una historia de suspenso, de miedo y de muerte? ¿Cómo determina usted la fuerza que puede tener el amor en un contexto como el del crimen?
No sé. El elemento amor es importante porque dentro de una novela y como ustedes dicen en la segunda parte de la pregunta, podemos justamente estar cerca a todo para eso, para llegar a ese fin, en todos los sentidos: para proteger a la persona que uno ama pero también para llegar a ese fin con la persona que uno ama. Yo creo que el amor es un elemento muy importante dentro de una novela justamente porque eso permite a los personajes superarse a sí mismos, llegar más lejos, hacer cosas que no hubieran hecho. También el lector puede ponerse en el lugar de ese personaje, pues hay también un elemento de proyección que es fuerte, y dentro del contexto de una muerte, evidentemente, el amor puede ser un elemento muy determinante porque se puede cometer una muerte por amor, se puede proteger a alguien por amor, de eso que ha hecho, así que esos son elementos muy fuertes.
El deseo perpetuo de escribir y la novela que nace como un anhelo: ¿Cuál era entonces el anhelo con este libro en particular, además de rendirle un homenaje a la memoria de su editor, Bernard de Fallois?
Bernard trajo con él toda la idea de novela, la idea de, cuando él falleció, querer rendirle un homenaje, de querer luego narrarlo a él. Después me di cuenta que hablando sobre Bernard yo debía contar un poco sobre mí, y que de hecho hablando de mí, yo estaría forzosamente dentro de algo más personal, más… no autobiográfico, más centrado en mí, así que yo debía en ese momento hablar de Ginebra, yo debía situar la novela en Ginebra, así que eso puso esos primeros elementos juntos, después creé poco a poco los otros elementos, la historia, la muerte, etc., dejé venir el resto de elementos en un segundo momento, pero el primero fue Bernard, fueron esas ganas de rendirle un homenaje.
Sigamos en esa idea del deseo perpetuo de escribir. ¿Cómo cambia la cotidianeidad de una persona cuando siempre tiene ese deseo por escribir lo que vive y piensa? ¿Vive en función de los detalles?
Cambia, porque de hecho usted tiene todo el tiempo ganas de dejar su realidad por estar en la realidad del libro, ese es el gran cambio. No es necesariamente vivir basado sobre los detalles como usted dice, no son necesariamente las ganas de escribir eso que uno vive, o eso que uno ve, o eso que uno piensa, son sobre todo las ganas de construir un mundo paralelo, que es el mundo de la literatura y de inventarse esa segunda vida, y de fondo yo veo que la gran dificultad en la vida cotidiana cuando uno escribe y cuando tiene ganas de escribir todo el tiempo, es llegar a quedarse un poco incluso en la normalidad, en la rutina de ese mundo y de no estar completamente en la distancia de él, encerrándose en el mundo de la escritura y es ese el mayor desafío.
Un crimen que parece olvidarse: ¿es la justicia una víctima del poder cuando este último no quiere que se conozca la verdad?
¿Es que se tendrá verdadera justicia cuando no se quiere saber cuál es la realidad, cuando uno entierra la realidad? En el marco de, en este caso y sin decir mucho para no ser un spoiler y dañar la sorpresa y el suspenso, hay en mi novela elementos que hacen que uno pueda comprender que no es necesario llegar hasta el final de la investigación, hasta la justicia. Pero para poner la cuestión de manera más general como ustedes dicen, es verdad que uno puede totalmente plantearse la pregunta de saber si en verdad la justicia se rinde o se atrapa la verdad, es una buena pregunta.
Lev Levovitch y el poder. ¿Cree que ese afán de control termina por anular la moral y los principios? ¿Qué tan malévola termina siendo la sed del poder?
No necesariamente, porque de hecho él tiene esa necesidad de control porque él vive en una mentira, de nuevo, no puedo decir mucho para no dañar la historia a quienes aún no la han leído, pero de hecho Levovitch justamente está dentro de un elemento de mentira permanente y, cómo todas las personas que están en la mentira, él necesita guardar el control sobre sus mentiras, pero al mismo tiempo las víctimas de su mentira son víctimas a la mitad con consentimiento, así que es por eso que tengo miedo de responder a esta pregunta, porque de hecho no quiero decir mucho sobre la historia, no tengo ganas de decir mucho sobre todo de la realidad del libro, de hecho la verdadera víctima para mí es Levovitch que ha creado toda una mentira y que está encerrado en su propia mentira.
Traducción: María Cristina Vargas