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Influenciada por la cultura ‘hippie’ en Estados Unidos y reflejando una inconformidad con la realidad política y social que atravesaba México a finales de la década de 1960, surgió la “literatura de la onda”, un movimiento que desde el inicio estuvo ligado al autor José Agustín, quien falleció este martes a los 79 años.
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El escritor y dramaturgo mexicano es considerado como uno de los precursores de este movimiento con libros como “De perfil” (1966), “La tumba” (1964) y “La nueva música clásica” (1968), que abordan temáticas como la juventud, el amor, el uso de drogas y la libertad, temas que impulsaron la década de los 60 como una época disruptiva revolucionaria no solo política, sino también culturalmente hablando.
El término fue acuñado por la escritora y académica Margo Glantz en su novela “Onda y escritura en México: jóvenes de 20 a 33 años” (1971), en la que hace una crítica a la naturaleza transgresora y desafiante de esta nueva ola, así como de su capacidad para cuestionar las normas establecidas.
Este movimiento surge tras las manifestaciones estudiantiles de 1968, año en el que alumnos de varios centros educativos como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Iberoamericana y Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), se unen junto a otros actores sociales como intelectuales y obreros, para solicitar la libertad a presos políticos y la reducción o eliminación del autoritarismo. Estas marchas culminaron con la masacre de estudiantes el 2 de octubre, en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, un barrio de la Ciudad de México. Elena Poniatowska, referente de la literatura mexicana, registró este caso en su libro La noche de Tlatelolco: Testimonios de historia oral.
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La “literatura de la onda” se caracteriza por el uso del ‘slang’ mexicano, la jerga coloquial de la época, además de tener como protagonistas a personajes jóvenes que proclaman la libertad sexual, el amor y la paz y otros elementos ya mencionados. Es una ola que rompe con las convicciones tradicionales dentro de las obras escritas, además de explorar nuevas formas de expresión y siendo un reflejo de la sociedad mexicana y de las tendencias de la época a nivel social.
Además de José Agustín, otros autores de renombre de esta época son Gustavo Sáinz con sus obras: “Gazapo” (1965), “Obsesivos días circulares” (1969) y “La princesa de hierro” (1974); y Parménides García Saldaña, con: “Pasto verde” (1968), “El rey criollo” (1970) y “En la ruta de la onda” (1972).