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La escritora estadounidense Joyce Carol Oates, autora de más de un centenar de obras, asegura que le gusta “tener una cartografía” de lo que va a escribir, y admite que el libro “a veces va al sitio donde pensaba”, pero otras tiene “la sensación de que la historia se escapa de las manos”.
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“Sé lo que pretendo, no soy una narradora inconsciente, sé a dónde voy”, explicó este jueves Oates, que participó de forma virtual desde Estados Unidos en el tercer festival literario de América y Europa ‘Escribidores’, que tiene como sede principal Málaga, España.
Desvela que una vez publicadas sus obras, no las vuelve a leer, pero cuando hace una antología de sus cuentos, sí los revisa, y, al regresar a textos que creó hace veinte años, piensa que ahora los escribiría de una forma diferente.
Sobre sus inicios, recuerda que creció en una granja y en su afición por la literatura tuvo un papel fundamental su abuela paterna, que le proporcionaba libros. Para ella, su primer autor “con mayúsculas” fue el británico Lewis Carroll, desde que con unos 8 años leyó Alicia en el país de las maravillas e intentaba imitar sus dibujos, y eso le abrió “las puertas para entrar en un mundo mágico”.
Un poco más tarde, con 13 años, leyó Walden, del estadounidense Henry David Thoreau, y le resultó “muy interesante como adolescente”, pues le abrió “la posibilidad del escepticismo”, de preguntarse cosas y “también de vivir la adolescencia de una forma muy intensa”.
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A Oates le resulta difícil elegir entre sus propios libros, aunque apunta que Blonde, la novela sobre Marilyn Monroe, tiene “una carga emocional muy fuerte”. “Al final del día, terminaba agotada de escribir al poner tanto de mí en la obra”, explica.
Sobre la adaptación cinematográfica de este libro para Netflix, apunta que le “encantó” la actuación de Ana de Armas y el que una actriz cubana interpretara a Marilyn le pareció “fascinante”.
“Es muy interesante que se reflejaba la diferencia entre la persona y el personaje y Ana de Armas mostró los dos lados”, añadió Oates, que cree que la película posee “un ambiente perturbador que tiene que ver con el género del terror, y la elección de la música es interesante para generar esa sensación de miedo”.
A los 85 años, además de escribir, imparte clases en la Universidad de Princeton en Estados Unidos, pero subraya que, ante todo, es "escritora todos los días y profesora solo dos o tres veces a la semana y tampoco en verano".
“También leo mucho. Es muy emocionante cuando pienso que voy a estar una hora o dos solo leyendo, y lo espero con mucha ilusión. Vivo sola y no sufro ninguna interrupción por parte de nadie”, concluye.
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