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“La película es bastante personal porque surge de la muerte de mi hermano, digamos que este es el punto de partida. Luego generó una ficción alrededor de este tema”, dice Quebrada (Medellín, 1987) en una entrevista.
El filme -una coproducción colombiana, argentina y francesa- narra la historia de Federico y su hermano Simón, dos chicos que viven una adolescencia normal hasta que un día Simón muere al precipitarse desde un balcón en una fiesta. Esta historia se inspira en un hecho real que sacudió la vida del director hace nueve años.
Federico, que representa al cineasta, intenta seguir con su vida buscando refugio sentimental en Laura, la novia de su hermano fallecido, mientras todo su entorno familiar se derrumba.
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"Él era muy joven cuando murió, tenía 15 años y yo tenía 26. Fue una experiencia bastante fuerte para todos, para la familia. Era un chico que apenas acababa de empezar el colegio", relata sobre su hermano.
Quebrada reconoce que hacer la película fue una manera de sanar, de "lidiar con las ausencias, de darles sentido y de seguir adelante". Señala que hay ciertas diferencias entre la realidad y la ficción, como por ejemplo que los dos hermanos sean de la misma edad y que estén en el mismo colegio.
"Lo que más me enorgullece es la interpretación de los actores, pues era un reto muy grande lograr contar esas emociones, hacerlo sin clichés, sin que fuera una película lastimera, y siento que dimos con 'superactores' y que circuló una emoción que queríamos que existiera", afirma.
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Además, recuerda que la idea de la película surgió hace siete años, pero que no se sintió preparado para escribirla hasta que empezó el coronavirus (2020), que le dio la oportunidad de reflexionar sobre la historia y crear una ficción alrededor de ella.
El director colombiano, que participa en la competición oficial del Festival de Marrakech, dedicado a descubrir nuevos talentos del séptimo arte, se muestra "muy feliz" de estar en el certamen marroquí, donde poder compartir su película con otras miradas y culturas. "Es la primera vez que estoy en África y las primeras veces me hacen muy feliz".
"Hemos estrenado en salas de cine en Colombia. Fue un trabajo muy duro y en cuanto terminamos nos vinimos a Marrakech; nos sentimos como si fuera una celebración por lo que hicimos, un momento para disfrutar", señala.
Quebrada, que había hecho un corto y un mediometraje antes de "El otro Hijo", su primer largometraje, cuenta que vivió en Buenos Aires, donde estudió en la Universidad de Cine y aprendió mucho sobre las nuevas tendencias del arte cinematográfico argentino.
"Gran parte de la estética (del cine colombiano) nos la configuró Argentina, así como la tendencia hacia la producción de filmes intimistas", añade.
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También reflexiona sobre el cine de América Latina y el caso concreto de Colombia, donde dice que desde que se destinaron más fondos a la industria cinematográfica, este arte ha crecido mucho. "Pero aún se necesitan más recursos".
Adelanta que tiene una nueva idea para su próximo proyecto, que empezará a escribir en enero, y que también será una "película intimista" que tiene que ver con algo que vivió cuando tenía 15 años y estuvo en un centro de rehabilitación a las afueras de Bogotá.
“Es un universo que me interesa mucho, el de ese pequeño grupo como espacio social casi sectario en el que viví a los 15 años y que me allanó el camino hacia la sanación”, concluye.