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¿Cómo nació el proyecto de ley que exalta el Patrimonio Cultural de Montes de María?
Este proyecto nació del deseo de dejar en la memoria de todos, tanto en Colombia como en el resto del mundo, la capacidad de resiliencia que tiene nuestra gente de los Montes de María, de nuestro departamento de Bolívar. Queremos que todo el mundo conozca las maravillas que tenemos en nuestra cultura y gastronomía, como las famosas chepacorinas o las María Luisa de San Juan, que son mis galletas dulces favoritas del departamento. Además, con este proyecto queremos dar a conocer la artesanía de las hamacas. Quisimos llevar este proyecto al territorio, que nos pudiéramos reunir con los alcaldes de los Montes de María, presentarlos, escuchar las necesidades en materia de cultura que tiene cada uno de estos municipios y resaltarlos a nivel nacional e internacional.
Ha mencionado la educación y la salud mental en adultos mayores como su inspiración. ¿Cómo se consolidaron estos pilares en su gestión?
Soy comunicadora social, y cuando inicié este gran reto siempre dije que mi carrera tenía una palabra en su nombre, y era lo social. Siempre he trabajado en esto, especialmente en la salud y en la educación. Eso me permitió conocer cada rincón de mi ciudad, Cartagena, y las necesidades de nuestra gente. Cuando se me presentó esta oportunidad tenía claro que iba a resaltar en la Cámara de Representantes el enfoque del desarrollo de Bolívar y de su cultura. Por eso soy coautora de la ley que eleva a San Basilio de Palenque como municipio e impulsé la ley de los consultorios psicológicos comunitarios y el proyecto de ley de huérfanos por feminicidio. Tenía claro que lo que conversé en mi campaña lo iba a poner en papel en mis compromisos en lo legislativo en el Congreso de la República.
¿Qué es lo que más le gusta de su departamento?
Su gente, su gastronomía, su cultura, esa berraquera que nosotros como bolivarenses tenemos es única. Considero que, como departamento, no nos quedamos en lo malo, sino al contrario, nos enfocamos en ser resilientes y salir adelante.
¿Cómo decidió pasar de la comunicación social a la política?
Como comunicadora social siempre trabajé en entidades de territorio, del Distrito o en algunas del departamento. Gracias a ese trabajo de estar conociendo cada una de las necesidades del departamento se dio esta oportunidad, y decidí tomarla, porque quería trabajar por la gente de Bolívar y de Cartagena.
¿Cuáles han sido los retos a los que te has enfrentado durante estos años?
Lo más desafiante ha sido el entono tan diverso y, a veces, polarizado en el que me encuentro en el Congreso de la República. A menudo se presentan diferencias significativas entre los intereses de los distintos sectores, pero he aprendido a escuchar a todos, creo que eso ha sido parte de mi carrera, y buscar puntos en común claves para ver cómo hacemos que la política se trate más de construir puentes y no muros. Y aunque a veces es complicado, cada logro que conseguimos en conjunto vale la pena.
¿Cuál ha sido el aprendizaje más valioso que ha tenido durante su paso por el Congreso?
Escuchar ha sido lo más importante para mí, no llegar imponiendo, sino conociendo. Por ejemplo, cuando radiqué un proyecto de huérfanos por feminicidios, a los pocos días una colega radicó otro con las mismas intenciones, pero uno no reacciona en el momento porque en la Cámara de Representantes cuando hay proyectos similares los acumulan para no tener varios iguales, sino unirlos. Esa experiencia de haber logrado hacer la conexión con mi colega y sacar este proyecto adelante juntas, para mí fue maravillosa: uno no puede ser egoísta para las iniciativas ni del país ni del departamento.
¿Qué habilidades de su formación en comunicación social ha aplicado a su carrera política?
Algo que uno debe tener al momento de elegir esta carrera es no tener miedo a acercarnos a otros, a preguntar, conocer e investigar. Esas han sido las habilidades más valiosas en esta trayectoria, si no tenemos la información bien, no la podemos comunicar. Eso fue algo que usamos en el proyecto de las fiestas de los Montes de María. Lo primero que hicimos fue socializárselo a los alcaldes, que son los interesados en resaltar la cultura del proyecto, y escuchar sus necesidades y plantearlas en el proyecto, para radicarlo y defenderlo más fácilmente. Si no los escuchamos a ellos y no sabemos de las problemáticas, es muy difícil defenderlos y alzar la voz por ellos en el Congreso.
¿Cuál es el gran motor de su vida?
Mis hijos. Con ellos he tenido un gran reto. El rol de ser mamá y ser congresista ha hecho que hoy tenga una frase que se ha convertido en un lema muy importante para mí: las mujeres hacemos de lo imposible lo posible. Cuando quedé electa mi vida cambió por completo. Me organicé y hoy estoy convencida de que las mujeres somos el pilar de nuestras familias. Mis hijos entienden que si yo no estoy es porque estoy trabajando y que estoy trabajando para ellos y para todo un país. Cuando puedo, los llevo conmigo al territorio, me han acompañado a reuniones, a municipios, los conocen en algunos aspectos y al Congreso de la República también los he llevado para que ellos sepan hoy qué está haciendo mamá cuando no está en casa y que ellos también amen el trabajo por la gente, que conozcan lo que mamá está haciendo y que nuestro departamento vea a una mujer que es una berraca y que mis hijos se sientan orgullosos de su mamá.