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Julio Cortázar: un eco literario 110 años después

Este 2024 se cumplieron 110 años del nacimiento del escritor Julio Cortázar, a propósito, mencionamos algunos momentos clave de su trayectoria.

08 de septiembre de 2024 - 11:11 p. m.
Julio Cortázar (1914-1984), uno de los escritores del siglo XX, conocido por su innovación en la narrativa y su exploración de lo fantástico en lo cotidiano.
Julio Cortázar (1914-1984), uno de los escritores del siglo XX, conocido por su innovación en la narrativa y su exploración de lo fantástico en lo cotidiano.
Foto: ARCHIVO EL ESPECTADOR

“Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma”.

Julio Cortázar nació en Bruselas, 26 de agosto de 1914 y durante 70 años se dedicó a explorar las letras hasta su muerte en París, el 12 de febrero de 1984. Fue un escritor argentino, considerado una de las figuras más influyentes del “boom” de la literatura hispanoamericana, un fenómeno que en la década de 1960 llevó a varios narradores latinoamericanos al reconocimiento internacional.

Nació en Ixelles, un municipio de Bruselas, mientras su familia se encontraba en Europa debido a la Primera Guerra Mundial. En 1918, su familia se trasladó a Argentina, donde Cortázar creció en el suburbio bonaerense de Banfield. Tras completar sus estudios primarios, se formó en magisterio y letras, y trabajó como maestro rural antes de mudarse a Buenos Aires.

“La explicación es un error bien vestido”.

En 1951, Cortázar ganó una beca que le permitió viajar a París, donde se estableció de manera permanente gracias a su trabajo como traductor para la UNESCO. Antes de alcanzar el éxito internacional, publicó en Buenos Aires el poemario Presencia (1938) bajo el seudónimo de Julio Denis, así como el poema dramático Los reyes.

Su colección de relatos Bestiario (1951) marcó el inicio de su notoriedad, influenciada por Jorge Luis Borges. Durante la década de 1960, Cortázar emergió como una figura clave del “boom” literario latinoamericano, junto a escritores como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes. Su novela más emblemática, Rayuela (1963), revolucionó la narrativa al permitir al lector elegir entre dos órdenes de lectura, con una propuesta que implicó un cambio en las formas tradicionales de la novela.

El compromiso social y político de Cortázar se intensificó en los años 60, influenciado por sus visitas a Cuba en 1962 y su apoyo a los movimientos de izquierda en América Latina. Participó activamente en la defensa de los derechos humanos y fue uno de los promotores del Tribunal Russell, que investigaba las violaciones de derechos humanos en la región. Sus escritos políticos incluyen Dossier Chile: el libro negro, que critica la dictadura de Pinochet, y Nicaragua, tan violentamente dulce, que documenta la lucha sandinista en Nicaragua.

La obra de Cortázar es notable por su exploración del surrealismo y lo fantástico en el contexto de la vida cotidiana. Su narrativa, a menudo experimental, cuestiona los esquemas convencionales de pensamiento y narrativa. Relatos como Casa tomada y El perseguidor fusionan lo imaginativo con lo cotidiano para crear experiencias profundamente inquietantes. En Final del juego (1964) y Todos los fuegos el fuego (1966), Cortázar combina lo fantástico con un estilo narrativo innovador, mientras que sus colecciones de cuentos más recientes, como Alguien que anda por ahí (1977) y Queremos tanto a Glenda (1980), continúan explorando estos temas desde nuevas perspectivas.

A lo largo de su vida, Cortázar mantuvo una relación compleja con la política y la literatura, reflejada en su evolución de escritor introspectivo a activista. En 1981, adoptó la nacionalidad francesa, pero mantuvo una fuerte identidad argentina. Su influencia en la literatura es evidente en su capacidad para mezclar lo fantástico con lo real y en su innovador enfoque hacia la narrativa. Cortázar falleció en París el 12 de febrero de 1984, poco después de enviudar de su segunda esposa, Carol Dunlop. Su legado continúa siendo una referencia en la literatura latinoamericana.

“En suma, desde pequeño, mi relación con las palabras, con la escritura, no se diferencia de mi relación con el mundo en general. Yo parezco haber nacido para no aceptar las cosas tal como me son dadas”.

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