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¿Cuál es el origen de esta exhibición?
En esta muestra está mi obra, pero tenemos tres invitados. El artista colombiano Ómar Rayo, quien trabajó con el arte cinético también, a través de una geometría muy propia de él. Y tenemos también invitada a Carla Effa, joven artista chilena, y a José Roberto Arraiz, un venezolano llamado que está viviendo aquí en Bogotá. Le pedí a Mauricio Ceballos, quien me representa en la Galería de Chile, de la cual es el director, y le propuse que participara un artista colombiano, cuya obra conocía. Y aunque Ómar Rayo falleció, hay un museo dedicado a toda su obra en su ciudad natal. La obra de Carla y José Roberto me interesó porque han desarrollado su arte dentro de la geometría del movimiento, de mucha calidad plástica y con una propuesta muy original.
¿Cuál es la propuesta de la exposición?
Se va a llevar a cabo con la presencia de mi obra, que va a estar dividida entre obras tridimensionales y bidimensionales. Mis obras están dentro del estilo cinético, que vengo realizando desde 1966 en París y he continuado en diferentes lugares como Venezuela. Las he mostrado en Chile, Paraguay y Lima, ahora llegamos con ellas a Bogotá. Me interesaba hacer la muestra más amplia, que no fuera yo solo.
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¿Cuáles de sus obras estarán en la exposición?
Van a estar las obras que titulo “Fragmentación de la luz y el color”. Estas expresan todo mi estilo, que se deriva de un estudio sobre el color. Me inspiré en un físico llamado Isaac Newton, quien hizo estudios de la descomposición de un rayo de luz blanca en siete colores, que es el fenómeno del arcoíris. Él lo presentó en la naturaleza y luego lo estudió en el laboratorio. Basé mi teoría de color en ese arte cinético que he realizado “Fragmentando la luz y el color”, basado en el descubrimiento que él hizo en épocas muy lejanas.
¿Qué le llama la atención del color y por qué plasmarlo de forma cinética?
Hay una influencia de la naturaleza con el color. Cuando estaba en París, las obras que hacía allá eran casi siempre en tonalidades grises y de blanco y negro, porque había una influencia de la atmósfera, del clima de París y muy poco color. A veces sugería uno o dos colores, ahora que estoy trabajando en nuestro continente latinoamericano, me encuentro con una naturaleza llena de mucho color, con colorido de la luz tropical, y eso invade mi memoria y se produce la influencia del color de una manera mental que después está expreso en las obras que voy a realizar.
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Hablemos sobre la creación de su obra y lo que ha sucedido en Venezuela con la avenida Libertador...
La avenida Libertador fue un reto, porque es una avenida muy grande: tiene 5.000 metros en total de los dos lados y hay tránsito de vehículos. Hice el estudio de manera que ocurriera una vibración por el desplazamiento de los vehículos a diferentes velocidades. Estudié para que ocurriera una vibración óptica, que es propia del cinetismo. Cuando se desplazan los vehículos, con los espectadores dentro del vehículo, van viendo las imágenes y se produce un movimiento por la velocidad del automóvil.
Usted menciona la participación de la comunidad en sus obras, ¿por qué cree que es importante?
Esto viene de los estudios que he hecho, junto a la psicóloga que me acompaña en el equipo que formé para hacer este arte de participación en la calle. Va paralelo a la creación de las obras individuales, pero esa idea se me ocurre porque la he dedicado más hacia los barrios pobres, donde la gente no tiene oportunidad de participar, ni ver, ni llegar a una exposición precisamente por su condición socioeconómica. Lo hice en varios barrios en Venezuela y después lo hice también en La Habana, en la Bienal Internacional de Arte con participación de los espectadores. Y en Francia lo hice también en Marsella. Allí fue un mural en la fachada de un estadio y participaron desde niños y todas las edades de la gente que estuvo interviniendo en el mural.
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¿Usted considera que el arte borra las fronteras que como sociedad hemos construido?
Las borra, y hay una cosa interesantísima, importantísima, va incluso más allá. Este arte ha hecho un milagro que no lo consiguen los políticos, es que rompe la diatriba política. Esto nos ocurrió en una barriada de Caracas. Se supone que la sociedad está dividida, dentro de su sistema democrático, en diferentes partidos políticos, pero toda esa gente está participando. Sobre todo en el terreno de la gente de la clase social más baja, esa gente son los olvidados siempre de la justicia social y cuando yo les ofrezco esto sin ningún interés, sin pedirles nada y ellos comienzan a participar y cambian el medio ambiente donde viven, y un barrio se convierte en una obra de arte, ocurren cosas en la estructura mental de los que participan. Por ejemplo, se desarrolla el sentido de pertenencia y ellos se sienten ya hasta guardianes de lo que hicieron. Y no permiten que nadie venga y les pegue afiches en las paredes de ninguna corriente política, ni en periodos electorales; no lo aceptan.