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¿Cómo cree que el panorama económico actual ha afectado la relación de los jóvenes con las finanzas?
Siento que todo el tema macroeconómico y lo que uno ve relacionado con las tasas de interés del Banco de la República o los nuevos productos financieros, no es algo que primordialmente los jóvenes revisen para tomar ciertas decisiones financieras. Siempre se ha percibido que el tema de la economía y de las finanzas es complejo, pero las nuevas generaciones no lo saben. Considero que están buscando cada vez más alternativas para cumplir sus objetivos de manera individual, y está muy relacionado con las acciones que cada uno puede tomar para mejorar su situación económica.
¿Cómo describiría la relación de las nuevas generaciones con el sistema bancario del país?
Cada vez es una relación más amable que permite que los jóvenes tengan opciones. Ahora, de pronto por su personalidad, la toma de decisiones con relación al dinero varía, por ejemplo, en que no se casan con un banco. Alguna vez escuché a alguien decir que en temas de finanzas el poliamor sí es válido: las personas de otras generaciones se quedaban con el mismo banco desde los 18 años o porque era el mismo de los papás. En este momento ellos revisan más las facilidades que una u otra opción les pueden brindar, lo que les da la sensación de tener el control: cuando tú sientes cierto dominio de tus finanzas, empiezas a relacionarte mejor con ellas.
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¿En qué momento sintió que estaba en control de sus finanzas?
Después de muchos años de generar contenido, más o menos seis años después de que empecé. En 2024 cumpliré 11 años, pero sentí que estaba en control de las finanzas mucho después de comenzar a interesarme por esto, no necesariamente porque supiera la parte teórica, sino por encontrar una salida económica a un proyecto al que le había trabajado mucho tiempo. Creo que ese control lo sentí cuando pude empezar a vivir de la generación de contenido. Vivimos en una economía que nos permite hablar de lo que disfrutamos y de lo que queremos comunicar.
Es autora del libro “¿Y ahorra qué?”, ¿cómo fue pasar de lo audiovisual a lo escrito?
Fue un reto el tener que dejar de pensar en audiovisual y ser muy descriptiva con lo que iba escribiendo, porque cuando uno se dedica a redes sociales piensa en que se puede incluir una imagen o un meme, pero para que el libro fuera ameno tenía que pensar distinto. Por eso me enfoqué en jóvenes que recién están empezando a generar sus primeros ingresos, porque al final hay muchos libros de finanzas personales, pero siento que pocos se enfocan en aquellos que buscan su recurso económico.
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Además, ¿cuáles cree que son otros desafíos para las nuevas generaciones?
Uno de los principales retos de esta generación es tener un balance entre lo que le gusta hacer y los procesos necesarios para alcanzar la estabilidad. Creo que, por la hiperconectividad, las redes sociales y lo inmediato que tenemos a nuestro alrededor, muchas veces creemos que el éxito en las finanzas tiene que ser inmediato. Es importante la autogestión, y ahí es clave procrastinar la gratificación, es decir, que los jóvenes entiendan que uno debería esperar a tener un colchón financiero antes de aumentar el nivel de vida. Otra cosa es estar atentos a las múltiples opciones de inversión que ahora existen y que pueden no estar reguladas.
Hablemos más de cómo las redes sociales han afectado la relación de los jóvenes con el dinero...
Pienso que les da una sensación de ansiedad, porque las personas publican las vidas perfectas en redes sociales y, a veces, esos jóvenes tienen la misma edad y se preguntan ellos qué están haciendo con su vida o por qué esa persona se puede pagar estos viajes o lujos y ellos no. Al final, las redes sociales sí son una ventana muy chiquita de la vida, pero también dan espacio para la comparación, y creo que eso desata sentimientos negativos. También apela mucho a sueños y paradigmas de éxito que para cada persona se ven diferentes.
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¿Qué debería considerar una persona que quiera realizar su primera inversión?
Primero, que ahorre el dinero que vaya a invertir. No es comprometer un área como el transporte o almuerzos del mes para invertir, sino tener un monto ahorrado específicamente para eso y que, posiblemente, se pueda perder. En el tema de las inversiones, especialmente cuando uno es principiante, hay un gran riesgo de cometer errores. Segundo, pensar muy bien el objetivo y la cantidad de tiempo de la inversión. Por último, asegurarse de que la entidad con la que se hace la inversión esté regulada por la Superintendencia Financiera de Colombia.