"La Academia ha decidido que esperará a publicar un comunicado sobre la situación actual. Volveremos cuando las discusiones hayan llegado suficientemente lejos", consta en una breve nota difundida hoy, cinco días después de que renunciaran la secretaria, Sara Danius, y otra académica, después de tres dimisiones previas.
El secretario provisional, Anders Olsson, había anunciado el viernes un acuerdo para difundir el lunes un comunicado sobre el informe encargado en otoño tras destaparse un escándalo sexual que afecta al dramaturgo Jean-Claude Arnault, muy vinculado a la institución y esposo de la académica Katarina Frostenson.
Según han revelado medios suecos, la auditoría recomienda denunciar a Forum, club literario de Arnault, por irregularidades en la financiación recibida por la Academia; y alerta de que Frostenson es copropietaria de la sociedad que lo controla y que el dramaturgo había filtrado el ganador del Nobel en siete ocasiones.
Las salidas de compromiso de Danius y Frostenson de la Academia no parecen haber aplacado los ánimos, como revela que durante el fin de semana se celebrase una nueva reunión extraordinaria.
A ello se suman dos artículos de escritores y profesores universitarios cuestionando a la institución y los ataques de Kjell Espmark -que con Klas Östergren y Peter Englund dejaron su asiento en la Academia el 6 de abril- al exsecretario Horace Engdahl, que había cargado duramente contra Danius.
El hecho de que fueran dos mujeres quienes acabaran renunciando el pasado jueves provocó una masiva campaña de apoyo en las redes sociales, a la que se sumaron numerosos ciudadanos anónimos, actrices, músicos y políticos, entre ellas la ministra de Cultura, Alice Bah Kuhnke.
Las cinco salidas de la última semana, sumadas al boicot desde hace años de otras dos miembros de la Academia, dejan a la institución con solo 11 de los 18 asientos ocupados, uno menos de los necesarios para elegir nuevos miembros y tomar decisiones, como las relativas al Nobel.
Así aparece señalado en los estatutos escritos en su día por Gustavo III, aunque varios expertos han apuntado en medios suecos que podrían interpretarse de forma laxa y Carlos XVI Gustavo anunció además esta semana que consideraría la necesidad de completarlos.
De acuerdo con las normas actuales, la renuncia es simbólica, la pertenencia a la institución es de por vida y solo se eligen nuevos miembros cuando muere alguno, si bien es posible no participar en las votaciones ni actividades, como ya ha ocurrido en el pasado.