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Adjani fue condenada por declarar como un préstamo una donación de dos millones de euros (2,18 millones de dólares), por fingir vivir en Portugal en 2016 y 2017 y por la transferencia de 120.000 euros (130.000 dólares) a través de una cuenta estadounidense sin declarar.
El tribunal subrayó la “gravedad de los hechos” que le permitieron evitar el pago de 236.000 euros por el impuesto sobre la renta y de 1,2 millones de euros por el impuesto sobre transmisiones patrimoniales.
“Estos hechos demuestran el deseo de ocultamiento a la administración fiscal de Isabelle Adjani” y “socavan gravemente la igualdad de los ciudadanos” ante el fisco, declaró la presidenta del tribunal.
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“Una actriz con un talento evidente, también es una contribuyente”, afirmó la magistrada.
Su abogado Olivier Pardo subrayó que Adjani, que siempre defendió su inocencia, “no pedía ser juzgada mejor” dada su notoriedad y agregaron que “con confianza y determinación, presentarán un recurso en apelación”.
El juicio se celebró sin la actriz, cuyos letrados habían solicitado en vano un aplazamiento, al alegar que se encontraba en Estados Unidos y padecía “una patología aguda incompatible con el avión”.
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Con cinco premios César del cine francés a la mejor actriz, la intérprete de 68 años es una de las estrellas más queridas en Francia y hace treinta años marcó al cine galo al prestar su rostro a La reina Margot.
Adjani afirmaba que los dos millones de euros no fueron un regalo, sino un préstamo de un amigo, el influyente empresario senegalés Mamadou Diagna Ndiaye, miembro del Comité Olímpico Internacional.
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