La apropiación y la violencia: formas de representación artística
La apropiación como técnica del arte se ha utilizado en diferentes ocasiones y en el caso de las obras audiovisuales de José Luis Martinat, “Guerra”, y Jean Gabriel Pierot, “Nijuman no borei”, se presenta una arista adicional para entender la violencia y la guerra.
Andrea Jaramillo Caro
Desde hace más de un siglo se viene utilizando en el arte contemporáneo la técnica de la apropiación, de acuerdo con el Tate Museum esta práctica es aquella en la que “los artistas usan imágenes u objetos pre-existentes en su arte con una transformación mínima del original”. Este término no sólo se refiere a utilizar estas imágenes y reciclarlas sino que, como afirma Nicolas Borriaud, estos artistas al usar imágenes de la cultura encuentran un modo de crear nuevas formas de producción. Por lo tanto, “atestiguan una voluntad de inscribir la obra de arte en el interior de una red de signos y de significaciones, en lugar de considerarla como una forma autónoma u original”.
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Desde hace más de un siglo se viene utilizando en el arte contemporáneo la técnica de la apropiación, de acuerdo con el Tate Museum esta práctica es aquella en la que “los artistas usan imágenes u objetos pre-existentes en su arte con una transformación mínima del original”. Este término no sólo se refiere a utilizar estas imágenes y reciclarlas sino que, como afirma Nicolas Borriaud, estos artistas al usar imágenes de la cultura encuentran un modo de crear nuevas formas de producción. Por lo tanto, “atestiguan una voluntad de inscribir la obra de arte en el interior de una red de signos y de significaciones, en lugar de considerarla como una forma autónoma u original”.
Esta técnica se puede observar desde la pintura hasta la videoinstalación, sin embargo, hay dos casos en los que el video se configura como forma de expresión y se apropia de distintas formas de manifestación cultural para representar la violencia. Uno de ellos se titula: “Nijuman no borei” de Jean Gabriel Periot, mientras que José Luis Martinat hace uso de esta técnica en su obra “Guerra”.
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El cortometraje de Periot presenta un antes y un después de la ciudad de Hiroshima con la llegada de la bomba atómica. Este corto de diez minutos se compone de imágenes de diferentes épocas del edificio Memorial de la Paz de Hiroshima, el único edificio que se mantuvo en pie luego de la caída de la bomba, que son superpuestas para crear diferentes puntos de vista del mismo objeto. El antes y el después son separados por el sonido de una explosión y la pantalla en blanco, luego de esto se continúa con la misma metodología hasta llegar al final de las fotos conseguidas por Periot. En este caso el artista se apropia de imágenes de archivo y obedece a la teoría de Ana María Guasch que propone que esto se basa en “un proceso centrado en la crítica de la representación y en la concepción de imágenes a partir de otras”. Esto en el sentido que Periot tomó las imágenes y fotografías que ya existían del edificio y al recopilarlas, y mostrarlas una por una, construye una visión de resistencia, progreso y violencia al mismo tiempo.
Por otro lado, el caso de apropiación de Martinat sucede al resignificar una secuencia animada de la famosa serie americana Looney Tunes, Bunker Hill Bunny. En Guerra Martinat elimina todo vestigio que puede indicar de qué tratan los tres minutos que presenta y en vez reemplaza el diálogo por una música un tanto espectral y elimina las animaciones de los personajes.
De acuerdo con Guasch la primera sería una apropiación de fotografía, debido al hecho que como lo menciona en su libro El arte último del siglo XX “D. Crimp consideró la fotografía en tanto medio continuador de las performances capaz de superar las representaciones basadas en el concepto del aura”, esto se evidencia dado que se ve una representación en este cortometraje que va más allá de las fotografías por el audio que suena de fondo, lo cual le proporciona un significado diferente más allá de ver el paso de los años y de la guerra.
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Por otro lado, Guerra de Martinat sería considerado por Guasch como una apropiación de alegoría debido a que “la imagen apropiada (fotograma, fotografía, dibujo, etc) debía ser sometida, según Owens, a una serie de manipulaciones que la vaciarían de su resonancia y significación y la convertirían en opaca”. En este caso podemos ver como Martinat modifica la imagen y al hacer esto la vacía del sentido cómico y de representación de la batalla de Bunker Hill que tenía como objetivo los dibujos animados de Looney Toons.
La manera en que estas dos obras toman un referente y a través de este dan cuenta de un problema de la sociedad, que sería nuestra forma de representar la violencia, se encuentra descrita en él libro de Borriaud, “Posproducción”, cuando menciona que esto “no consiste en producir imágenes de imágenes, lo cual sería una postura manierista, ni lamentar se por el hecho de que “ya se habría hecho”, sino en inventar protocolos de uso para los modos de representación y las estructuras formales existentes. Se trata de apoderarse de todos los códigos de la cultura”.
Tanto Periot como Martinat se apropiaron de parte de la cultura para resignificar e inscribirla bajo un nuevo código que explora diferentes temas que van más allá de lo que se muestra.
Periot al construir fotograma por fotograma diferentes ángulos de visión del mismo edificio y al mostrar la manera en la que se diezmó y después creció la ciudad alrededor de él, permite ver los cambios que ejerce un tipo de violencia a través de armas de destrucción masiva en ámbitos de una sociedad como: infraestructura de la ciudad, características de la población, avances en cuanto a desarrollo de la ciudad, las relaciones que mantiene la sociedad japonesa con ese ícono de su ciudad y la manera en que interactúan con él a través de fotografías tomadas en diferentes momentos por diferentes personas. Lo que esta obra intenta mostrar en cuanto a la representación de la violencia es la forma en la que el tiempo, el espacio y el ser humano se relaciona con este tipo de actos que marcan a una sociedad. Aquí lo que intenta hacer Periot con las imágenes al igual que con el sonido complementario es mostrar las diferentes caras que tiene una violencia como esta y además mostrar cómo dejó una huella imborrable en la sociedad japonesa, además de evidenciar las formas en las que una sociedad se recupera después de un evento como este. De cierta forma, la obra de Periot funciona no solo como una pieza de memoria histórica, sino también como una representación de las maneras en las que este hecho se ha visto a través de los lentes de diferentes personas anónimas y al superponerlas las vacía de significado y, por lo tanto, muestra una cara de la guerra que es poco mencionada: la violencia vacía.
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Por parte de Martinat, su obra muestra una forma de violencia que es comúnmente observada en diferentes tipos de caricaturas y que además al obtener este trato es normalizado dentro de los ideales de cómo se ve una guerra gracias a la manera en la que han sido ilustrados no solo en la televisión sino también en otros medios como el arte. La concepción estereotípica de dos bandos enfrentados, uno generalmente mejor armado que el otro, solo refuerza la manera en la que estamos acostumbrados a ver la guerra. Desde el inicio la serie animada se está apropiando de la historia de la batalla de Bunker Hill en Estados Unidos, por lo cual Martinat está ejerciendo una doble apropiación que adapta para mostrar la manera en que este tipo de representaciones de violencia vacía de unos contra otros es contraproducente sobre ellos mismo al igual que sobre el ambiente a su alrededor. Al retirar a los personajes y la música característica de los Looney Toons, lo que logra Martinat es mostrar el vacío de la guerra y la manera en la que la guerra es un acto que en ocasiones carece de sentido.
Ambas obras se esfuerzan por mostrar la manera en que la guerra se puede presentar de manera obsoleta y vacía para quienes la ven y la viven. Ambas obras se complementan en el sentido en que muestran la manera en la que la violencia termina por carecer de sentido y en vez deja a su paso un vacío diferente a las formas en las que se da. No es gratuito que el Memorial de la Paz de Hiroshima haya sido declarado patrimonio de la humanidad en 1996 y que se muestre tal como lo hace Periot en su obra, ni tampoco es gratuito que una de las guerras de independencia americanas se muestre como lo hace la serie animada, dos personajes enfrentados y luego uno que pasa al bando del otro menos armado, y que Martinat haga alusión a un ambiente desolado y casi fantasmagórico. Aquí la apropiación lo que hace es cargar esos elementos que ya están inscritos en nuestra cultura para que el espectador pueda ver de con otros ojos las formas de violencia que suceden y se representan en diferentes épocas y de manera diferente.
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