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En 2010 aproximadamente 1,500 personas se sentaron frente a la artista serbia Marina Abramović cuando realizó por primera vez el que se convertiría en su performance más reconocido, “La artista está presente”. Durante cinco minutos la artista se sentó con cada uno de los asistentes, sin musitar una palabra, mientras que Marco Anelli, colaborador de Abramović durante varios año, tomaba el registro fotográfico de cada encuentro.
Doce años después de su primera presentación, la artista serbia decidió volver a realizar su obra con la finalidad de apoyar los esfuerzos de auxilio para Ucrania y recaudar fondos a través de su arte. “Realmente me duele”, dijo Abramović en una entrevista con W Magazine. “Duele mucho porque la guerra duele en general”.
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La artista nacida en Yugoslavia (ahora Serbia) usa como inspiración muchos elementos de sus raíces en el este de Europa. En un video publicado el 24 de febrero, día en que Rusia invadió Ucrania, Abramovic afirmó tener “total solidaridad con [el pueblo ucraniano] en este día imposible. Un ataque a Ucrania es un ataque a todos nosotros. Es un ataque a la humanidad y debe ser detenido”.
La subasta estará abierta hasta el viernes 25 de marzo y se venderán dos oportunidades, para una y dos personas, de participar en el performance mientras que Anelli documenta el evento. La puja esta subasta comienza en $4.000 y $5.000 dólares, sin embargo, ambas ya superaron el precio de reserva que se asentaba en $10,000 y 15,000 dólares. Las ganancias que genere la subasta irán en su totalidad a Direc Relief, que trabaja con el Ministerio de Salud de Ucrania para dar asistencia médica urgente a quienes lo necesitan.
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Esta será la primera vez en siete años que la artista se presente en Nueva York. Sus obras han sido muy cercanas a las experiencias dolorosas, apenas el año pasado había inaugurado en Ucrania, en Kiev, el “Muro de cristal de llanto” como parte del monumento de Babyn Yar a las víctimas ucranianas del holocausto y de la masacre que allí se cometió.