La autodestrucción de Edgar Allan Poe
Las dos funciones de Edgar Allan Poe’s Haunted Palace se centraron en la locura y autodestrucción a la que se enfrentó Poe tras recibir un regalo oscuro y tentador. The Tiger Lillies, grupo teatral, se presentó el pasado fin de semana en el Teatro Colón.
Laura Camila Arévalo Domínguez
La obra es gris. Las visuales fueron fundamentales a la hora de crear la atmósfera turbia en la que se perdió la cabeza de Edgar Allan Poe. Después de recibir un regalo tentador, el escritor emprendió una lucha contra sí mismo que, finalmente, perdió. Cruzó el puente que hubo entre la cordura y la locura. Sus preguntas, anhelos y angustias sabotearon un camino que, para muchos, se percibió despejado y lleno de posibilidades. Para él, en cambio, los dolores de sus recuerdos resultaron siendo circunstancias demasiado incapacitantes como para retomar su vida y obra.
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La obra es gris. Las visuales fueron fundamentales a la hora de crear la atmósfera turbia en la que se perdió la cabeza de Edgar Allan Poe. Después de recibir un regalo tentador, el escritor emprendió una lucha contra sí mismo que, finalmente, perdió. Cruzó el puente que hubo entre la cordura y la locura. Sus preguntas, anhelos y angustias sabotearon un camino que, para muchos, se percibió despejado y lleno de posibilidades. Para él, en cambio, los dolores de sus recuerdos resultaron siendo circunstancias demasiado incapacitantes como para retomar su vida y obra.
Edgar Allan Poe’s Haunted Palace es una producción teatral musical de mezclas sonoras tipo cabaret con tintes de blues y jazz; y una variedad de instrumentos como el theremín, el acordeón o el piano de cola.
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Los diálogos fueron más bien escasos. The Tiger Lillies es un grupo teatral inglés, así que los subtítulos fueron ubicando al espectador que no hablaba el idioma, tanto en las conversaciones entre personajes, como en las canciones. Tres hombres tocaron instrumentos. Uno de ellos cantó. Todos se fueron acomodando a los actos de esta obra, que fue narrando una debacle. El descenso de una mente que no supo sostener su ingenio. Algunos han catalogado esta pieza teatral como “cabaret punk brechtiano”. Una fusión de humor negro, teatralidad y letras políticamente incorrectas.
Basada en los relatos y poemas del escritor norteamericano, y con inspiración en su tumultuosa y trágica vida, Edgar Allan Poe’s Haunted Palace contó con la dirección de Paul Golub y la escritura de Peder Bjurman. La dirección visual estuvo a cargo de Mark Holthusen y la dirección musical la presidió Martyn Jacques, líder del grupo británico The Tiger Lillies.
La trama giró en torno a un escritor en crisis creativa que se adentró en un trato oscuro con el enigmático y célebre cuervo, personificado por Martyn Jacques. Esta decisión llevó al poeta a experimentar una espiral de locura y autodestrucción a cambio de brillantes habilidades literarias, lo que lo sumergió en una serie de eventos desesperados. La obra brindó una mirada de la vida de Edgar Allan Poe, donde se abordaron temas como la fama, el dinero y el amor.
Las mentes brillantes también se atormentan. De hecho, pareciera que las mentes brillantes se atormentan más. Y sus tormentos se agravan, se agudizan. No hay refugio para esos aguaceros de masoquismo y auto sabotaje. No hay, tampoco, comprensión ni consideración para quien no puede con la propia condición humana. Al final, una de las canciones de esta obra habló de un estado de hipnotización cuando, al encontrarse con el placer o el éxito, Poe terminó pagando un precio demasiado alto: “se perdió en el camino y no logró reencontrarse”.
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En un conversatorio que dieron los integrantes del trío, hablaron de la tinta y su simbología, un elemento muy importante para Edgar Allan Poe en medio de la obra y que, para ellos, también ha sido crucial para varios escritores a lo largo de la historia. De hecho, se refirieron varias veces a la desesperada búsqueda de inspiración o a la fase destructiva que experimentan al no encontrarla. En el caso de Poe, el alcohol fue uno de los vicios que lo condujeron a una vida de miseria. Además, rescataron el lirismo y la belleza que, de todas formas, pueden encontrarse en circunstancias tan oscuras.
También se refirieron a las letras de las canciones, que fueron casi que una mezcla entre lo que ellos buscaron para la obra y el trabajo de Edgar Allan Poe.
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Este trabajo se compuso de sonidos de taberna de la Berlín de entreguerras, ópera anárquica y música gitana. Contó con la voz de alto contratenor de Martyn Jacques, además de sus habilidades con el acordeón, el piano y la guitarra. Adrian Stout se encargó del contrabajo, el theremín y la sierra musical. Por su parte, Jonas Golland complementó con la percusión.
El impacto que Edgar Allan Poe tuvo en la literatura estadounidense e internacional como editor, poeta y crítico fue evidente. Es uno de los precursores del género de terror y de la ficción detectivesca, además de ser considerado el ‘arquitecto’ del cuento corto moderno. Su estilo, estructura literaria y su influencia ha trascendido generaciones, desde los simbolistas franceses como Mallarmé y Rimbaud, hasta la actualidad. Un ángulo de su vida y obra quedó expuesto con esta mezcla entre cabaret y clown.