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                                                                                                                                Contenido Patrocinado
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                                                                                                                                La colombianidad, un concepto casi imposible de definir

                                                                                                                                La colombianidad aún no se define: no hay consenso sobre lo que eso significa. Es un concepto que aún no se determina debido a los rasgos que allí se incluyen. Aquí un texto sobre las discusiones sobre este tema, a propósito de la charla de El Magazín Cultural de El Espectador sobre periodismo y cultura colombiana.

                                                                                                                                Independencia de Colombia: 6 datos para conocer del proceso independentista
                                                                                                                                Foto: Pixabay
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Daniel Coronell y Ricardo Silva, invitados a la segunda charla de Diálogos El Magazín, un evento de El Espectador. La conversación será sobre periodismo y su influencia en la cultura colombiana.
                                                                                                                                Foto: Archivo particular

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                                                                                                                                Y la frase comenzó a repetirse y a repetirse. Se ha repetido tanto, que muchos no saben que están citando a Borges. Y probablemente se popularizó tanto por la identificación que le produjo a muchos para los que nacer y vivir en este país, sigue siendo un desafío debido a que aún, en muchas zonas, lo básico no está garantizado. Y no contar con garantías para lo mínimo, ha conducido a lo que ya tantas veces nos han dicho para ofendernos y, en algunas ocasiones, para felicitarnos: gentes con “malicia indígena” que se activa en medio de la dificultad. Creatividad seductora y justificada debido a los robos y las trampas de los también creativos, pero mejor vestidos, políticos y gobernantes.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Podría interesarle leer: Javier Marías: un capítulo de “Los enamoramientos”

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                                                                                                                                Se cuenta, además, que apropiarse por la fuerza de los territorios en nombre del progreso es un fenómeno viejo, heredado de la época de la Colonia, que se reprodujo en la de la Violencia y se reforzó durante el “conflicto armado interno”. Que la desigualdad es “el alimento de la guerra” y que en medio de esta se han roto tejidos familiares, se han perdido tradiciones y se han interrumpido proyectos de vida: tragedias y tragedias culturales.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                “Sí hemos sido propensos a la violencia y somos un país que tiene una cultura jurídica santanderista, es decir, que tendemos a recurrir a la ley para fracturarla”, le dijo María Teresa Calderón a El Espectador cuando habló de su libro “Aquella república necesaria e imposible”, que explica cómo se desató una crisis a partir de los mismos mecanismos jurídicos que existían en la Constitución de aquella época (1821-1832). Dijo, además, que aun con la violencia, esta es una sociedad en la que permanentemente la política está presente, y esto, conectado a los hallazgos de la Comisión, ilumina un poco el espacio oscuro que resulta después de la pregunta por si somos “irremediablemente violentos”, como si fuese un asunto que ya no pudiésemos cambiar. Como si se hubiese incluido en nuestro ADN.

                                                                                                                                Le sugerimos leer: Curiosidad por lo que pasó, por los que ya no están

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                                                                                                                                Podría decirse, además, que hay otra guerra que sí se da en las calles, que se declaró en silencio y que, en ocasiones, parece casi que un acuerdo social. La paranoia propia del espacio público en el que estas expuesto a la estafa, es casi que un requisito: no de papaya, aconsejan muchos, cuando alguien camina con asomos de tranquilidad en alguna acera de las ciudades colombianas. No dar papaya es, entonces, no ignorar la realidad que no ha sido acordada, pero sí asumida por muchos: la calle es peligrosa.

                                                                                                                                “Me siento orgullosa de comer, saborear, cocinar y promocionar proyectos colombianos. Quizá porque en algún momento de mi vida pasé por ahí, y entiendo lo difícil que es hacer patria desde la cocina y el campo. Ser colombiano es ser creativo, ingenioso y muy trabajador. Sin embargo, la cultura del avivato es una vaina muy jodida, que obliga no solo a meterle cabeza al negocio, sino ojos y manos para que no lo tumben a uno”, dice Madame Papita, columnista de este periódico.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Le sugerimos leer una de las columnas del editor de El Magazín Cultural de El Espectador: La belleza de la fealdad

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                La colombianidad, entonces, aún no se define: no hay consenso sobre lo que eso significa. Es un concepto que aún no se determina debido a los disensos con respecto a lo que allí se incluye y a lo más obvio, y es que casi ningún colombiano está totalmente de acuerdo, ni siquiera, con la definición más amable que se refiere a la felicidad. Es por esto que este tema será analizado este 14 de septiembre en la charla “El periodismo y su influencia en la cultura colombiana”, con la participación del escritor Ricardo Silva y el periodista Daniel Coronell. Se analizará cómo es que el cubrimiento de los medios de comunicación a los hechos más determinantes del país, ha contribuido a la construcción de nuestra cultura, de nuestra forma de ser colombianos.

                                                                                                                                Le sugerimos leer: México, la libertad y las letras: entrevista con Paco Ignacio Taibo II

                                                                                                                                Independencia de Colombia: 6 datos para conocer del proceso independentista
                                                                                                                                Foto: Pixabay
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Daniel Coronell y Ricardo Silva, invitados a la segunda charla de Diálogos El Magazín, un evento de El Espectador. La conversación será sobre periodismo y su influencia en la cultura colombiana.
                                                                                                                                Foto: Archivo particular

                                                                                                                                Le sugerimos leer: Daniel Coronell y Ricardo Silva hablarán sobre periodismo y cultura colombiana

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Se cuenta, además, que apropiarse por la fuerza de los territorios en nombre del progreso es un fenómeno viejo, heredado de la época de la Colonia, que se reprodujo en la de la Violencia y se reforzó durante el “conflicto armado interno”. Que la desigualdad es “el alimento de la guerra” y que en medio de esta se han roto tejidos familiares, se han perdido tradiciones y se han interrumpido proyectos de vida: tragedias y tragedias culturales.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                “Sí hemos sido propensos a la violencia y somos un país que tiene una cultura jurídica santanderista, es decir, que tendemos a recurrir a la ley para fracturarla”, le dijo María Teresa Calderón a El Espectador cuando habló de su libro “Aquella república necesaria e imposible”, que explica cómo se desató una crisis a partir de los mismos mecanismos jurídicos que existían en la Constitución de aquella época (1821-1832). Dijo, además, que aun con la violencia, esta es una sociedad en la que permanentemente la política está presente, y esto, conectado a los hallazgos de la Comisión, ilumina un poco el espacio oscuro que resulta después de la pregunta por si somos “irremediablemente violentos”, como si fuese un asunto que ya no pudiésemos cambiar. Como si se hubiese incluido en nuestro ADN.

                                                                                                                                Le sugerimos leer: Curiosidad por lo que pasó, por los que ya no están

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Podría decirse, además, que hay otra guerra que sí se da en las calles, que se declaró en silencio y que, en ocasiones, parece casi que un acuerdo social. La paranoia propia del espacio público en el que estas expuesto a la estafa, es casi que un requisito: no de papaya, aconsejan muchos, cuando alguien camina con asomos de tranquilidad en alguna acera de las ciudades colombianas. No dar papaya es, entonces, no ignorar la realidad que no ha sido acordada, pero sí asumida por muchos: la calle es peligrosa.

                                                                                                                                “Me siento orgullosa de comer, saborear, cocinar y promocionar proyectos colombianos. Quizá porque en algún momento de mi vida pasé por ahí, y entiendo lo difícil que es hacer patria desde la cocina y el campo. Ser colombiano es ser creativo, ingenioso y muy trabajador. Sin embargo, la cultura del avivato es una vaina muy jodida, que obliga no solo a meterle cabeza al negocio, sino ojos y manos para que no lo tumben a uno”, dice Madame Papita, columnista de este periódico.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Si le interesa seguir leyendo sobre El Magazín Cultural, puede ingresar aquí 🎭🎨🎻📚📖

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Es por esto que pretender definir a un colombiano por sus rasgos más generales, es casi imposible: se estarían desconociendo las particularidades de su territorio, de su departamento, que no es un asunto menor hablando de este país. Los regionalismos y las diferencias entre las fronteras departamentales han sido determinantes a la hora de construir y reproducir culturas por un asunto ya mencionado en este texto: la presencia estatal ha sido tan desigual, que podríamos ser una reunión de estados tan disímiles que conforman un mismo país, pero no una misma cultura. “Somos hermanos lejanos que comparten rasgos, pero no climas ni circunstancias. Ni siquiera compartimos los mismos dolores de nación, porque no sabemos a ciencia cierta cuáles han sido. Nos acostumbramos a la tragedia. Eso sí lo compartimos”, dijo hace algunos meses un asistente a una charla de la Feria del Libro de Bogotá en medio de su intervención al preguntar por nuestra “indolencia” con respecto a la guerra.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                “Lo que sucede es que los vicios de unos pocos acaban convirtiéndose, por lo escandalosos, en generalización y estigma que arropa a las mayorías. La colombianidad, el ser colombiano, siguen sin definirse. La primera es una colcha de retazos, de singularidades separadas geográfica y administrativamente. Para definir la colombianidad habría que sumar afinidades y diferencias regionales. Lo mejor del ser colombiano es su complejidad, la manera como se resiste a ser definido. Solo la elementalidad emocional del patriotismo puede conseguirlo, pero ello no evita que quienes alardean de ‘patriotas’ exporten sus capitales a zonas más seguras, saqueen las arcas del Estado o tengan las soluciones ‘patrióticas’ en la punta de un fusil, concluyó el autor del texto ya aquí citado de la Revista Semana.

                                                                                                                                Le sugerimos leer una de las columnas del editor de El Magazín Cultural de El Espectador: La belleza de la fealdad

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                La colombianidad, entonces, aún no se define: no hay consenso sobre lo que eso significa. Es un concepto que aún no se determina debido a los disensos con respecto a lo que allí se incluye y a lo más obvio, y es que casi ningún colombiano está totalmente de acuerdo, ni siquiera, con la definición más amable que se refiere a la felicidad. Es por esto que este tema será analizado este 14 de septiembre en la charla “El periodismo y su influencia en la cultura colombiana”, con la participación del escritor Ricardo Silva y el periodista Daniel Coronell. Se analizará cómo es que el cubrimiento de los medios de comunicación a los hechos más determinantes del país, ha contribuido a la construcción de nuestra cultura, de nuestra forma de ser colombianos.

                                                                                                                                Le sugerimos leer: México, la libertad y las letras: entrevista con Paco Ignacio Taibo II

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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