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El primer Festival Iberoamericano de Teatro que recuerdo fue un carnaval. Malabaristas, payasos y bailarines se apropiaron de las calles del centro histórico de Bogotá. El protagonista fue la batucada, aquel ritmo de raíces africanas que teletransporta a Brasil. Resonaron tambores, desfilaron carrozas, zanqueros y bandas de marcha. En la Plaza de Bolívar llovieron pétalos de flores. Era una celebración al arte, a la cultura y al teatro, pero sobre todo a la vida misma. Era la inauguración de la versión XIV, en 2014.
Ocho años y tres ediciones después parece que el regreso del festival, del 1° al 17 de abril, será también motivo de congregación en clave de vida. “Este es un festival de la felicidad, de volver a vernos, de compartir afuera del teatro las impresiones que quedaron en el alma, de ver genialidades, palabras e imágenes que nos transformen en mejores seres humanos. Este es un festival de esperanza, la esperanza de ser mejores todos, como especie. Este es un festival inspirador”, afirmó Alejandra Borrero, directora de Casa E Borrero, para el FITB.
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En el marco del certamen, el teatro se une con la literatura. Basada en el libro de Carlo Collodi Las aventuras de Pinocho, la compañía inglesa Jasmin Vardimon cuenta la historia de la marioneta que sueña con ser un niño de carne y hueso en Pinocchio. Dos volcanes y un laberinto le rinden homenaje desde las tablas a las obras de Álvaro Mutis y Gabriel García Márquez: El último rostro y El general en su laberinto. Las palabras del nobel de literatura también serán la base de la obra del Teatro Colón y Fábrica de Teatro Popular, El coronel no tiene quien le escriba. T4 Producciones trae desde Argentina Encuentros breves con hombres repulsivos, una adaptación de la novela Breves entrevistas con hombres horribles, de David Foster Wallace. Por su parte, Yo, Meira Delmar, hace tributo a la vida y obra de la poeta barranquillera.
Bogotá también será un laboratorio artístico de reconciliación, con Victus, un proyecto que reúne a los diferentes actores del conflicto armado -víctimas, excombatientes y militares- y los transforma en actores de teatro. Sobre la violencia en Colombia también reflexiona Rojo, de la Congregación Teatro, y Develaciones, un canto a cuatro vientos, obra de la Comisión de la Verdad que agrupa a más de 100 artistas y miembros de diversas comunidades del país.
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En el evento, los asistentes podrán aventurarse a explorar diferentes mundos y formatos de expresión artística. En La más fuerte los espectadores son comensales, en una pieza que mezcla el teatro, la danza y las artes culinarias. JA JA JA pretende ser un espacio donde prevalezcan las risas, causadas por dos acróbatas y payasos belgas. Lecturas al fuego, la serie, se dispondrá, como su nombre lo indica, a hacer de las letras el protagonista, con poesía, textos clásicos y guiones cinematográficos.
Por motivos presupuestales, este año, el festival estará dividido en dos ciclos. El primero, que comienza hoy y tendrá lugar hasta el 17 de abril, contará con 30 obras en 16 teatros. Tentativamente, el segundo ciclo se desarrollará entre julio y agosto de 2022, con otras 16 piezas teatrales, según afirmó Ricardo Leyva, miembro del comité de transición del festival, en entrevista con este diario. “El festival se toma mucho tiempo en realizarse y programar los grupos. La junta directiva siempre fue muy clara: no se hará ningún compromiso que financieramente no se pueda cumplir”, aseguró.
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En este primer fin de semana del festival, los amantes de las artes escénicas podrán disfrutar de Victus (Teatro Colón), Rojo (Teatro Libre de Chapinero), El palmeral (Teatro Libre Centro), La más fuerte (Galería La Cometa) y Carpa Cabaret (Discoteca Amazona).
Hoy regresa a la vida el certamen creado por Fanny Mikey y Ramiro Osorio, una celebración a los que están tras bambalinas, aquellos que dedican su vida a las tablas y quienes encuentran en ellas fuentes de inspiración y esperanza.