La filosofía salvaje de Antonio Negri
Antología es florilegio, riqueza de imaginación política, si se quiere, un florilegio creativo es referirnos a un autor y creador filosófico como Antonio Negri. Y qué antología nos ha dejado este formidable pensador fallecido apenas hace unas cuantas horas en París.
Fabián Acosta Sánchez
La política es de época, se dimensiona desde los referentes de un tiempo adscrito, a partir de formaciones relacionales humanas sólidas y de azares diversos, de klinamen también, como afirmaban antiguas filosofías con respecto al mundo físico.
En la política se despliega también el deseo, los deseos individuales y colectivos, efervesce la pasión y se despliega la fuerza. La política es el común creativo, también la imaginación colectiva de ese común. Alegría de las potencias humanas contra el poder como en Spinoza, cupíditas, amor, como en el Renacimiento, poder constituyente como en Maquiavelo. Aunque se cuente como política, solamente lo instituido que debe ser profundamente reformado.
En la primera modernidad, la del renacimiento, la política nos libera de la opresión del poder. A diferencia de la segunda modernidad, la de Hobbes, que absorbe las fuerzas creativas de la potencia, de los sujetos políticos, en la categoría abstracta de pueblo. Solo la imaginación creativa de la praxis, de la imaginación material política, nos liberará de esa subyugación, como en Sieyes, en Marx, en los bolcheviques.
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Es Negri tal vez uno de los pocos pensadores que nos enseña a cómo mirar el mundo de hoy después de décadas convulsivas de arrogancia ultraliberal, después de la derrota del experimento soviético y comunista del siglo XX.
Si leyéramos el mundo de estos días bajo la lupa negriana, veríamos que la guerra se ha asentado, descarnándose, se ha revelado como horizonte verdadero después de la caída del muro de Berlín, horizonte que ha estado ahí en los siglos de la modernidad, viviente como larga guerra civil.
Después de las fortísimas décadas de estado social del siglo XX, que la enfriaron hasta casi el témpano en los llamados países centrales del capitalismo contemporáneo. Hoy la guerra quiere campear en un escenario ya irreconocible de disputa entre grandes poderes oligárquicos que conservan aún vestiduras nacionales. Guerra como resultado del fin de la época del imperialismo, según Negri y Hardt en su reconocido libro Imperio. Incrementada por la evidente debilidad de los estados naciones como unidades de gobierno, de control, y soberanía política. Propiciada por el anacronismo de los organismos internacionales que nunca lograron regular democráticamente el campo de las relaciones entre naciones, y que aún menos lo logran cuando estas se disipan y apenas consiguen funcionar en red para definir políticas de gobierno de mercado y de comercio mundial.
El novedoso campo del Agón, de la disputa social y política que ha surgido después de la bipolaridad mundial de la guerra fría, campo donde se hacen visibles diversos y múltiples modos de vida resistentes después de tantos siglos de modernidad, se dispone para las necesidades de los poderes capitalistas mundializados como escenario propicio para un Imperio. Desplegado y desplegándose sobre todo en este siglo XXI, corresponde a la plena expansión planetaria del capital, transformado ya en fábrica social, globalizado plenamente, transfigurado en capitalismo cognitivo. Una multiplicidad inconmensurable de trabajo cooperativo, interconectado incluso por la fuerza de la digitalización a nivel planetario y global, se ha dispuesto para ser usado y explotado como si este comunismo de la cooperación fuera aprovechado plenamente por las fuerzas del mercado y del capitalismo actual.
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Antonio Negri ha sido el artífice de estas ideas de mundo y de sociedad actuales, de esta nueva politicidad de la sociedad humana de hoy, de esta compleja biopolítica de la regulación del trabajo, los modos de vida, la multitud. Y de las potencias, de las resistencias también múltiples y diversas al capitalismo posmoderno. Los poderes dominantes se han dispuesto sobre todos los asuntos de la vida humana a niveles planetarios en clave de guerra de baja intensidad. La multitud, la multiplicidad de potencias humanas creativas les resisten en clave de creatividad, de cupiditas.
Formado como pensador y filósofo político en el campo del marxismo militante italiano, en la compleja experiencia del siglo XX, de origen socialista, toma el camino alternativo al fortísimo Partido Comunista Italiano, haciendo parte de la corriente operaista (obrerista) y acompañando diversas experiencias de lucha durante los años 60 y 70 del siglo pasado en Italia, desde cuya praxis visibiliza las transformaciones que anunciaban un cambio sustancial de época para el capital y para el comunismo. Encarcelado y exilado, ha repensado la historia del movimiento comunista y desplegado una imaginación política sin igual en compañía de una diversidad de autores, entre los cuales se destaca principalmente Michael Hardt el filósofo norteamericano.
El escenario probable de un Imperio, una forma de gobierno mixta pensada y experimentada ya desde la antigüedad, distinta a la moderna categoría de imperialismo que apareciera en el siglo XIX para explicar la expansión contemporánea del capital financiero desde el poder de estados naciones capitalistas en expansión hacia el dominio del mercado mundial, imperio supraterritorial y multicultural, capaz muy seguramente de superar las agotadas fuerzas de los estados naciones, incluso los imperialistas que han perdido ya el monopolio del dinero en el marco de sus propios territorios nacionales, de la fuerza, puesto que las armas nucleares son posesión exclusiva de algunos estados y comandan el concierto del poder global, de la identidad cultural y religiosa nacional que ha sido desplazada por identidades transnacionales. Este escenario se ha hecho realidad ante nuestros ojos. Imperio indica una necesidad de poder político, de regulación del capitalismo global, dominado hoy por grandes contradicciones y confrontaciones, potenciadas por apetitos corporativos transnacionales, incluidos los que tienen que ver con la guerra.
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Un capitalismo que se disuelve en sus propias contradicciones, en la dificultad de prolongar su expansión, dado que ha copado el mundo entero de la vida, pone en evidencia las potencias múltiples sobre las que soporta sus procesos actuales de acumulación y de profundización de la desigualdad. La multitud es no solo ya una hipótesis, sino la evidencia de resistencias que podrían incluso estar potenciando la capacidad de superar la inexorabilidad de la explotación capitalista de las fuerzas humanas. Modos de vida que experimentan un más allá del dominio de los biopoderes, éxodos diversos como máquinas de fuga que hacen posible experimentar la vida más allá del capital. Nuevos ciclos de lucha contra nuevas explosiones de crisis capitalista a pesar de la precariedad y la desigualdad profundizada en todo el planeta. Renovadas dimensiones del común, transidas por el trabajo afectivo, por el cuidado.
Nuevos sujetos y nuevas prácticas de acción desplegadas, feminizadas y juveniles, luchas identitarias en el contexto de las fronteras de sangre, de los racismos impuesto como en América Latina. La democracia como gobierno absoluto, es decir, como gobierno de las potencias, de los deseos individuales y colectivos. Politicidades múltiples que renuevan la política y las luchas sociales y se advierten capaces de producir nuevos saberes en la acción, nuevas agrupaciones políticas, tal vez en clave de movimiento, de movimientos, de partidos, de movimientos. Esta herencia nos ha dejado el formidable luchador y pensador italiano a través de obras como Imperio, Multitud, Commonwealth, Asamblea y toda su obra temprana, política y filosófica, Marx más allá de Marx, Descartes político, La fábrica de la estrategia alusivo a Lenin, Anomalía salvaje, Poder constituyente. Y un sinfín de trabajos que nos permiten comprender desde una perspectiva luminosa y muy imaginativa los grandes acontecimientos que el mismo vivió como biografía, en sus productivos 90 años de vida, entre el siglo XX y el siglo XXI, en la experiencia del capitalismo y sus crisis, pero también en la experiencia del capitalismo global y aquel que fue denominado periférico en América Latina, como bien se muestra en su obra Global. En fin, una obra monumental y fundamental de la que seguiremos bebiendo aún muchas décadas hacia adelante, inspirada e inspiradora de experiencias también como las nuestras.
Porque es la obra de pensar a ciencia cierta, a consciencia, la densidad política del presente, como por ejemplo: la presencia insuperada del militarismo y la guerra. La economía política de la crisis y de la acción subjetiva anticapitalista en esta época presente, la política diversa, feminizada, juvenil y multitudinaria, la democracia como potencialidad real en la vida cotidiana y organizacional de las sociedades y comunidades humanas de hoy. Los estallidos y movimientos emergentes en todo el planeta que ni los medios ni las organizaciones políticas de izquierda y derecha acaban de comprender, la reforma profunda de la vida humana hoy agobiada por el calentamiento global y las múltiples crisis ecológicas, la precariedad social convertida en estructural casi insuperable. Las potencias de la alegría y del amor haciéndose carne en la experiencia de vida de las mujeres y hombres de hoy. Toni Negri, la lotta continua!
La política es de época, se dimensiona desde los referentes de un tiempo adscrito, a partir de formaciones relacionales humanas sólidas y de azares diversos, de klinamen también, como afirmaban antiguas filosofías con respecto al mundo físico.
En la política se despliega también el deseo, los deseos individuales y colectivos, efervesce la pasión y se despliega la fuerza. La política es el común creativo, también la imaginación colectiva de ese común. Alegría de las potencias humanas contra el poder como en Spinoza, cupíditas, amor, como en el Renacimiento, poder constituyente como en Maquiavelo. Aunque se cuente como política, solamente lo instituido que debe ser profundamente reformado.
En la primera modernidad, la del renacimiento, la política nos libera de la opresión del poder. A diferencia de la segunda modernidad, la de Hobbes, que absorbe las fuerzas creativas de la potencia, de los sujetos políticos, en la categoría abstracta de pueblo. Solo la imaginación creativa de la praxis, de la imaginación material política, nos liberará de esa subyugación, como en Sieyes, en Marx, en los bolcheviques.
Le sugerimos: Megan Maxwell: “Si mi cuerpo es mío, ¿por qué no puedo hacer con él lo que quiera?”
Es Negri tal vez uno de los pocos pensadores que nos enseña a cómo mirar el mundo de hoy después de décadas convulsivas de arrogancia ultraliberal, después de la derrota del experimento soviético y comunista del siglo XX.
Si leyéramos el mundo de estos días bajo la lupa negriana, veríamos que la guerra se ha asentado, descarnándose, se ha revelado como horizonte verdadero después de la caída del muro de Berlín, horizonte que ha estado ahí en los siglos de la modernidad, viviente como larga guerra civil.
Después de las fortísimas décadas de estado social del siglo XX, que la enfriaron hasta casi el témpano en los llamados países centrales del capitalismo contemporáneo. Hoy la guerra quiere campear en un escenario ya irreconocible de disputa entre grandes poderes oligárquicos que conservan aún vestiduras nacionales. Guerra como resultado del fin de la época del imperialismo, según Negri y Hardt en su reconocido libro Imperio. Incrementada por la evidente debilidad de los estados naciones como unidades de gobierno, de control, y soberanía política. Propiciada por el anacronismo de los organismos internacionales que nunca lograron regular democráticamente el campo de las relaciones entre naciones, y que aún menos lo logran cuando estas se disipan y apenas consiguen funcionar en red para definir políticas de gobierno de mercado y de comercio mundial.
El novedoso campo del Agón, de la disputa social y política que ha surgido después de la bipolaridad mundial de la guerra fría, campo donde se hacen visibles diversos y múltiples modos de vida resistentes después de tantos siglos de modernidad, se dispone para las necesidades de los poderes capitalistas mundializados como escenario propicio para un Imperio. Desplegado y desplegándose sobre todo en este siglo XXI, corresponde a la plena expansión planetaria del capital, transformado ya en fábrica social, globalizado plenamente, transfigurado en capitalismo cognitivo. Una multiplicidad inconmensurable de trabajo cooperativo, interconectado incluso por la fuerza de la digitalización a nivel planetario y global, se ha dispuesto para ser usado y explotado como si este comunismo de la cooperación fuera aprovechado plenamente por las fuerzas del mercado y del capitalismo actual.
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Antonio Negri ha sido el artífice de estas ideas de mundo y de sociedad actuales, de esta nueva politicidad de la sociedad humana de hoy, de esta compleja biopolítica de la regulación del trabajo, los modos de vida, la multitud. Y de las potencias, de las resistencias también múltiples y diversas al capitalismo posmoderno. Los poderes dominantes se han dispuesto sobre todos los asuntos de la vida humana a niveles planetarios en clave de guerra de baja intensidad. La multitud, la multiplicidad de potencias humanas creativas les resisten en clave de creatividad, de cupiditas.
Formado como pensador y filósofo político en el campo del marxismo militante italiano, en la compleja experiencia del siglo XX, de origen socialista, toma el camino alternativo al fortísimo Partido Comunista Italiano, haciendo parte de la corriente operaista (obrerista) y acompañando diversas experiencias de lucha durante los años 60 y 70 del siglo pasado en Italia, desde cuya praxis visibiliza las transformaciones que anunciaban un cambio sustancial de época para el capital y para el comunismo. Encarcelado y exilado, ha repensado la historia del movimiento comunista y desplegado una imaginación política sin igual en compañía de una diversidad de autores, entre los cuales se destaca principalmente Michael Hardt el filósofo norteamericano.
El escenario probable de un Imperio, una forma de gobierno mixta pensada y experimentada ya desde la antigüedad, distinta a la moderna categoría de imperialismo que apareciera en el siglo XIX para explicar la expansión contemporánea del capital financiero desde el poder de estados naciones capitalistas en expansión hacia el dominio del mercado mundial, imperio supraterritorial y multicultural, capaz muy seguramente de superar las agotadas fuerzas de los estados naciones, incluso los imperialistas que han perdido ya el monopolio del dinero en el marco de sus propios territorios nacionales, de la fuerza, puesto que las armas nucleares son posesión exclusiva de algunos estados y comandan el concierto del poder global, de la identidad cultural y religiosa nacional que ha sido desplazada por identidades transnacionales. Este escenario se ha hecho realidad ante nuestros ojos. Imperio indica una necesidad de poder político, de regulación del capitalismo global, dominado hoy por grandes contradicciones y confrontaciones, potenciadas por apetitos corporativos transnacionales, incluidos los que tienen que ver con la guerra.
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Un capitalismo que se disuelve en sus propias contradicciones, en la dificultad de prolongar su expansión, dado que ha copado el mundo entero de la vida, pone en evidencia las potencias múltiples sobre las que soporta sus procesos actuales de acumulación y de profundización de la desigualdad. La multitud es no solo ya una hipótesis, sino la evidencia de resistencias que podrían incluso estar potenciando la capacidad de superar la inexorabilidad de la explotación capitalista de las fuerzas humanas. Modos de vida que experimentan un más allá del dominio de los biopoderes, éxodos diversos como máquinas de fuga que hacen posible experimentar la vida más allá del capital. Nuevos ciclos de lucha contra nuevas explosiones de crisis capitalista a pesar de la precariedad y la desigualdad profundizada en todo el planeta. Renovadas dimensiones del común, transidas por el trabajo afectivo, por el cuidado.
Nuevos sujetos y nuevas prácticas de acción desplegadas, feminizadas y juveniles, luchas identitarias en el contexto de las fronteras de sangre, de los racismos impuesto como en América Latina. La democracia como gobierno absoluto, es decir, como gobierno de las potencias, de los deseos individuales y colectivos. Politicidades múltiples que renuevan la política y las luchas sociales y se advierten capaces de producir nuevos saberes en la acción, nuevas agrupaciones políticas, tal vez en clave de movimiento, de movimientos, de partidos, de movimientos. Esta herencia nos ha dejado el formidable luchador y pensador italiano a través de obras como Imperio, Multitud, Commonwealth, Asamblea y toda su obra temprana, política y filosófica, Marx más allá de Marx, Descartes político, La fábrica de la estrategia alusivo a Lenin, Anomalía salvaje, Poder constituyente. Y un sinfín de trabajos que nos permiten comprender desde una perspectiva luminosa y muy imaginativa los grandes acontecimientos que el mismo vivió como biografía, en sus productivos 90 años de vida, entre el siglo XX y el siglo XXI, en la experiencia del capitalismo y sus crisis, pero también en la experiencia del capitalismo global y aquel que fue denominado periférico en América Latina, como bien se muestra en su obra Global. En fin, una obra monumental y fundamental de la que seguiremos bebiendo aún muchas décadas hacia adelante, inspirada e inspiradora de experiencias también como las nuestras.
Porque es la obra de pensar a ciencia cierta, a consciencia, la densidad política del presente, como por ejemplo: la presencia insuperada del militarismo y la guerra. La economía política de la crisis y de la acción subjetiva anticapitalista en esta época presente, la política diversa, feminizada, juvenil y multitudinaria, la democracia como potencialidad real en la vida cotidiana y organizacional de las sociedades y comunidades humanas de hoy. Los estallidos y movimientos emergentes en todo el planeta que ni los medios ni las organizaciones políticas de izquierda y derecha acaban de comprender, la reforma profunda de la vida humana hoy agobiada por el calentamiento global y las múltiples crisis ecológicas, la precariedad social convertida en estructural casi insuperable. Las potencias de la alegría y del amor haciéndose carne en la experiencia de vida de las mujeres y hombres de hoy. Toni Negri, la lotta continua!