La fragilidad del patrimonio inmueble
Tras el incendio que se presentó el pasado sábado 21 de octubre en el Museo de Arte Miguel Urrutia, William López, director del Museo Nacional, y María Claudia Vargas, del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC), hablan de la fragilidad a la que están expuestas las estructuras arquitectónicas patrimoniales de Colombia.
Andrea Jaramillo Caro
Sarah Gutiérrez
El pasado miércoles 25 de octubre, las puertas de la manzana cultural del Banco de la República volvieron a abrirse, tras haber permanecido cerradas desde el 21 de octubre, cuando se desató un incendio en una de las salas del museo, que estaba en proceso de impermeabilización, y dos personas sufrieron lesiones por inhalación de humo. Este fue controlado y ninguna obra se vio afectada por el incidente.
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El pasado miércoles 25 de octubre, las puertas de la manzana cultural del Banco de la República volvieron a abrirse, tras haber permanecido cerradas desde el 21 de octubre, cuando se desató un incendio en una de las salas del museo, que estaba en proceso de impermeabilización, y dos personas sufrieron lesiones por inhalación de humo. Este fue controlado y ninguna obra se vio afectada por el incidente.
Este suceso levantó el interés por el estado, cuidado y planes de acción sobre edificios patrimoniales en Bogotá y el resto del país. El Museo de Arte Miguel Urrutia no es el primero en sufrir este tipo de accidentes. En septiembre de 2018, el Museo Nacional de Brasil sucumbió, casi totalmente, ante las llamas que se ocasionaron en el sistema de aire acondicionado y destruyeron casi toda la colección de la institución. En abril de 2019, la catedral Notre Dame, en París, ardió durante 15 horas, luego de que el techo se incendiara durante los trabajos de restauración y renovación que se adelantaban allí.
Este tipo de edificaciones, por su pasado, sus materiales y edad, enfrentan muchos riesgos que ponen en peligro la estructura que los soporta. De acuerdo con María Claudia Vargas, subdirectora de protección e intervención de patrimonio en el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC), son riesgos naturales y antrópicos y, en Colombia, trabajan en los riesgos sísmicos que “son bastante altos, sobre todo en ciertas regiones del país. Las edificaciones que tienen una antigüedad mayor a 1984 no fueron construidas teniendo las normas sismorresistentes que tenemos hoy, pues los criterios para resistir los sismos fueron definidos de manera relativamente reciente: llevamos menos de 40 años con estas pautas”.
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Uno de los lugares que se vio afectado por un evento sísmico fue el centro histórico de Popayán, que sufrió daños tras el terremoto del 30 de marzo de 1983. A pesar de que los riesgos por sismos y terremotos son latentes, Vargas comenta que en la norma que establece los lineamientos para atender emergencias de este tipo, la NSR-10, también se encuentra un capítulo dedicado al cuidado y la atención que se les debe dar a incendios.
Más allá de los peligros que puede implicar la naturaleza y su impredecibilidad, Vargas resalta que en cada adaptación y acción de mantenimiento siempre existen riesgos. Sin embargo, la forma en la que cada institución se aproxima a las intervenciones sobre el inmueble cambia, pues depende de la entidad que administre el edificio. Por lo que la manera en la que estas intervenciones se realizan depende no solo de la entidad, sino también de la edificación y sus necesidades.
Solo en Bogotá, hay más de sesenta museos que pertenecen a instituciones; por ejemplo, el Banco de la República tiene cuatro estructuras arquitectónicas (Museo del Oro, Casa de la Moneda, Museo Botero y Museo de Arte Miguel Urrutia); el Ministerio de Cultura tiene cinco (Museo Colonial, Museo Santa Clara, Casa Museo Quinta de Bolívar, Museo de la Independencia Casa del Florero y Museo Nacional de Colombia), y otras instituciones como el Instituto de Patrimonio Cultural (IDPC) y entidades como la Universidad del Rosario y la Universidad Nacional tienen su estructura patrimonial.
Con el Programa de Fortalecimiento de Museos, se ha trabajado desde 2013 en la implementación de la Política Nacional de Museos en el país, una instancia que impulsa a realizar acciones que fortalezcan y ayuden a combatir los desafíos actuales a los que se enfrentan las estructuras museológicas.
Una concertación para el cuidado de los museos
De acuerdo con el Decreto 480 de 2018 de la Alcaldía de Bogotá, que da conformidad a la Mesa Temática de Museos, este espacio es creado con el fin de ser “el escenario de encuentro, participación, concertación y deliberación entre agentes, instituciones públicas y organizaciones culturales del sistema de arte, cultura y patrimonio de la ciudad”, afirma su web oficial. Sobre esto, William Ospina, director del Museo Nacional, habló con El Espectador para esclarecer cuáles son los planes de acción ante eventos de emergencia en los museos de la capital.
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“Gracias al liderazgo de la Mesa de Museos de Bogotá, se empezó a desarrollar una acción coordinada para que todos los museos de la ciudad tengamos una misma línea de acción y de reacción, y acudamos a las mismas instancias”, y afirma que al llegar al cargo de director, en noviembre de 2022, se encontró con protocolos que debían ser actualizados por prevención en casos como los ataques de activistas medioambientales que se popularizaron en Europa y “trabajar en un plan de acción en conjunto” con los más de 60 museos de Bogotá para “tener una hoja de ruta coordinada y un mismo modo de actuar”.
El incidente del 21 de octubre en el Museo de Arte Miguel Urrutia ocurrió en medio de un trabajo de impermeabilización que hacía parte de las intervenciones periódicas que se deben realizar en estas construcciones para su preservación, y que, de acuerdo con López, “son necesarias”.
Cada intervención requiere un diagnóstico previo que sea sustentado por especialistas en áreas como arquitectura, restauración, ingenieros y artistas, que, en el caso del Museo de Nacional, debe ser aprobado por tres instancias: “El área de infraestructura del ministerio, que trabaja con patrimonio; el área administrativa del ministerio y la dirección de patrimonio, quienes reglamentan y regulan el tipo de intervenciones que podemos hacer a los edificios históricos y patrimoniales”.
Las alianzas estratégicas para la protección
El esfuerzo por salvaguardar estos edificios no recae solo sobre una entidad o institución. Para asegurar el correcto manejo de riesgos y emergencias, el IDPC trabaja en conjunto con otros organismos para desarrollar protocolos de seguridad y protección del patrimonio. Por ejemplo, el cuerpo de bomberos y el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (Idiger). Junto a estas instituciones, Vargas asegura que estudian el manejo de “las condiciones patrimoniales cuando hay una emergencia”.
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Aunque es una certeza la vida humana y su protección, la salvaguarda de las obras de arte no se puede hacer de la misma forma, “sino que tienen que buscar técnicas alternativas para que no se vayan a afectar. De pronto es más importante cuidar el cuadro que la ventana, que se rompa el vidrio o que se dañe el acabado el piso, pero que tengan claro que hay unas colecciones que hay que proteger en segunda instancia. Ellos saben cómo intervenir cuando se trata de condiciones como estas, de colecciones artísticas, de edificios, también con valores patrimoniales y tienen protocolos de manejo en esas situaciones”.
Un ejemplo de este trabajo articulado se puede ver en el Museo de Bogotá, que ha trabajado con el cuerpo de bomberos y el Idiger para manejar emergencias en bienes y seguir las directrices que las instituciones diseñan para tratar emergencias en inmuebles patrimoniales o con colecciones patrimoniales. “Son charlas o diálogos compartidos en donde la mesa se reúne una vez al mes para armonizar temas en conjunto como norma de sismorresistencia, qué hacer en caso de emergencia, situaciones de riesgo en los bienes de interés y en especial en los museos. A estos diálogos se invita a arquitectos, ingenieros, restauradores, artistas, personas del común, administraciones de museos y bienes de interés para que participen. El objetivo es crear el protocolo del plan de emergencias y protección para las colecciones museográficas, todo en el marco de las reuniones de la Mesa de Museos. Este plan incluye cómo hacer no solo las evacuaciones de personal, sino de las colecciones”.