Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Cuando la Organización de Naciones Unidas realizó su convocatoria en 1951 para apoyar a las fuerzas militares de Corea del Sur, Colombia atendió el llamado. Durante el gobierno de Laureano Gómez, 5062 hombres partieron rumbo a la península coreana, entre infantes y navales, sin una garantía de que regresarían. Colombia se convirtió en el único país latinoamericano en enviar un batallón. Cuando regresaron, el panorama era muy distinto al que habían dejado.
Este evento histórico, enmarcado en plena Guerra Fría, y el rol que Colombia jugó en él, se recuerdan como la “Guerra Olvidada”. Así como el Batallón Colombia no es tan bien recordado, los hombres que participaron en esta guerra tampoco. Ahora, el Museo Virtual de Veteranos Colombianos de la Guerra de Corea busca resaltar y revivir esas historias que se escaparon de la memoria colectiva.
Le sugerimos: Guerra de Corea: El soldado que todos olvidaron
Este museo virtual recopila las historias antes, durante y después de la guerra, y se configura como el resultado de la investigación realizada por la profesora Carolina Urrego-Sandoval. El proyecto recibió el apoyo de la Facultad de Ciencias Sociales y el Departamento de Ciencia Política y Estudios Globales de la Universidad de los Andes, la Embajada de Corea en Colombia y la Asociación de Estudios Coreanos en Colombia. La iniciativa fue inaugurada hoy, 28 de noviembre, y Urrego-Sandoval espera que el público pueda acceder al museo a partir del 16 de diciembre.
Este evento se realiza en el marco de la conmemoración de los 60 años del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Colombia y Corea del Sur. En un documento oficial definen este museo como “una iniciativa única en el mundo que investiga, colecciona, conserva, interpreta y exhibe el material relacionado con las experiencias individuales y colectivas de los veteranos colombianos de la Guerra de Corea. El Museo no es una página web, es un espacio digital abierto a públicos nacionales e internacionales en cuyo proceso de construcción han participado decenas de veteranos, descendientes y familiares. Así, ofrece experiencia para la educación, el disfrute, la reflexión, y el intercambio de conocimientos”.
El museo abrirá con una exhibición titulada “Recuerdos de una travesía ajena”, curada por la estudiante de doctorado del programa Ciencias Sociales y Políticas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Gina León. Pero, además, contará con una línea de tiempo que describe la participación colombiana en la Guerra de Corea, un directorio con los perfiles de cada uno de los veteranos, un memorial con perfiles de quienes hicieron parte de la Armada y el Ejército en Corea, un centro de recursos bibliográficos y audiovisuales y una colección digital a partir de las donaciones de fotografías, cartas y diarios de prensa de la época.
Le puede interesar leer: Corea: la guerra olvidada
En el lanzamiento, Urrego-Sandoval mencionó las asimetrías con respecto al reconocimiento que en Colombia los veteranos de la guerra han encontrado. “Muchas personas no saben que Colombia participó en uno de los conflictos más importantes del siglo XX. Debemos cambiar ese nombre de ‘Guerra olvidada’, debe ser una participación recordada”.
Originalmente, esta iniciativa no iba a ser un museo. Todo surgió del interés de Carolina Urrego-Sandoval por la participación colombiana en la guerra, luego de un panel que se realizó en conmemoración de los 70 años de este conflicto bélico. “Es todo un universo de historias, con unas anécdotas muy interesantes. Uno termina casi que enamorándose de ellos”, dijo la profesora después de su contacto con las diferentes asociaciones de veteranos que existen en el país.
La participación de Gina León sucedió “como una de esas cosas de serendipia”, pues ella contactó a Urrego-Sandoval para hacer una estancia de investigación para su doctorado que se centra en este tema. “Entre las dos fuimos construyendo esto, no creímos que fuera a llegar a ser tan grande, pero fue creciendo”. Al principio, tanto Urrego-Sandoval como León creyeron que sería buena idea armar una colección, a partir de sus investigaciones, que decantara en una exhibición. Sin embargo, y luego de sortear diferentes procesos administrativos, determinaron que la mejor forma de proseguir sería con un museo virtual en el que pudieran continuar con su proceso de investigación.
El objetivo siempre fue entrevistar a la mayor cantidad de veteranos en el menor tiempo posible, pues estiman que 400 de ellos siguen con vida, pero algunos no gozan de buena salud. Aunque el proyecto no está terminado, pues aún continúan realizando entrevistas, ya han hecho 5.000 perfiles cortos con datos básicos y otros 100 más extensos.
Le recomendamos leer: Se cumplen 70 años de la participación de Colombia en la Guerra de Corea
Uno de los retos fue el establecimiento de las relaciones con estos hombres para que contaran sus historias, pues algunos desconfiaron cuando supieron del proyecto. Sin embargo, la iniciativa ha sido bien recibida por las asociaciones con las que se han contactado, aunque las dinámicas de cada una de ellas cambian dependiendo de quienes la conforman. En el proceso de construcción e investigación para el museo, se fueron encontrando con más y más personas con algo para contar con respecto a este tema. A esto se le llama “un efecto bola de nieve”.
Durante años, los esfuerzos de estos hombres fueron olvidados por la sociedad y por el Estado. Urrego-Sandoval cuenta que esta es una de las causas por las que muchos de estos veteranos viven en condición de pobreza. Además, cuenta que las historias variaron dependiendo de su rango y afiliación al Ejército o a la Armada.
Pero este no es un muso de guerra, no quieren hablar exclusivamente de la experiencia de los veteranos durante este conflicto: “un museo de historias de hombres que participaron en un evento tan importante. Por eso es que en esta exposición relatamos el antes, durante y después de la guerra”.
Podría interesarle leer: Doscientos años de Castillo y Rada (IV)
Uno de los elementos que resaltan son las cartas de amor y amistad que los soldados enviaron a sus familias. Con Señal Memoria lograron recuperar audios en los que un radio operador recibió esas cartas y las leyó al aire.
Para la mujer detrás de esta iniciativa, crear el museo tiene un componente de reconocimiento de la historia del país: “Yo no sabía que Colombia había ido a la Guerra de Corea, nunca lo vi en el colegio, y creo que a muchos les pasa lo mismo. En este, como en muchos otros casos de la historia de nuestro país, estamos obviando fragmentos importantes, y no solo en el contexto de relaciones internacionales, también en cuanto a lo que enviar a 5.000 hombres a Corea significó para nuestro ejército, en medio de la época de la violencia”.
Más allá de las implicaciones históricas que la participación colombiana tuvo, con este museo esperan dar un reconocimiento “no solo al veterano mismo, también a la historia detrás de eso”. La investigación de Carolina Urrego-Sandoval no terminará con el fin de las entrevistas, “el museo no morirá cuando acabemos ese proceso. Es algo que se va a seguir construyendo y analizando. Lo que me gustaría que la audiencia vea es una versión más humana de estos hombres, que se enamoraron y tuvieron familias, que participaron en un conflicto internacional en el marco de la Guerra Fría”.
Si le interesa seguir leyendo sobre El Magazín Cultural, puede ingresar aquí 🎭🎨🎻📚📖