La historia no funciona así (Diario de la peste, de Gonçalo M. Tavares)
Presentamos la entrada número 83, correspondiente al 13 de junio, del diario que está escribiendo en estos días de cuarentena el portugués Gonçalo Tavares, una de las plumas más reconocidas de su país.
Gonçalo M. Tavares
El presidente de Magnum: "la pandemia causó un hoyo negro informativo".
Muchas historias no se contaron.
Alguien hablaba de un "virólogo con un aspecto muy feliz".
Toda la alegría del especialista proviene de la observación del desastre en directo. No de conferencias sobre el pasado en salas cerradas.
Un estudioso de sismos salta dos veces con el temblor violento del suelo.
Salta de alegría y curiosidad, y por la sacudida natural de las placas.
Hoy es sábado y estudio fríamente el fuego que casi ardió.
El "olvido del exterminio es parte del exterminio", decía Baudrillard sobre la cuestión del Holocausto.
Toda borradura de números y registros es una borradura del hecho inicial.
Borrar una muerte es una acción criminal de higiene.
Hay una higiene individual y una higiene del Estado.
Leo: "La pandemia amenaza la supervivencia de los indígenas de la Amazonía colombiana".
Necesito el aire exterior y el simple deambular por el espacio.
Le sugerimos leer El aullido de la madre en la ventana (Diario de la peste, de Gonçalo M. Tavares)
Avanzo al azar con el mandato de una cierta corriente artística: "lo que encuentre será aquello que necesito".
No se trata de recolectar restos.
Sino de que el resto sea material para una hoguera urgente.
Pensar que la necesidad nace del encuentro con lo necesario, y no antes.
Recuerdo una definición del abecedario de Deleuze.
La recuerdo y la olvido.
Cuando un discurso despierta a algún oído, tiene lugar un encuentro; una pequeña luz en medio del público, a oscuras.
En Estados Unidos, a un sobreviviente del coronavirus le llegó una cuenta del hospital que ascendía a 1.1 millón de dólares.
Diez mil enfermos estadounidenses recuperados equivalen a la deuda de un país mediano.
Deberían reunirse y fundar un pequeño Estado.
"La extrema derecha salió a la calle en Londres y tuvieron lugar enfrentamientos con la policía.
Se vieron saludos nazis y se oyeron himnos racistas."
Estatuas protegidas por la policía. Pero también por saludos e himnos.
Pienso en alguien que toma los números de un lado y los revuelve, repitiendo unos, eliminando otros.
La suerte está viciada.
Pelo una manzana y emprendo el ejercicio de cortarla en trocitos más pequeños que una falange pequeña.
Hay una higiene del espacio y una higiene del tiempo.
La higiene del espacio limpia superficies, el suelo, las paredes y hasta el techo, al que se sube con la escalera portátil.
Los animales peligrosos pueden estar en el suelo, en la mesa, en la pared o en los objetos.
Todo brilla después de que se limpia un espacio.
Y la suciedad queda escondida detrás de la mañana del día siguiente en espera del momento propicio para regresar.
El joven Muhammed Ali entrenaba con un amigo.
Éste le arrojaba piedras al rostro, y Ali las esquivaba.
Así practicó los esquives del box.
Muhammad Alí rechazó su primer nombre, que venía de la esclavitud. Cassius Clay.
Los esclavos tenían el nombre de los dueños de los esclavos.
Tener el nombre del dueño de tus padres. Tener el nombre del dueño de tus abuelos.
Mucho más violento que un golpe con un guante en plena cara.
Que un hombre cambie de nombre, que una calle cambie de nombre, que un puente cambie de nombre.
Y el arte del esquive de Muhammad Ali; la piedra viene y el rostro en el último momento se desvía.
Dos versos de Auden:
"Observó con todos sus órganos de interés
Cómo caminan los príncipes."
Y otros tres versos de Auden.
"Volvió a abrir viejas tumbas en su corazón para averiguar
Qué leyes desobedecieron los muertos
Y si fue esa desobediencia la que los mató."
La limpieza del espacio ahuyenta a los virus malignos y confiere una luz temporal a las cosas.
Después de un baño, cualquier ser humano viene con una luz que no es totalmente la suya.
Una luz que el agua le presta.
Veo a un virólogo con un aspecto muy feliz en la televisión, pero, sin sonido, la felicidad se vuelve muda. Pierde la mitad de su potencia.
La higiene del tiempo es menos visible, pero más fuerte y violenta.
Se limpian los tiempos pasados de sus impurezas, del polvo y de esa basura que viene de una tremenda acumulación de errores y violencia.
Pero, una vez limpio y desinfectado, no vemos al tiempo brillar.
La historia no funciona así
***
Traducción: Paula Abramo
Los textos originales de este diario se están publicando en el diario Expresso, de Portugal.
* Estamos cubriendo de manera responsable esta pandemia, parte de eso es dejar sin restricción todos los contenidos sobre el tema que puedes consultar en el especial sobre Coronavirus.
Lo invitamos a que escuche el capítulo 13 de la audionovela Yo Confieso
El presidente de Magnum: "la pandemia causó un hoyo negro informativo".
Muchas historias no se contaron.
Alguien hablaba de un "virólogo con un aspecto muy feliz".
Toda la alegría del especialista proviene de la observación del desastre en directo. No de conferencias sobre el pasado en salas cerradas.
Un estudioso de sismos salta dos veces con el temblor violento del suelo.
Salta de alegría y curiosidad, y por la sacudida natural de las placas.
Hoy es sábado y estudio fríamente el fuego que casi ardió.
El "olvido del exterminio es parte del exterminio", decía Baudrillard sobre la cuestión del Holocausto.
Toda borradura de números y registros es una borradura del hecho inicial.
Borrar una muerte es una acción criminal de higiene.
Hay una higiene individual y una higiene del Estado.
Leo: "La pandemia amenaza la supervivencia de los indígenas de la Amazonía colombiana".
Necesito el aire exterior y el simple deambular por el espacio.
Le sugerimos leer El aullido de la madre en la ventana (Diario de la peste, de Gonçalo M. Tavares)
Avanzo al azar con el mandato de una cierta corriente artística: "lo que encuentre será aquello que necesito".
No se trata de recolectar restos.
Sino de que el resto sea material para una hoguera urgente.
Pensar que la necesidad nace del encuentro con lo necesario, y no antes.
Recuerdo una definición del abecedario de Deleuze.
La recuerdo y la olvido.
Cuando un discurso despierta a algún oído, tiene lugar un encuentro; una pequeña luz en medio del público, a oscuras.
En Estados Unidos, a un sobreviviente del coronavirus le llegó una cuenta del hospital que ascendía a 1.1 millón de dólares.
Diez mil enfermos estadounidenses recuperados equivalen a la deuda de un país mediano.
Deberían reunirse y fundar un pequeño Estado.
"La extrema derecha salió a la calle en Londres y tuvieron lugar enfrentamientos con la policía.
Se vieron saludos nazis y se oyeron himnos racistas."
Estatuas protegidas por la policía. Pero también por saludos e himnos.
Pienso en alguien que toma los números de un lado y los revuelve, repitiendo unos, eliminando otros.
La suerte está viciada.
Pelo una manzana y emprendo el ejercicio de cortarla en trocitos más pequeños que una falange pequeña.
Hay una higiene del espacio y una higiene del tiempo.
La higiene del espacio limpia superficies, el suelo, las paredes y hasta el techo, al que se sube con la escalera portátil.
Los animales peligrosos pueden estar en el suelo, en la mesa, en la pared o en los objetos.
Todo brilla después de que se limpia un espacio.
Y la suciedad queda escondida detrás de la mañana del día siguiente en espera del momento propicio para regresar.
El joven Muhammed Ali entrenaba con un amigo.
Éste le arrojaba piedras al rostro, y Ali las esquivaba.
Así practicó los esquives del box.
Muhammad Alí rechazó su primer nombre, que venía de la esclavitud. Cassius Clay.
Los esclavos tenían el nombre de los dueños de los esclavos.
Tener el nombre del dueño de tus padres. Tener el nombre del dueño de tus abuelos.
Mucho más violento que un golpe con un guante en plena cara.
Que un hombre cambie de nombre, que una calle cambie de nombre, que un puente cambie de nombre.
Y el arte del esquive de Muhammad Ali; la piedra viene y el rostro en el último momento se desvía.
Dos versos de Auden:
"Observó con todos sus órganos de interés
Cómo caminan los príncipes."
Y otros tres versos de Auden.
"Volvió a abrir viejas tumbas en su corazón para averiguar
Qué leyes desobedecieron los muertos
Y si fue esa desobediencia la que los mató."
La limpieza del espacio ahuyenta a los virus malignos y confiere una luz temporal a las cosas.
Después de un baño, cualquier ser humano viene con una luz que no es totalmente la suya.
Una luz que el agua le presta.
Veo a un virólogo con un aspecto muy feliz en la televisión, pero, sin sonido, la felicidad se vuelve muda. Pierde la mitad de su potencia.
La higiene del tiempo es menos visible, pero más fuerte y violenta.
Se limpian los tiempos pasados de sus impurezas, del polvo y de esa basura que viene de una tremenda acumulación de errores y violencia.
Pero, una vez limpio y desinfectado, no vemos al tiempo brillar.
La historia no funciona así
***
Traducción: Paula Abramo
Los textos originales de este diario se están publicando en el diario Expresso, de Portugal.
* Estamos cubriendo de manera responsable esta pandemia, parte de eso es dejar sin restricción todos los contenidos sobre el tema que puedes consultar en el especial sobre Coronavirus.
Lo invitamos a que escuche el capítulo 13 de la audionovela Yo Confieso