La importancia de regresar a las explicaciones mágicas sobre el mundo
En entrevista para El Espectador Celso Román, escritor de literatura infantil y juvenil, habló sobre su más reciente libro El espíritu del páramo, publicado bajo el sello Monigote, el cual está basado en la expedición de Edward Mackenzie, quien estaba en la búsqueda de El Dorado.
Laura Valeria López Guzmán
Para hablar sobre Celso Román y El espíritu del páramo, podría traerse a colación la siguiente cita: “Por lo demás, ni siquiera tenemos que aventurarnos solos, pues los héroes de todos los tiempos lo han hecho antes que nosotros. El laberinto es exhaustivamente conocido. Solo debemos seguir la huella del paso del héroe, y donde habíamos pensado hallar una abominación, encontraremos un dios. Y donde habíamos pensado matar a otro, nos mataremos a nosotros mismos. Donde habíamos pensado viajar al exterior llegaremos al centro de nuestra propia existencia. Y donde habíamos creído estar solos, estaremos con todo el mundo”, fragmento del libro El poder del mito, de Joseph Campbell.
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Para hablar sobre Celso Román y El espíritu del páramo, podría traerse a colación la siguiente cita: “Por lo demás, ni siquiera tenemos que aventurarnos solos, pues los héroes de todos los tiempos lo han hecho antes que nosotros. El laberinto es exhaustivamente conocido. Solo debemos seguir la huella del paso del héroe, y donde habíamos pensado hallar una abominación, encontraremos un dios. Y donde habíamos pensado matar a otro, nos mataremos a nosotros mismos. Donde habíamos pensado viajar al exterior llegaremos al centro de nuestra propia existencia. Y donde habíamos creído estar solos, estaremos con todo el mundo”, fragmento del libro El poder del mito, de Joseph Campbell.
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El libro de Román cuenta la historia de Edward Mackenzie, un explorador escocés que llegó a principios del siglo pasado a Colombia en busca del tesoro de El Dorado. El extranjero llegó a las lagunas de Siecha por un campesino de ancestros indígenas. Esta zona era un paraje alejado en las montañas de Cundinamarca en el que, durante siglos, los muiscas realizaron ofrendas de oro y esmeraldas. En su viaje por este territorio solo llegó a encontrar un tunjo de oro. Pero el verdadero descubrimiento de Mackenzie fue un territorio sagrado custodiado por antiguos guardianes muiscas que, ayudados por las fuerzas de la naturaleza, le negaron la visión de sus tesoros y, en cambio, lo obligaron a reconciliarse con el orden natural de la Tierra.
Para escribir este libro usted estuvo realizando trabajo de campo en algunos páramos del país, ¿cómo fue esta experiencia?
Mi primer acercamiento a los páramos fue hace unos años cuando visité el de Chingaza y pude ver que el zoológico de San Diego trajo cóndores de nuevo a su territorio. Desde entonces, para mí, el páramo tiene un atractivo muy grande. Ahora, el viaje que se realizó para escribir el libro fue mágico, pues estuvimos en el bosque andino. En este lugar se habla de la Mapalina, un espíritu del páramo que se dedica a cuidar la naturaleza y los animales. Para este viaje estuve acompañado por mi editor, Mauricio Gaviria y Álvaro Botiva, antropólogo, quien estuvo encargado de mostrarnos y explicarnos el uso de los utensilios indígenas que íbamos recopilando para las ilustraciones de los libros. Con ellos visitamos diferentes páramos y el trabajo fue a sentir la presencia de la neblina (la Mapalina), el silencio que tiene este espacio.
Aunque el relato se basa en la crónica de viaje de Edward Mackenzie, ¿cómo equilibró esto con los mitos de los muiscas y que no se viera como otra historia de un extranjero en busca del oro?
Busqué la manera de contar una historia en la que se hablara de la explicación mágica del mundo y su creación según los indígenas muiscas. En el libro utilicé los principales animales para los muiscas, que son la serpiente, el cóndor y el venado, los cuales hacen parte de sus principales mitos. La serpiente tiene que ver con el acto creador; el cóndor, el encargado de llevar las almas al sol; y el venado, representa el paso del tiempo. Además, las ilustraciones, realizadas por Paula Romero y Emmanuel Laverde, ayudaron a resaltar estos mitos.
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¿Por qué, aunque Mackenzie se maravilla con los paisajes y conoce las historias de otros como él, se deja llevar por la ambición y decide profanar este territorio sagrado?
Mackenzie sufre, como se dice en la literatura, la transformación del héroe. Esto lo menciona Joseph Campbell, pues trata de cómo el protagonista, el héroe, debe descender a lo más profundo para lograr una purificación. Este hombre llegó enceguecido por la visión de encontrar el oro y estaba a la defensiva, pues llevaba a su expedición dinamita y armas, pero al final tiene la transformación de entender que puede ser parte de la naturaleza y de lo que realmente tiene valor.
Para usted, ¿por qué el hombre blanco, el de occidente, tiene la necesidad de irrumpir con lo natural y lo sagrado y, además, no puede detenerse?
Yo diría que somos víctimas de una ideología, que es la apropiación del mundo para nuestro beneficio. Nos metieron en la cabeza que la felicidad y el ‘vivir sabroso’ está en la adquisición material. Esto nos ha ido llevando a que desconozcamos cuáles son los verdaderos valores.
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¿Cuál es el papel de la literatura infantil en la preservación de la naturaleza y de estos territorios como los páramos?
Toda. Desde la literatura infantil podemos llegar a tocar unas cuerdas en los niños que despiertan, al menos, la curiosidad de estos conocer y entender estos espacios. Estos relatos van en contra de la anterior pregunta, pues no se hablan y se critica la apropiación de la naturaleza.
¿Cómo se dio su cercanía con el mundo indígena?
Desde hace unos años pertenezco a una fundación que se llama Taller de la tierra, el cual tiene como lema: creatividad para la sustentabilidad, con la que hemos tenido la oportunidad de trabajar en diferentes zonas de Colombia en las que he establecido contacto con las diferentes comunidades. Por otro lado, a lo largo de mi vida he procurado estar en constante inmersión en los mitos de creación, leyendas y cuentos tradicionales del país. Este interés me ha permitido ir documentando las explicaciones mágicas sobre el mundo, las cuales tenemos que recuperar si queremos tener una relación armónica con nuestro entorno.