“La jardinería es una posibilidad de cuidar la vida”: Martha Liliana Perdomo
La directora de la entidad habló sobre su rol en el Jardín Botánico, su relación con la naturaleza y la muestra lumínica, “Majestuosos”, que se inaugurará el 25 de noviembre.
Andrea Jaramillo Caro
¿Cómo llegó a ser directora del Jardín Botánico?
Soy licenciada en Biología y Química, soy especialista en Desarrollo Social y Participación Comunitaria y Magíster en Medio Ambiente y Desarrollo. Yo soy jardinera desde hace 25 años. Con mi esposo tuvimos la posibilidad de fundar un jardín botánico en Ibagué: el Jardín Botánico San Jorge. El diseño de ese jardín botánico fue la tesis de maestría de mi esposo y lo acompañé con un grupo de amigos en el proceso de convertir esa tesis de maestría en un proyecto que fue presentado ante los propietarios del terreno en donde funciona el Jardín Botánico y nos fue entregado. A partir de esa experiencia, conocí de los jardines botánicos, me hice miembro de la Red Nacional de Jardines Botánicos y ya había sido directora de este Jardín Botánico en el año 2004 con el alcalde Lucho Garzón. Cuando la alcaldesa Claudia López tuvo a bien abrir convocatoria con la firma Casa Talento, presenté mi hoja de vida como cientos de profesionales las presentamos, me presenté a pruebas psicotécnicas, entrevistas, a prueba de polígrafo, a visita domiciliaria, a carta de referencia, bueno, todas las pruebas que nos hicieron y la señora alcaldesa me seleccionó para asumir la dirección del Jardín Botánico de Bogotá.
Mencionó que ha sido jardinera durante 25 años, ¿para usted qué es la jardinería?
La jardinería es una posibilidad de cuidar la vida, es una posibilidad de perpetuar un legado que es sagrado para nuestros descendientes y es la naturaleza, es el cuidado de la madre naturaleza. Cuando mis manos logran plantar y cuidar una planta y cosechar un fruto y poder brindar ese fruto a otras personas o cuando logro transmitir un mensaje de cuidado y protección de los ambientes naturales, de la biodiversidad, creo que es parte de lo que tenemos que hacer. Yo creo que parte de mi misión en la vida es justo construir en el cuidado y la conservación de la naturaleza. Para mí este es un tema en el cual ser jardinero es poder cuidar con detalle, con cariño la vida y esa vida en nuestra ciudad. Es poder generar un mejor ambiente para todos, poder cuidar nuestros árboles, nuestros jardines, nuestras huertas, estas 20 hectáreas, contribuir a cuidar los ecosistemas altoandinos y de páramo. Es un reto maravilloso porque hace parte de lo que yo creo que todos los que trabajamos aquí en el Jardín Botánico y en los jardines botánicos queremos. Es perpetuar la vida de las plantas, no es solo coleccionarlas, no es solo estudiarlas, sino es conservarlas.
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Cuidar la vida, ¿cómo pone esto en práctica en su labor de directora?
El Jardín Botánico es un centro de investigación que trabaja en torno a la generación de conocimiento científico sobre el cuidado de la flora, los ecosistemas altoandinos y de páramo, en la aplicación de ese conocimiento científico en el cuidado de las coberturas vegetales de la ciudad, porque somos responsables de cuidar los árboles del espacio público, del uso público de la ciudad, los jardines y las huertas, y también de procesos de restauración ecológica. Y también se encarga de los procesos de apropiación social del conocimiento científico a través de la educación ambiental, de la comunicación social y de la participación social. Esas son las tres misionalidades que tiene el jardín.
Y esto lo logran con eventos...
Como “Majestuosos”, que son de educación ambiental, donde la gente pueda efectivamente conocer sobre nuestra biodiversidad. Solamente cuando uno conoce lo que tiene, lo valora y lo cuida. Parte de las estrategias que maneja el Jardín Botánico es tener procesos de educación ambiental a través de una agenda académica y cultural supremamente variada, que a lo largo de todo el año tiene eventos que se ligan en torno a diferentes situaciones.
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¿Qué son las fábricas de agua y por qué las eligieron como tema?
Son varias cosas. Yo creo que para todos nosotros hay conciencia sobre la importancia que tenemos en general del cuidado y protección del recurso hídrico. Hace unos años, soy abuela próxima a pensionarme, hace 50 años, cuando yo estaba en la escuela, me decían que Colombia era potencia mundial del agua, que éramos, creo que en esa época el tercer país con más agua en el mundo y que el agua era un recurso inagotable. Recibí esa información de pequeña y resulta que no era cierta. El agua no es un recurso inagotable. El agua cumple un ciclo hídrico en el cual, si los ecosistemas en los cuales ese ciclo hídrico se da no están, el agua desaparece. La apuesta que hacemos en Majestuosos es contar cómo el espíritu del agua, que guía a nuestros visitantes, puede efectivamente contarnos sobre la importancia que tienen estos ecosistemas.
¿Cuál es el origen de su interés por la naturaleza, la biodiversidad y la conservación ambiental?
De mi mamá. Ella era una mujer campesina, yo tengo la fortuna de haber tenido una madre con cultura campesina, desarraigada de su tierra en medio de la violencia bipartidista, que añoraba volver a tener contacto con la tierra y que nunca pudo volver al campo, pero en el centro de Ibagué, en un cuarto piso, en una terraza, montó su huerta y desde muy pequeñitos nosotros cuidábamos esa huerta y ahí cultivábamos maíz, tomate, zanahoria, lechuga, cebolla y siempre hubo un interés desde muy chiquita de estar en contacto con la tierra. Tengo la necesidad de ese contacto y normalmente la manicura no me dura mucho porque a mí me gusta sembrar sin guantes y me gusta plantar, cuidar la tierra. Creo que fue esa influencia de mi mamá, mi mamá campesina, desarraigada, agricultora urbana. , que en esa época no teníamos ni idea de que eso era agricultura urbana, pero pues era lo que hacía ella, Ella plantaba en canecas y era su forma de sentirse en contacto con lo que había sido su infancia en el campo, en San Mateo.
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¿Cómo llegó a ser directora del Jardín Botánico?
Soy licenciada en Biología y Química, soy especialista en Desarrollo Social y Participación Comunitaria y Magíster en Medio Ambiente y Desarrollo. Yo soy jardinera desde hace 25 años. Con mi esposo tuvimos la posibilidad de fundar un jardín botánico en Ibagué: el Jardín Botánico San Jorge. El diseño de ese jardín botánico fue la tesis de maestría de mi esposo y lo acompañé con un grupo de amigos en el proceso de convertir esa tesis de maestría en un proyecto que fue presentado ante los propietarios del terreno en donde funciona el Jardín Botánico y nos fue entregado. A partir de esa experiencia, conocí de los jardines botánicos, me hice miembro de la Red Nacional de Jardines Botánicos y ya había sido directora de este Jardín Botánico en el año 2004 con el alcalde Lucho Garzón. Cuando la alcaldesa Claudia López tuvo a bien abrir convocatoria con la firma Casa Talento, presenté mi hoja de vida como cientos de profesionales las presentamos, me presenté a pruebas psicotécnicas, entrevistas, a prueba de polígrafo, a visita domiciliaria, a carta de referencia, bueno, todas las pruebas que nos hicieron y la señora alcaldesa me seleccionó para asumir la dirección del Jardín Botánico de Bogotá.
Mencionó que ha sido jardinera durante 25 años, ¿para usted qué es la jardinería?
La jardinería es una posibilidad de cuidar la vida, es una posibilidad de perpetuar un legado que es sagrado para nuestros descendientes y es la naturaleza, es el cuidado de la madre naturaleza. Cuando mis manos logran plantar y cuidar una planta y cosechar un fruto y poder brindar ese fruto a otras personas o cuando logro transmitir un mensaje de cuidado y protección de los ambientes naturales, de la biodiversidad, creo que es parte de lo que tenemos que hacer. Yo creo que parte de mi misión en la vida es justo construir en el cuidado y la conservación de la naturaleza. Para mí este es un tema en el cual ser jardinero es poder cuidar con detalle, con cariño la vida y esa vida en nuestra ciudad. Es poder generar un mejor ambiente para todos, poder cuidar nuestros árboles, nuestros jardines, nuestras huertas, estas 20 hectáreas, contribuir a cuidar los ecosistemas altoandinos y de páramo. Es un reto maravilloso porque hace parte de lo que yo creo que todos los que trabajamos aquí en el Jardín Botánico y en los jardines botánicos queremos. Es perpetuar la vida de las plantas, no es solo coleccionarlas, no es solo estudiarlas, sino es conservarlas.
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Cuidar la vida, ¿cómo pone esto en práctica en su labor de directora?
El Jardín Botánico es un centro de investigación que trabaja en torno a la generación de conocimiento científico sobre el cuidado de la flora, los ecosistemas altoandinos y de páramo, en la aplicación de ese conocimiento científico en el cuidado de las coberturas vegetales de la ciudad, porque somos responsables de cuidar los árboles del espacio público, del uso público de la ciudad, los jardines y las huertas, y también de procesos de restauración ecológica. Y también se encarga de los procesos de apropiación social del conocimiento científico a través de la educación ambiental, de la comunicación social y de la participación social. Esas son las tres misionalidades que tiene el jardín.
Y esto lo logran con eventos...
Como “Majestuosos”, que son de educación ambiental, donde la gente pueda efectivamente conocer sobre nuestra biodiversidad. Solamente cuando uno conoce lo que tiene, lo valora y lo cuida. Parte de las estrategias que maneja el Jardín Botánico es tener procesos de educación ambiental a través de una agenda académica y cultural supremamente variada, que a lo largo de todo el año tiene eventos que se ligan en torno a diferentes situaciones.
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¿Qué son las fábricas de agua y por qué las eligieron como tema?
Son varias cosas. Yo creo que para todos nosotros hay conciencia sobre la importancia que tenemos en general del cuidado y protección del recurso hídrico. Hace unos años, soy abuela próxima a pensionarme, hace 50 años, cuando yo estaba en la escuela, me decían que Colombia era potencia mundial del agua, que éramos, creo que en esa época el tercer país con más agua en el mundo y que el agua era un recurso inagotable. Recibí esa información de pequeña y resulta que no era cierta. El agua no es un recurso inagotable. El agua cumple un ciclo hídrico en el cual, si los ecosistemas en los cuales ese ciclo hídrico se da no están, el agua desaparece. La apuesta que hacemos en Majestuosos es contar cómo el espíritu del agua, que guía a nuestros visitantes, puede efectivamente contarnos sobre la importancia que tienen estos ecosistemas.
¿Cuál es el origen de su interés por la naturaleza, la biodiversidad y la conservación ambiental?
De mi mamá. Ella era una mujer campesina, yo tengo la fortuna de haber tenido una madre con cultura campesina, desarraigada de su tierra en medio de la violencia bipartidista, que añoraba volver a tener contacto con la tierra y que nunca pudo volver al campo, pero en el centro de Ibagué, en un cuarto piso, en una terraza, montó su huerta y desde muy pequeñitos nosotros cuidábamos esa huerta y ahí cultivábamos maíz, tomate, zanahoria, lechuga, cebolla y siempre hubo un interés desde muy chiquita de estar en contacto con la tierra. Tengo la necesidad de ese contacto y normalmente la manicura no me dura mucho porque a mí me gusta sembrar sin guantes y me gusta plantar, cuidar la tierra. Creo que fue esa influencia de mi mamá, mi mamá campesina, desarraigada, agricultora urbana. , que en esa época no teníamos ni idea de que eso era agricultura urbana, pero pues era lo que hacía ella, Ella plantaba en canecas y era su forma de sentirse en contacto con lo que había sido su infancia en el campo, en San Mateo.
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