La mezquita Al Aqsa, un lugar sagrado de discordia
El templo y el lugar donde se erige tiene un pasado intricado tanto con los musulmanes, como con los judíos. Es sagrado para ambas religiones y durante años ha sido el epicentro de tensiones durante años.
Al Aqsa, uno de los templos que se alzan sobre la explanada de mezquitas, es un lugar de culto en Jerusalén que ha levantado tensiones entre Israel y Palestina durante años. El nombre de esta mezquita fue el que el grupo Hamás eligió para bautizar su ataque, “Tormenta Al Aqsa”. Este es el tercer lugar más sagrado para los musulmanes, tras La Meca y Medina, quienes desde hace mil años elevan sus plegarias ahí. Esta mezquita está, además, rodeada por el Muro de las Lamentaciones y el suelo donde se alza es tan sagrado para los judíos que las autoridades religiosas no permiten a los devotos rezar allí.
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Al Aqsa, uno de los templos que se alzan sobre la explanada de mezquitas, es un lugar de culto en Jerusalén que ha levantado tensiones entre Israel y Palestina durante años. El nombre de esta mezquita fue el que el grupo Hamás eligió para bautizar su ataque, “Tormenta Al Aqsa”. Este es el tercer lugar más sagrado para los musulmanes, tras La Meca y Medina, quienes desde hace mil años elevan sus plegarias ahí. Esta mezquita está, además, rodeada por el Muro de las Lamentaciones y el suelo donde se alza es tan sagrado para los judíos que las autoridades religiosas no permiten a los devotos rezar allí.
La tradición histórica de ambas religiones indica su relación con este complejo de monumentos, que se compone también por la Cúpula de la Roca y el Muro de las Lamentaciones. Es aquí donde la religión musulmana sitúa la ascensión de Mahoma a los cielos. “El recinto que los musulmanes llaman Haram esh-Sharif, El Noble Santuario, y que popularmente es conocido como la explanada de las mezquitas, se edificó a partir del siglo VII sobre las ruinas del Monte del templo de Jerusalén, donde todavía existen restos del antiguo templo judío –destruido por los romanos en el siglo I d.C.– como el Muro de las lamentaciones, el lugar más sagrado de la religión judía”, escribió Alex Sala para National Geographic.
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Al Aqsa, que traduce “la más lejana”, es la más grande de Jerusalén y, de acuerdo con el Corán, por allí peregrinaron diferentes personas que son consideradas como profetas por la religión musulmana, como: como Ibrahim (Abraham), Dawud (David), Sulaiman (Salomón), Ilyas (Elías) e Isa (Jesús). El templo se estima que fue construido en el año 710, después de la Cúpula de la Roca y la Cúpula de la Cadena, por la dinastía de los Omeyas, y el nombre que se le dio hace referencia al pasaje del Corán: Viaje Nocturno (Al Isra). En este se narra “la ascensión a los cielos del profeta Mahoma. Según el libro sagrado, Alá trasladó a su profeta desde la “Mezquita Sagrada” (en La Meca) a la “mezquita lejana” (Jerusalén) en un caballo alado y, desde allí lo hizo ascender a los cielos”, describe Sala.
La dinastía Omeya fueron los primeros califas en este territorio y dirigían el islam desde Damasco. Luego de su construcción, la mezquita tuvo que ser reconstruida al menos cinco veces, pues varios terremotos causaron daños en su estructura o destruyeron parte de ella, entre el año 746 y 1035. La última reconstrucción, cuya estructura se mantiene hoy en día, fue realizada por el califa fatimí Ali az-Zahir. Para el año 1099, cuando los cruzados tomaron Jerusalén, el templo se convertiría en palacio real y le llamaron el Templo de Salomón. Hasta 1187 cumplió esta función y fue el primer sultán egipcio de la dinastía ayubí, Saldino, quien le devolvió su carácter religioso original.
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La mezquita está decorada con motivos del siglo XIV que tuvieron que ser restaurados tras un incendio en 1969 y su cúpula, el elemento más llamativo, que data de la época de Az-Zahir y estaba hecha en madera recubierta de plomo esmaltado, sucumbió ante las llamas y “fue reconstruida con cemento revestido de una cubierta de aluminio, sustituida en la década de 1980 por plomo para evocar el diseño original”, de acuerdo con Sala.
Junto con este templo, la Cúpula de la Roca, el edificio islámico más antiguo, también se alza sobre la colina conocida como Haram al Sharif para los musulmanes y Monte del Templo para los judíos. Estos últimos “creen que el rey Salomón construyó allí el primer templo hace 3.000 años y que un segundo templo judío construido en el lugar fue destruido por los romanos en el año 70 d.C”, de acuerdo con un reporte de la BBC.
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La explanada constituye un símbolo para ambas religiones por la concentración de monumentos en este espacio y, por lo tanto, se ha convertido en un punto delicado del conflicto entre Palestina e Israel. Desde 1948 y hasta 1967 permaneció dividida, la parte occidental era controlada por Israel, mientras que la ciudad vieja con los lugares sagrados de ambas religiones era controlado por Jordania. Esto cambió después de que Israel tomara Jerusalén luego de la Guerra de los Seis Días y, por lo tanto, anexó la explanada junto con territorios de Cisjordania. “El monarca hachemita de Jordania es el custodio oficial de ambos lugares de culto musulmán en al Aqsa. Él designa a miembros de una fundación independiente del gobierno de Israel -que se conoce como waqf islámico- para supervisar el sitio”, reportó la BBC. Múltiples protestas y enfrentamientos se han desatado en el complejo, lo que ha dejado múltiples víctimas y heridos a lo largo de los años.