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“La migración es siempre un proceso difícil, aún cuando se haga de manera libre”

El ruido del mar al anochecer es la nueva obra de la autora colombiana Clara Lucía Pérez. Una novela que devela la migración desde diferentes aristas y que lleva al lector a recorrer diferentes paisajes desde la mirada de una joven adolescente. Una historia en la que convergen diferentes países como España, Guatemala y Colombia, y que es narrada desde la nostalgia y la esperanza de quienes buscan una nueva posibilidad de vida.

Camila Melo Parra
02 de abril de 2022 - 06:00 p. m.
Ilustración de la obra “El ruido del mar al anochecer” de Clara Lucía Pérez. La nueva novela de la autora colombiana se centra en la migración y sus afectaciones.
Ilustración de la obra “El ruido del mar al anochecer” de Clara Lucía Pérez. La nueva novela de la autora colombiana se centra en la migración y sus afectaciones.
Foto: Ilustración Andrés Rodríguez/ Cortesía Camila Melo Parra
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Autora finalista en 2013 de El Barco de Vapor. En 2014 obtuvo una beca de investigación de la Alcaldía de Medellín para promoción de lectura de jóvenes. En 2017 ganó el Premio Marilena López de Literatura Infantil y Juvenil del Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala, en la categoría infantil, con la novela La vuelta al mundo en un día.

Un libro que habla de la migración, ya sea voluntaria o forzada, de la nostalgia y de cómo vamos formando lazos a pesar de la distancia. La apuesta visual fue desarrollada por el ilustrador de Andrés Rodríguez.

El Espectador (E.E): Háblenos de los diferentes tipos de migración que narra en el libro.

Clara Lucía Pérez (C.L.P.): Hablo de migración por motivos políticos, es decir, cuando las condiciones internas de un país, por una guerra, por ejemplo, provocan que la gente se desplace, de manera urgente, a vivir a otra parte. También hablo de migración por motivos de trabajo, es decir, cuando las personas requieren irse a otro país para buscar mejores oportunidades económicas y sostener a su familia.

(E.E): Cuéntenos sobre ese estrecho tejido entre Juliana y su bisabuela, esa reivindicación de la comunicación con nuestros mayores.

(C.L.P.): De niña, Juliana tuvo gran cercanía con su bisabuela, pues solían conversar y practicar juegos de mesa. Por eso, siendo una joven, la bisnieta, que tiene un profundo deseo por el saber, siente la confianza necesaria para hablarle de sus pesadillas. Estas conversaciones se vuelven tan importantes que se convierten en un rito de los viernes. Se tornan tan fluidas como las que sostiene con otras personas de su misma edad. Lo importante es que ambas, bisabuela y bisnieta, son capaces de contarse cosas que no sabían de la otra, acercar las distancias generacionales, y de esta manera aliviar las emociones. Es bien importante que la protagonista de la historia, en persona, sea quien le cuente la historia de migración.

(E.E): Convérsemos un poco sobre el tránsito que hacen en Nicaragua, sobre el sueño americano.

(C.L.P.): En el viaje hacia Guatemala, donde vivirá la familia de Juliana, pasan por Nicaragua. Este paso representa apenas uno de los escollos que la familia debe enfrentar en su vida por fuera de Colombia: sentir desarraigo, encontrarse con una imagen a veces no favorable su propio país, acercarse a otras culturas. ¿Valdrá la pena residenciarse en otro país y asumir estas dificultades? La respuesta solamente la pueden dar Juliana y su familia después de vivir la experiencia.

(E.E): Háblenos de las diferencias culturales al tener que ir a vivir a otro país, no precisamente mediada por una situación de conflicto.

(C.L.P.): La migración es siempre un proceso difícil, aún cuando se haga de manera libre, es decir, aún si no ha sido motivada por asuntos políticos como una guerra o un exilio. Pero el solo hecho de dejar la propia tierra y asentarse en otra es ya de por sí un cambio con grandes implicaciones: ¿cómo son las personas que se conocerán?, ¿qué idioma hablan?, ¿qué les gusta hacer?, ¿se podrá establecer fácilmente amistad con ellos?, ¿cómo desplazarse dentro de una ciudad desconocida?

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(E.E): Nos encantaría que nos hable de ese guiño que hace a Antoine de Saint-Exupéry y a otras descripciones de territorios que son muy vívidas para explorar la geografía y casi sentirnos parte de otros lugares.

(C.L.P.): La migración, como hemos dicho, implica situaciones difíciles para quienes la viven, pero, no obstante, también abre oportunidades para conocer sitios y culturas. Juliana llega a un país, Guatemala, con grandes riquezas geográficas y culturales. ¿Qué más emocionante que conocer un lago como el Atitlán, rodeado por varios volcanes, lugar que probablemente fue el escenario de inspiración para el escritor de una obra tan famosa como El principito?

(E.E): Además de muchos aspectos culturales que nos hermanan a Colombia y Guatemala como costumbres y tradiciones, compartimos procesos civiles y sociales muy similares, cuéntenos de algunos casos que menciona en la obra

(C.L.P.): Guatemala ha vivido intensas confrontaciones entre sus habitantes por cuestiones políticas. En 1996 firmó un acuerdo de paz. ¿Qué ha pasado desde entonces? ¿Qué puede aprenderse de la historia de ese u otros países? Para Juliana y su familia es importante sensibilizarse por los problemas políticos y sociales del país donde se asientan, a cientos de kilómetros de su patria.

(E.E): La soledad también es un viso de la obra: la de Juliana al cambiar de país, la de los padres a enfrentarse a un oficio nuevo en otra nación, la de la bisabuela que ya detallaremos más adelante... cómo cree que esta sensación de alguna manera se hace más exponencial en nuestras sociedades actuales.

(C.L.P.): De alguna manera, la migración de la familia de Juliana es posible debido a la globalización, es decir, a la apertura de los mercados laborales internacionales. El mundo cada vez se hace más grande para todos: hay más oportunidades para viajar, estudiar, trabajar, conocer. Pero, claro, eso implica que cada vez estamos en espacios más grandes, donde hay más personas y mayor diversidad, donde se hablan otros idiomas, y eso nos saca de nuestros hogares y de nuestros espacios más íntimos, provocándonos cierta soledad. No obstante, hay que desarrollar y tener la capacidad para, precisamente, apreciar y potenciar las oportunidades que nos brindan estas transformaciones mundiales.

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(E.E): El desarraigo es un tema central, desde la perspectiva de la abuela que tuvo que cruzar continente y viajar por varios países, lamentablemente nunca logró sentirse en casa. Cómo fue la construcción de la voz de este personaje en particular.

(C.L.P.): Los escritores solemos recurrir, de alguna manera, en unos casos más y en otros menos, a experiencias propias o cercanas, sin que esto quiera decir que una novela nuestra revela la propia vida. La bisa está inspirada en mi propia abuela, quien debió marcharse de España por la guerra civil española. De ella tengo recuerdos bellos, pero, al mismo tiempo, su semblante de nostalgia: una mujer que siempre extrañó su patria. Y como si eso fuera poco, yo viví también una experiencia de migración con mi propia familia, en Guatemala. Estando allí, muchas veces pensé que eso que yo sentía en algunos momentos, nostalgia por Colombia, fue lo que seguramente sintió mi abuela cuando se radicó en América.

(E.E): Los sueños también son un tema central en el libro, pues Juliana, el personaje principal, tiene pesadillas recurrentes con naufragios y esto le genera muchas angustias. ¿Por qué optó por introducir este elemento?

(C.L.P.): Me gusta hablar de cómo somos los seres humanos y qué nos motiva a ser de determinadas maneras, o a tener ciertas emociones y sentimientos. Todas las personas soñamos cuando dormimos, sin importar que a veces no recordemos los sueños. Los sueños están cargados de mucha información sobre nosotros mismos, la cual sin embargo no es fácil de comprender a primera vista. Juliana, con sus dudas y con las certezas que comienza a tener a lo largo de la novela, nos demuestra la importancia de hablar y de conocer nuestra historia para entendernos.

(E.E): Gran parte de pueblos indígenas hacen referencia a la dulzura de la palabra o a la palabra dulce para que lo manifestado no dañe al otro. Cree que de alguna manera el hecho de la forma escogida o las figuras empleadas por la bisabuela para hablarle a Juliana sobre su historia y memoria puede acercarse a esta premisa.

(C.L.P.): Hubo un momento en que Juliana sintió la necesidad de hablar de la migración de su bisabuela, ocurrida décadas atrás. En ese momento se encuentra con una bisabuela que, a pesar de algunas resistencias iniciales, le describe con detalles cómo fue su viaje a América. La bisabuela es capaz de hablarle de manera tierna, dándole ejemplos, y sobre todo describiéndole cuáles fueron los sentimientos de ese momento. Es probable que la estancia de Juliana en una nueva tierra, rica en culturas ancestrales, potencie en ella la necesidad de saber más de su propia historia.

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(E.E): Cerremos con la metáfora, que para mí podría serlo, le da nombre al libro El ruido del mar al anochecer.

(C.L.P.): El título de la novela pretende invitarnos a pensar en el mar como un lugar de diversas connotaciones. El mar es bello e imponente, pero también es inmenso e profundo. Me gustaría que cada lector encuentre su propio sentido del título de la novela: ¿por qué el ruido del mar?, ¿por qué al anochecer?, ¿qué tan importante fue el mar para la bisabuela?, ¿qué tanto lo es para la bisnieta?

Por Camila Melo Parra

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