La multifacética vida de Woody Allen
El director, guionista y actor Woody Allen, de 88 años, continúa activo en la industria cinematográfica. A propósito de su más reciente película, “Golpe de suerte”, que se estrenó el 6 de junio en salas de cine, hacemos un recorrido por la obra del cineasta y algunos de sus trabajos más reconocidos.
Mateo Medina Escobar
A principios de la década de 1960, los clubes de comedia de Greenwich Village, en Nueva York, fueron testigos de las primeras presentaciones de stand-up de un joven neoyorquino de baja estatura, anteojos grandes y una creatividad rebosante. Se trataba de Allan Stewart Konigsberg, aunque por esos días ya era conocido por el nombre que lo acompaña hasta hoy, Woody Allen. El joven comediante comenzó escribiendo frases ingeniosas para otros, hasta que se lanzó a hacer sus propias rutinas.
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A principios de la década de 1960, los clubes de comedia de Greenwich Village, en Nueva York, fueron testigos de las primeras presentaciones de stand-up de un joven neoyorquino de baja estatura, anteojos grandes y una creatividad rebosante. Se trataba de Allan Stewart Konigsberg, aunque por esos días ya era conocido por el nombre que lo acompaña hasta hoy, Woody Allen. El joven comediante comenzó escribiendo frases ingeniosas para otros, hasta que se lanzó a hacer sus propias rutinas.
El artista jamás abandonó la comedia, pero su estilo pasó de percibirse simple y con mucho humor absurdo, a una mezcla con otras temáticas como el romance, la política, la sátira y la ironía. Antes de llegar al séptimo arte, Allen ya se había hecho escritor y creativo. Con un breve paso por la Universidad de Nueva York y el City College de esa misma ciudad, entendió que podía aprender por su cuenta.
La que primero apareció fue su faceta de escritor. A mediados de la década de 1950, la persistencia del neoyorquino lo llevó a trabajar para televisión en producciones como “The Colgate Comedy Hour” (1950-1955), “Stanley” (1956-1957), “The Sid Caesar Show” (1958) y “Candid Camera” (1960-1975). Ya entrados los años 60, y cuando participaba en los clubes de comedia de su ciudad, su escritura se inclinó hacia el cine. Tras el estreno de la película “¿Qué hay de nuevo, Pussycat?” (1965) el guionista se dio cuenta de que no quería que otra persona dirigiera sus trabajos. Fue así como al año siguiente nació el director con “Lily, la tigresa”.
Desde noviembre de 1966, Allen estrenó casi una película por año. Dirigió, escribió y actuó en la gran mayoría de sus producciones. “Amor y muerte” (1975), “Annie Hall” (1977), “Manhattan” (1979), “Zelig” (1983), “La rosa púrpura de El Cairo” (1985), “Hannah y sus hermanas” (1986), “Crímenes y pecados” (1989), “Maridos y esposas” (1992), “Match Point” (2005) y “Medianoche en París” (2011), por mencionar algunas de sus 50 películas como director y escritor, que han sido parte de la vasta filmografía del estadounidense.
Entre los temas frecuentes del cineasta figuran los personajes neuróticos, la complejidad de las relaciones y cuestiones sobre la moralidad, las infidelidades y el destino. Todo eso se ha desarrollo en medio de los edificios y rascacielos de las movidas calles de Nueva York, el río Sena junto a la torre Eiffel y la concurrida avenida que llega al Arco de Triunfo en París, además de los sonidos del jazz.
Más de 60 años después de sus inicios en el cine, el cineasta suma 24 nominaciones a los Premios Óscar, 16 de estas como guionista (es la persona con más nominaciones para este reconocimiento), siete como director y una como actor.
Con la ayuda de una máquina de escribir manual Olympa SM-3 que compró cuando tenía 16 años, el Allen escritor se mantiene constante.
“Escribo después del desayuno, es un poco de ejercicio. Me acuesto en la cama con un bolígrafo y escribo. Cuando termino voy a arreglarlo, lo reescribo y lo cambio”, contó el director en una entrevista para El Espectador. Aunque escribe cada día a mano y en máquina, es flexible con sus guiones. “Con muchos de los actores no ensayo y nunca ensayé. Solo les digo: ¿tienen alguna pregunta sobre este personaje de la película? La mayoría dice que no. A veces alguien tiene una pregunta, la respondo y luego digo: ‘te veré cuando filmemos’”.
El cineasta comprende su proceso y lo repite sin problema. Llega al set el día de rodaje. Si un actor o el camarógrafo creen que algo no funciona, el cineasta no alega. Lo intenta todo. El Allen actor sale a relucir ante el Allen director. “Normalmente intento hacer feliz al actor. Si me dice que no le gusta el vestuario, nunca le digo que se lo ponga. Si me dice que no le gusta algún diálogo que he escrito, lo cambio. Que lo digan como quieran. Pueden caminar donde quieran o pueden hablar lo que quieran, siempre y cuando transmitan la idea al público. No me importa si son mis palabras o las de ellos”.
Con una película bajo su brazo, Woody Allen ha visitado los grandes festivales de cine del mundo como Cannes (Francia), Berlín (Alemania) y Venecia (Italia). Ha obtenido 10 premios BAFTA, dos Globos de Oro, así como nominaciones en los premios Emmy (televisión), los Tony (teatro) e incluso un Grammy por la mejor recopilación de banda sonora para película con la música de “Medianoche en París”.
Hoy, a pesar de la acusación de abuso sexual por parte de su hija adoptiva Dylan Farrow en 1992, que terminó en el rechazo de la misma y el cierre de la investigación por la inexistencia de evidencia creíble, el creativo se mantiene como uno de los cineastas más importantes de la historia del cine. Woody Allen ha sido inspiración para muchos de los directores de las siguientes generaciones como Wes Anderson (La crónica francesa), Greta Gerwig (Lady Bird), Noah Baumbach (Historia de un matrimonio), Luca Guadagnino (Desafiantes) y Tamara Jenkins (Vida privada).